El proyecto de Tesla y SolarCity en Ta’u permite abastecer a todos sus habitantes de electricidad con métodos sustentables.
Por Pablo G. Bejerano para Think Big. La colaboración entre Tesla y SolarCity es anterior a la absorción de la segunda por la primera. No solo tenían en común la figura de Elon Musk, en puestos de responsabilidad en ambas compañías, sino que sus catálogos se complementan. Y así lo demuestra el proyecto en la isla Ta’u, una isla de la Samoa Americana, un territorio no incorporado a Estados Unidos, pero que está bajo su soberanía, una situación legal como la que tiene Puerto Rico.
En este caso, la isla de Ta’u se encuentra en el Pacífico Sur, en concreto al noreste de las islas Fiyi. Su abastecimiento energético se basaba hasta ahora en la quema de combustibles fósiles para obtener la electricidad que alumbrada sus casas y hacía funcionar las bombas para surtir de agua corriente a los 600 habitantes de la isla.
Los generadores de diésel que producían la electricidad gastaban más de 1.000 litros al día. Al ser una isla hay que tener en cuenta que el combustible se importa por barco y al ser una zona remota no existen rutas comerciales que pasen por allí. De esta forma el abastecimiento de energía estaba sujeto a racionamiento y cortes de luz cuando los barcos tardaban en llegar más de lo normal.
Sobre este espacio han trabajado Tesla y SolarCity para hacer posible que prácticamente la totalidad de la energía que consume la isla proceda de paneles solares. Ambas empresas han construido un sistema donde una central solar con más de 5.000 paneles y una capacidad de 1,4 MW capta energía del sol, mientras que 60 Powerpacks de Tesla (la solución de almacenamiento energético para empresas y compañías eléctricas de la compañía) conservan la electricidad generada para cuando se necesite.
Las baterías son capaces de almacenar 6 MWh, suficiente para que los habitantes de Ta’u aguanten tres días sin que haya sol. Sin embargo, el clima allí se caracteriza por ser bastante soleado y las baterías se pueden recargar solo con 7 horas de luz solar directa.
Con el proyecto de Tesla y SolarCity se pueden ahorrar unos 414.500 litros de diésel al año. Es una comunidad de habitantes pequeña y un proyecto aislado, pero también una forma de demostrar cómo la energía solar y el almacenamiento eléctrico pueden dotar de autonomía a zonas remotas.