Por Franco Parisi y Julio Rebolledo. Parisi es Ph.D.,Finance University of Georgia, Decano de IEDE Escuela de Negocios, y Rebolledo es Director de Docencia de la misma escuela.
Conocida públicamente la política interna de renovación de créditos usada por La Polar, las acciones de la empresa se ajustaron bruscamente a la baja acumulando a la fecha rentabilidad negativa superior al 75%.
Económicamente, este ajuste en el precio accionario se transforma en destrucción de valor, difícilmente recuperable, que afecta directamente a fondos mutuos, AFPs y administradores privados. Esto, sin considerar a los más de cuatrocientos mil clientes afectados por el rollover (repactación) de los créditos que tenían con la multitienda. En este contexto, hoy comenzó el proceso reparativo a los clientes afectados por las repactaciones unilaterales realizadas por la tienda.
El Servicio Nacional del Consumidor recomienda que “de no aceptar se perderían los beneficios de la demanda colectiva que el organismo interpuso”.
El caso La Polar, sin duda alguna, tiene muchos capítulos por escribir. Sin embargo, hay varios datos que sirven para empezar a entender que este problema tiene más de un responsable.
La lista de responsables incorpora a quienes operan fraudulentamente desde dentro de la empresa y a quienes se dedican a velar que la compañía refleje realmente la información que a un inversionista le permita tomar una buena decisión.
La investigación que está en marcha busca establecer en primer lugar quiénes se encargaron de filtrar información para que el directorio de la compañía se encargara de no detectar anomalías (directorio que está conformado por representantes de los fondos de pensión). Y, en segundo lugar, establecer cuáles son los agentes que recomiendan, en base a información teóricamente certificada, que la acción de La Polar es una inversión segura en términos de información útil para realizar valoraciones.
El tema de fondo pareciera ser la fragilidad que tiene el regulador para anticipar este tipo de problemas, si es que a este realmente le interesa regular para proteger. Y proteger a quién, al consumidor o al inversionista.
Parece que solamente los consumidores a quienes se les renovaron los créditos son los perjudicados. Pero quienes recomiendan invertir en La Polar acaso ¿no tienen responsabilidad?
La puerta queda abierta para el análisis, pero existe registro desde hoy en adelante que casos similares a éste, en donde la información que se usa para tomar decisiones es altamente manipulable, termina afectando negativamente a ambos, consumidores e inversionistas.