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Cómo la tecnología está cambiando abruptamente el mercado de lujo
Sábado, Junio 25, 2016 - 10:40

Las tecnologías digitales presentan un nuevo paradigma en esta industria, en el que experimentar vale más que tener.

La definición de lujo está cambiando con el surgimiento de nuevas tecnologías. Según especialistas, las tendencias del mundo digital aceleran una misma premisa: lo exclusivo cada vez tiene que ver menos con un producto y más con una experiencia que alimente los sentidos.

Por el smartphone, es posible enviar el olor del perfume preferido a quien está lejos; a través de unos binoculares proyectores, es posible explorar destinos lejanos sin salir de viaje; con un pequeño aparato electrónico se puede pintar en 3D, sin superficie, o ver una enorme ballena brincar en medio de la sala. Y hasta un coche que se maneje solo ya dejó de ser una fantasía.

El consumidor de lujo, su mercado y su interacción con el mundo digital fueron los temas que circundaron el LuxuryLab, ciclo de conferencias que reunió a analistas, gestores y consultores de estas esferas a nivel mundial. Uno de ellos, Daniel Alanis, del Boston Consulting Group, explica por qué la conexión entre lujo y tecnología se fortalece. “Los consumidores de lujo son tradicionalmente muy exigentes y demandantes. Ellos ya no quieren objetos, sino experiencias; ya no buscan tenerlo, sino serlo. Esto va a definir los rumbos de la industria los próximos años”.

Un caso que ejemplifica esta tendencia fue la contratación por el gigante de lujo francés LVMH –Möet Hennessy Louis Vuitton– de un ejecutivo de Apple, Ian Rogers, como su director de actividades digitales a finales del año pasado.

Aunque muchos de estos movimientos son todavía lejanos a la situación de la región, Fflur Roberts, directora del departamento de luxury market en Euromonitor, empresa de análisis de mercado, negocios y reportes de inteligencia con base en Londres, es incisiva: “México es la última frontera de lujo”. De acuerdo con las mediciones presentadas por ella, mercados como Brasil enfrentan dificultades económicas y ubican a México como líder en Latinoamérica, con una posición más estable.

Creatividad e ilusión

Los sectores de viajes y bienestar son los más interesados en la fusión digital, y la realidad virtual es un herramienta creativa para estos fines. A partir de un aparato, que puede ser un casco o un goggle, una proyección en 3D funciona como un viaje sin salir del lugar.

“Es un recurso ideal para el mercado de viajes, pues uno puede explorar las Islas Maldivas o la habitación presidencial de un gran hotel”, explica Mario Jobb, CEO de Brand Karma, una de las consultoras de web y tecnología de Sillicon Valley. Una de las propuestas más innovadoras es Tilt Brush, tecnología creada por Google que actualmente es usada por animadores de los estudios Walt Disney. Un aparato electrónico es conectado a un dispositivo binocular y se transforma en una brocha 3D; con él, es posible dibujar en el aire y los trazos sólo son vistos por quien trae el visor.

Similar a esto, la realidad virtual acerca un elemento nuevo al espectador y tuvo como su precursor los Google Glass; además Samsung, Microsoft y Sony desarrollan sus propios proyectos de este tipo. Permite, por ejemplo, insertar datos relevantes sobre el escenario o datos sobre las personas en el campo de visión. Jobb estima que en 2016, 10 millones de aparatos estarán a la venta. Una de las precursoras en la tecnología es una startup americana llamada Magic Leap,  especialista en la proyección de imágenes en 3D y visibles también por el aparato, como un mini-elefante que cabe en la palma de la mano, se mueve y emite sonido o una ballena gigante que emerge del piso de la sala y chapotea agua por toda la casa.

Pero el estímulo de la visión sólo el más común de las nuevas tecnologías. ¿Qué tal enviar a una persona que está lejos el aroma de aquél perfume preferido o del café recién tostado? El Cyrano es un equipo que se asemeja a una latita de aluminio. Por Bluetooth, permite el envío y recibimiento de olores controlado por un smartphone.

Otro proyecto de Google, que debe ser lanzado en 10 años, es un coche automanejable y, curiosamente, no se parece en nada a un modelo de coche de lujo. “Mirándolo, más bien parece un minideportivo. Pero es un gran artículo de lujo porque va a permitir el ahorro del tiempo, que es una moneda cada vez más valiosa”, comenta Jobb. “Puedes aprovechar el tiempo en el asiento de atrás en una conferencia, durmiendo o echándote unos drinks… al final, ¡no es que vayas a manejar!”.

Autores

Excelsior.com.mx