Desde hace dos años, los “archivos imaginarios” del Pentágono detallan una plétora de actos espantosos de terrorismo y ciberataques en todo Estados Unidos. Revise en qué consisten.
Las alarmas suenan fuerte en las principales agencias y departamentos de Defensa y Ciberseguridad de Estados Unidos. Un ataque con un misil lanzado desde un dron por parte del grupo People’s Armed Liberation (PAL) contra las oficinas centrales del Comando Central de Estados Unidos, en Tampa, Florida, ha sido exitoso.
Este grupo terrorista, que cuenta entre su armamento con drones y misiles de precisión, hackers de alto nivel y ciberarmas, no es ni islamista ni un grupo terrorista de derecha, sino una organización supuestamente formada en 2017 con la esperanza de derrotar al “globalismo y capitalismo en todo el mundo, al reunir al proletariado para orquestar el derrocamiento de gobiernos capitalistas y conglomerados globales”.
Su ideología es crear una coalición con la mayoría de las etnias y culturas del mundo, reclutando expertos en ciberseguridad y hackers que les ayuden a recaudar fondos, reclutamiento, códigos maliciosos, así como la comercialización de su marca particular de radicalismo. Son un dolor de cabeza para Estados Unidos.
Este ataque, realizado en mayo de 2020, ha sido el único que ha hecho este grupo terrorista en el mundo tangible. El resto de sus acciones radicales las realiza en internet, donde PAL es conocido por lanzar fuertes ataques cibernéticos y desviar “fondos de grandes corporaciones globales, bancos y gobiernos capitalistas de todo el mundo” a sus arcas para la lucha.
Es así como se plantea uno de los muchos escenarios de terrorismo que sucederán en la próxima década, los cuales están recopilados en el documento JLASS-SP AY16 Situation Update #1 (33º Programa Especial Estratégico Conjunto de Tierra, Aire y Mar) emitido por el Pentágono y entregado a Donald Trump al llegar a la Presidencia, del que Excélsior tiene copia, y donde a través de este tipo de escenarios distópicos hasta 2026, la Unión Américana prepara su estrategia de ciberseguridad y defensa militar para la próxima década.
FICCIÓN Y REALIDAD
Desde hace dos años, los “archivos imaginarios” del Pentágono detallan una plétora de actos espantosos de terrorismo y ciberataques en todo Estados Unidos, incluyendo envenenamientos masivos, el uso de artefactos explosivos improvisados y el ataque del People’s Armed Liberation (PAL) contra las oficinas del Comando Central de EU.
Estos escenarios publicados en el JLASS-SP AY 2016 fueron usados para entrenar, en el Instituto de Wargaming de la Fuerza Aérea, en la Base Maxwell en Alabama, a 148 estudiantes del Air War College de la Fuerza Aérea; de la Army War College; Marine Corps War College; Naval War College; Eisenhower School para Seguridad Nacional y Estrategia de Recursos; National War College; y National Defense University Information Resources Management College.
Esos futuros oficiales, algunos de los cuales probablemente desempeñarán un papel importante en la conducción de las guerras reales de Estados Unidos en la próxima década, se enfrentaron a un futuro en el que, como decía el guión del juego de guerra del Pentagono, Estados Unidos sería blanco de fuertes ataques con tecnologías.
Pero no sólo se usó para ello, según documentos de La Casa Blanca, del Departamento de Seguridad Nacional, Defensa y de Seguridad Interna, el informe también resultó como base para la creación de políticas y órdenes ejecutivas para “Proteger la nación de la entrada de terroristas extranjeros a los Estados Unidos”, promulgadas por Donald Trump en marzo de 2017 y enero de 2018.
Trump inició las prohibiciones de algunos viajeros procedentes de países como Siria, Irán y Yemen a Estados Unidos, luego de aprobar este documento creado por el Pentágono.
En el JLASS-SP AY 2016 se establece que mientras EU todavía es una poderosa economía y una milicia respetada en la próxima década, abundan las ansiedades sobre las crecientes limitaciones en la capacidad del país para controlar, dictar y dominar los asuntos mundiales.
"Incluso en el ámbito militar... avances de otros en ciencia y tecnología, adopción expandida de tácticas irregulares de guerra por parte de actores estatales y no estatales, proliferación de armas nucleares y armas de precisión de largo alcance, y uso creciente de ataques de guerra cibernética han restringido cada vez más la libertad de acción de EU”, se lee en el resumen de este documento tipo juego de guerra.
Aunque no pretenden ser una predicción real de los eventos, sí están destinados a “reflejar una representación plausible de las principales tendencias e influencias en las regiones del mundo”.
De hecho, anticipó muchos de los puntos articulados en la Estrategia de Seguridad Nacional del presidente de diciembre de 2017, y estableció como peligros potenciales no sólo a países como Rusia, China, Irán y Corea del Norte, sino también a otras “amenazas transnacionales”, como los terroristas yihadistas, las organizaciones criminales transnacionales, los inmigrantes indocumentados, y los cárteles “que explotan las fronteras porosas y amenazan la convivencia y la seguridad pública de Estados Unidos”.
Dos años después de que se realizara este documento que aprobó al inicio de su administración el presidente Trump, continúa destacando el peligro supuestamente singular planteado por “personas inadecuadamente examinadas” en EU, y su intención de agrandar y tecnificar el muro en la frontera entre México y su país, para evitar las predicciones del Pentágono. A ello se suma que se debe tener un control de internet, y por ello acabar con su neutralidad.
INDESEABLES
El documento JLASS-SP AY16 muestra que el hacktivismo es una de las tendencias que más crecerá en la próxima década, y tiene a grupos como Anonymous entre los más preocupantes para Estados Unidos.
En el escenario de guerra ficticio del Pentágono, este grupo de hacktivistas se caracteriza como una “organización informal de piratas informáticos malintencionados”, que emplea su destreza digital para “distribuir instrucciones para fabricar bombas y realizar ciberataques DDoS o difuminar código malicioso”.
También se incluye entre los grupos terroristas nacionales a la Mara Salvatrucha 13 o MS-13, pandilla callejera de Los Ángeles, nacida de las guerras civiles centroamericanas impulsadas por los estadunidenses en la década de 1980, que fue trasplantada a El Salvador y desde entonces ha regresado a EU.
El escenario es que la MS-13 ha desarrollado “recursos para emprender campañas insurgentes a gran escala en América Central y la capacidad de causar graves perturbaciones en Estados Unidos y Canadá, gracias a la cooperación entre los grupos terroristas extranjeros por medio de internet, y ahora cuentan con mejor tecnología para reclutar gente y acceder a armas”.
A diferencia del mundo real, donde tales temores circulan principalmente como una teoría de conspiración, en la imaginación futura del Pentágono hay “evidencia sustancial de que terroristas de Oriente Medio y África del Norte transitan la frontera entre México y Estados Unidos”.
Peor aún, “Los islamistas radicales se camuflan a sí mismos como hispanos” para cruzar la frontera. Hay una avalancha de cambios de nombre de árabe a hispano y la vinculación reportada de cárteles de la droga a lo largo de la frontera de Texas con el terrorismo se acrecenta cada día en 2025”.
"Los Estados son los principales actores de los ciberataques en el escenario global, pero los actores no estatales también amenazan el entorno de seguridad con capacidades tecnológicas cada vez más sofisticadas”, dice una sinopsis no clasificada de la Estrategia de Defensa Nacional del Pentágono publicada a inicios de este año.
“Terroristas, organizaciones criminales transnacionales, hackers cibernéticos y otros actores no estatales maliciosos han transformado los asuntos mundiales con mayores capacidades de interrupción masiva”.
Si bien puede ser que “la política de EU sea proteger a sus ciudadanos de los ataques terroristas”, como declara la orden ejecutiva del presidente Trump en marzo de 2017, el Pentágono prevé un futuro en el que tales políticas son cada vez más ineficaces.
Todas estas tácticas, sin embargo, han sido parte del informe de estrategias del Pentágono desde 2001 y, de acuerdo con las suposiciones militares del futuro, conducirán a un aumento de grupos terroristas y ataques cibernéticos de los cuales Estados Unidos debe protegerse.
De ahí, que desde 2017 se hayan comenzado a establecer mayores políticas y estrategias de ciberdefensa y antiterrorismo, como matar la neutralidad de la red para controlar el uso de internet, así como insistir en un muro 2.0 en la frontera con México.