Ingenieros de la NASA, mediante el modelado 3D y una supercomputadora, generaron simulaciones tridimensionales del impacto de cuerpos celestes de distintos tamaños.
Cromo - El Observador. En febrero de 2013 un asteroide explotó sobre los cielos de la ciudad rusa de Cheliábinsk. La explosión de la onda de choque alcanzó a romper vidrios y dañar edificios a más de 90 kilómetros, hiriendo a más de 1.200 personas.
Recientemente, ingenieros del Proyecto de Evaluación de Amenazas de Asteroides de la NASA, mediante el modelado 3D y una supercomputadora, generaron simulaciones tridimensionales del impacto de cuerpos celestes de distintos tamaños. Estos resultados ayudarán a distintas agencias a identificar de manera más informada cómo defenderse ante este tipo de eventos.
En este video se puede ver una simulación de la colisión de un asteroide de tamaño similar al bólido de Cheliábinsk. El asteroide se rompe durante la entrada atmosférica a una velocidad de 72.000 km/h. Alrededor se forma una onda de choque caliente, de alta presión. Las inestabilidades aerodinámicas desprenden ondas de material de la superficie y terminan por desgarrar el asteroide. Los fragmentos dispersos depositan mayor parte de la energía en la atmósfera a una distancia relativamente corta, creando ondas de explosión peligrosas y radiación térmica en el suelo.