Para que la región pueda desarrollar plataformas para telemedicina o ciudades inteligentes, "son necesarios muchos más recursos que los que en Europa se hubiese requerido en su momento", dijo Jordi Botifoll, Pdte. de Cisco Sistem para Latinoamérica.
América Latina debe desarrollar un marco legal que regule y fomente las inversiones público-privadas en tecnología, un paso indispensable para cerrar la brecha digital que le resta competitividad y puede hacer que pierda la oportunidad que se le abre con la bonanza económica.
El presidente de Cisco Sistem para Latinoamérica, el español Jordi Botifoll, dijo en una entrevista con Efe en la capital panameña que los Gobiernos de la región "están conscientes de esa necesidad (...) y por ello se están haciendo esfuerzos en el desarrollo de la banda ancha, en el uso de ella".
Pero las características propias de la región, con algunos países con grandes extensiones de territorio y poblaciones que se acercan a los 200 millones de personas, como el caso de Brasil, hacen que las inversiones sean astronómicas, por lo que el binomio público-privado se torna prácticamente indispensable, explicó el alto directivo.
Para que Latinoamérica desarrolle redes tecnológicas que incluyan, por ejemplo, plataformas para telemedicina o para una ciudad inteligente, "son necesarios muchos más recursos que los que en Europa se hubiese requerido en su momento", ilustró Botifoll.
"Por eso, pienso que la relación y la colaboración entre el sector público y privado aquí es más importante que nunca", afirmó el responsable del negocio de Cisco en América Latina y también vicepresidente sénior de la empresa tecnológica.
Destacó por ello que la región debe "desarrollar un marco regulatorio que permita y fomente esas inversiones pública-privadas", que además deben ser "prioritarias".
Botifoll, un ingeniero en electrónica con máster en administración de negocios, identificó la sanidad, la educación y la movilidad como las áreas en las que primeramente se debe invertir.
"Probablemente la sanidad que se pueda construir aquí, en la región latinoamericana, ya parta de una plataforma tecnológica avanzada, y el coste sea mucho menor (que el del sistema tradicional) pero la efectividad mayor", afirmó.
Al insistir en la importancia de invertir en tecnología, Botifoll alertó que "el crecimiento económico no implica, a veces, una mejora de competitividad", lo que sería nefasto para América Latina.
Si la región no aprovecha la situación económica "confortable" que vive y "no toma las medidas correctas, que implican una inversión mayor en tecnología y en el uso de la misma, podría ocurrirle lo que a algunos países europeos, que después de una década y media de alto crecimiento ahora mismo tienen niveles de desempleo elevadísimos y están sufriendo", dijo Botifoll.
"Este es el momento a aprovechar, y eso pasa por una inversión en banda ancha, en una plataforma de servicios y aplicaciones de nueva generación, inversión en educación para que el ciudadano pueda utilizar hábilmente, desarrolle otras destrezas y una capacidad de generar nuevos modelos de negocios para exportar", añadió.
Ello mejorará indudablemente la competitividad de los países de la región, que ahora dista mucho de la de los desarrollados, añadió.
"Nuestra labor es ayuda a mejorar la competitividad de los países de América Latina", donde Cisco Sistem "está haciendo inversiones muy importantes", con unas "muy buenas perspectivas de crecimiento" de la empresa, afirmó Botifoll, sin dar cifras.
Cisco Sistem es una empresa global creada en 1984 y con sede en San José (EE.UU.), integrante del índice industrial Dow Jones (Nueva York) y dedicada principalmente a la fabricación, venta, mantenimiento y consultoría de equipos de telecomunicaciones.
Botifoll participó en Panamá en un seminario sobre banda ancha en el marco de la Asamblea Anual del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que culmina hoy tras dos jornadas de reuniones privadas.
El presidente del BID, el colombiano Luis Alberto Moreno, alertó de que la América Latina cuenta con un servicio lento y caro de banda ancha, y solo una de cada ocho personas tiene acceso a ella