Las aplicaciones de transmisión de video como Periscope o Meerkat abren la puerta a nuevas formas de reproducción de contenidos que amenazan nuevamente al cine y la televisión, esta vez desde smartphones.
Olvidate de Pirate Bay o Popcorn Time o Sidereel. El futuro de la piratería es el streaming en vivo y ya está aquí. Este domingo, 8 millones de personas vieron el estreno de la quinta temporada de Game of Thrones en sus televisores. Pero Periscope, la nueva aplicación de transmisión en vivo recientemente adquirida por Twitter, tuvo a cientos de usuarios observando el espectáculo a través de sus teléfonos, entrecerrando los ojos ante la temblorosa y brillante captura de otras personas.
Eso no es nada, por supuesto –decenas de miles de personas piratean el show todos los días– pero la mera posibilidad de que más personas vieran el streaming ha tenido a HBO corriendo asustado. La compañía rápidamente declaró a lo que ahora se denomina periscoping en inglés como una “infracción de copyright masiva”. Y el martes, la empresa envió una serie de avisos a Periscope para que desarme el streaming de la serie Game of Thrones. Esto algo fuera de lo común, ya que HBO suele tomar una postura bastante fría hacia el pirateo de la serie.
Esto, sin embargo, es un tipo de piratería totalmente diferente. No hay torrents –un tipo de archivo que permite descargar contenidos pesados como películas o música–, no hay archivos, no hay memorias USB o DVD. Eso hace de Periscope un reto no muy diferente de la era en que los videocassettes amenazaban a la televisión.
Consideremos, por ejemplo, las veces durante el show en que HBO le pidió a Periscope que dé de baja la transmisión. Según el Digital Millenium Copyright Act, la ley estadounidense de 1996 que guía las relaciones de derecho de autor en internet, las plataformas en línea no son responsables de lo que los usuarios publican en ellas, pero si reciben una denuncia de un titular de derechos, tienen que retirar el contenido. El problema aquí, por supuesto, es que no hay contenido para quitar. Periscope es en vivo, y Game of Thrones solo dura una hora. En el momento en que HBO presentó sus solicitudes de remoción, la ley solo aplicaba a los usuarios que habían archivado el video para que se pudiera verlo después.
Hay otras ambigüedades abstractas aquí también, como: ¿qué pasa si un usuario está transmitiendo el episodio a una audiencia privada después de que se emite? Eso no sería tan diferente de grabar un programa de televisión para uso doméstico. ¿O qué si está transmitiendo en vivo mientras critica la serie? En ambos casos, el tema en cuestión es si lo que se ve en Periscope es un trabajo creativo distinto o una retransmisión directa del espectáculo.
Esa es una pregunta que en teoría podría aplicarse a los usuarios de streaming y a toneladas de otras cosas: como conciertos, obras de teatro, eventos deportivos o incluso amigos con tatuajes extraños.
“Yo no podría decir el punto en el cual la transmisión en vivo se convierte en una transformación del contenido”, dijo Richard Stim, un abogado de derechos de autor California. “Ese es un estándar resbaladizo.”
HBO quiere reprimirla rápido, a pesar de que ver la televisión en Periscope no vale la molestia. La calidad es pobre, los videos son difíciles de encontrar, y si uno se une tarde o el teléfono necesita tiempo para almacenar el video no hay manera de hacer una pausa o rebobinar. Es poco probable que los fans –los verdaderos– se dejen seducir por un rectángulo de cinco pulgadas con reflejos exagerados y extraños ruidos de fondo.
Sin embargo, no se puede subestimar la capacidad de adaptación de una persona aburrida con un dispositivo en la mano. El miércoles por la mañana, un usuario de Periscope hizo streaming en vivo de la película Argo. En un momento, una docena de espectadores habían sintonizado.