Sin embargo, la empresa afirmó que en Costa Rica mantendrá su Centro de Servicios Globales y el Centro de Desarrollo de Ingeniería.
Costa Rica recibió un duro golpe para su economía con el anuncio del cierre de la planta de manufactura del gigante tecnológico Intel, principal empresa exportadora del país, pese a que el gobierno trató de matizar el asunto.
"Después de un extenso análisis, la compañía ha concluido que la mejor solución de largo plazo para maximizar la eficiencia y la efectividad operacional a nivel mundial es cerrar sus operaciones de ensamblaje y prueba en Costa Rica", indicó la empresa en un comunicado.
En su planta de manufactura, ubicada en San Antonio de Belén, en la provincia de Heredia (centro), trabajan 1.500 personas que serán despedidas paulatinamente durante el 2014.
La empresa afirmó que en Costa Rica mantendrá su Centro de Servicios Globales y el Centro de Desarrollo de Ingeniería, en los cuales trabajan cerca de 1.000 personas y en los que se contratará a 200 más este año.
En estas áreas trabajan profesionales en desarrollo e investigación en ingeniería, soporte de tecnologías de la información, finanzas y recursos humanos.
Intel fabrica desde 1997 en Costa Rica microprocesadores cuyas ventas al exterior en el 2012 sumaron US$2.234,7 millones, lo que equivalió a un 19,6% de las exportaciones totales de productos del país.
En el 2013, la cifra se incrementó a US$2.377,7 millones, es decir, un 20,6% de las exportaciones totales de productos de ese año.
Desde su llegada a Costa Rica, distintos gobiernos han señalado a Intel como la punta de lanza que permitió al país atraer numerosas empresas de alta tecnología y convertirlo en líder regional en ese campo.
La presidenta costarricense, Laura Chinchilla, aseguró que la salida de Intel obedece a que "la economía internacional ha pasado por un momento de gran shock" y que no se debe creer que lastimará demasiado al país.
"Las decisiones que tienen que ver con políticas corporativas, no tenemos que presumir que sean una situación que lastime a Costa Rica porque les recuerdo que en estos últimos cuatro años hemos logrado atraer más de 8.000 millones de dólares en nuevas inversiones", dijo Chinchilla.
Por su lado, la ministra costarricense de Comercio Exterior, Anabel González, dijo en una conferencia de prensa que si se incluyen servicios, el peso de Intel es de un 13,7% de las exportaciones costarricenses en el 2013, mientras que en 1998 fue del 30,5%.
"Esas exportaciones (de Intel) serán parcialmente compensadas por las exportaciones de otras empresas y sobre todo por el crecimiento que vienen mostrando compañías de las ciencias de la vida y dispositivos médicos", auguró la ministra.
La funcionaria también descartó que la decisión de la firma afecte a la imagen del país como destino atractivo para invertir en alta tecnología.
"La tarjeta de presentación de Costa Rica es de muy buen nombre, por lo que todos debemos sentirnos orgullosos. Costa Rica continúa mostrando que tiene una trayectoria con un récord sólido en áreas de innovación y tecnología", expresó.
El mismo día del anuncio de Intel, el banco estadounidense Bank of America informó del cierre de operaciones de sus centros de llamadas de atención al cliente en Costa Rica, en los que trabajan 1.400 personas.
El banco indicó en un escueto comunicado que su salida del país se producirá en un periodo de 9 a 12 meses y que obedece a una revisión global de sus operaciones.
Por su parte, el presidente electo de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, se reunió hoy con la vicepresidenta para asuntos corporativos globales de Intel, Shelly Esque, quien le explicó que el cierre de la planta no tiene relación con su elección ni con las condiciones del mercado costarricense, según un comunicado de Solís.
El presidente electo, quien asumirá el Gobierno el 8 de mayo, afirmó que su compromiso será "la promoción de la inversión extranjera directa" para darle al país "más y mejores fuentes de empleo basado en tecnologías de punta, amigables con el ambiente".