El mundo que parecía dominar WhatsApp se remece por la inclusión de un pago y la llegada de nuevos actores. ¿Cómo se comportará la región en la nueva guerra de las aplicaciones tecnológicas?
UniversiaKnowledge@Wharton. Las aplicaciones de mensajería instantánea móvil, como WhatsApp Messenger o Line, han cambiado la forma que tienen las personas de relacionarse en todo el mundo, y América Latina no es una excepción. A diferencia de lo que ocurre con los tradicionales SMS, ahora es posible enviar y recibir un número ilimitado de mensajes de texto, acompañados de videos o imágenes, de forma gratuita a una persona o un grupo sin importar la marca o modelo de teléfono inteligente o smartphone que tenga el usuario. Tan solo hay que contratar un plan de datos.
El auge de la mensajería instantánea móvil es tal que, en algunos países, la gente ya utiliza el verbo guatsapear para referirse a la acción de comunicarse a través de la aplicación que goza de mayor popularidad, la estadounidense WhatsApp. Para llegar a este punto los expertos señalan que ha sido necesario el desarrollo de aplicaciones atractivas y útiles para los usuarios, la proliferación de smartphones, así como más y mejores conexiones a Internet.
En este sentido, las cifras que arroja América Latina hablan por sí solas. “La penetración de teléfonos inteligentes ha crecido de forma espectacular en los últimos tres años”, destaca Alejandra Beghelli Zapata, profesora de Informática de la Universidad Adolfo Ibáñez, en Chile. Según datos obtenidos de diferentes fuentes del sector, “en 2010, ésta apenas se situaba entre el 4% y el 9%. Sin embargo, las estimaciones más recientes pronostican una penetración del orden del 24% al 28% hacia finales de 2013, con un estimado de entre 140 y 200 millones de teléfonos inteligentes en la región”, señala. A esto hay que sumar una tasa de penetración de Internet de alrededor del 40-50%, por encima del promedio mundial, pero con un reparto muy heterogéneo. “Así mientras que Uruguay, Argentina, Chile, Puerto Rico y Colombia superan el 50% de penetración de Internet, países como Haití y Nicaragua no superan el 15%”, añade.
Todo parece indicar, además, que las proyecciones sobre el uso de la tecnología movil en los años venideros son muy halagüeñas. Beghelli destaca el último estudio de la GSMA -organización que representa a operadores móviles mundiales-, sobre el estado de este tipo de comunicaciones en Latinoamérica donde se señala que “en 2011 la banda ancha móvil superó a la banda ancha fija como la primera opción de los consumidores para acceder a Internet. Las suscripciones móviles han aumentado un 127% por año en los últimos 5 años y se pronostica que continuará creciendo un 50% anual durante los siguientes 5 años. Para 2015 se espera que Latinoamérica cuente con unos 350 millones de suscriptores de banda ancha móvil”.
Por otro lado, la empresa de análisis de Internet ComScore considera que América Latina, junto con Asia, lidera la lista de mercados donde más se usan las aplicaciones de mensajería instantánea. En términos del promedio de horas mensuales que un usuario pasa utilizando servicios de mensajería instantánea, Brasil lidera la lista mundial con 8,5 horas al mes. Entre los primeros diez países aparecen también México, Perú, Argentina y Chile; ninguno de ellos con menos de 6 horas mensuales dedicadas a aplicaciones de mensajería instantánea. En lo que respecta a la penetración de este tipo de mensajería en el mundo, Perú lidera la lista con un 77% de su población online usando esta comunicación y otros seis países latinoamericanos aparecen entre los 10 primeros: Brasil, México, Argentina, Colombia, Chile y Venezuela.
¿Un modelo freemium?
“La popularidad de las aplicaciones de mensajería instantánea varía de región en región y no parece haber ninguna que lidere a nivel mundial”, comenta Beghelli. Por ejemplo añade “que mientras en Korea Kakao Talk tiene una tasa de penetración cercana al 95%, en Japón no llega al 5% y en EEUU ni siquiera aparece entre las preferencias de los usuarios. En Brasil, Rusia y Europa occidental WhatsApp lidera el mercado, en China las aplicaciones más populares son WeChat y TencentQQ, aunque WhatsApp obtiene un 20% de las preferencias de este mercado tan grande. En Japón, LINE está concentrando las preferencias de los usuarios”.
“Los casos nacionales son muy distintos dependiendo de cómo se mueve la industria de telecomunicaciones del país”, señala Ricardo Pérez, profesor de Sistemas de Información de IE Business School, en Madrid. Y dice que, por ejemplo, la mensajería instantánea ha crecido mucho en España porque los precios de los SMS, servicio ofrecido por las operadoras de telecomunicaciones, eran muy elevados, “con lo cual la gente se ha movido a aplicaciones como WhatsApp, Line, etc. buscando la alternativa barata”. Pero destaca que mucho antes del auge de estas aplicaciones había empresas que ya daban servicio a la misma necesidad. Por ejemplo, los teléfonos de la canadiense “BlackBerry tenían muchísima popularidad en los países emergentes porque te procuraban acceso al Messenger de forma gratuita”.
Hoy en día, BlackBerry cuenta con cerca del 80% del mercado de empresas latinoamericano y lidera la cuota de mercado de usuarios en casi todos los países. No es de extrañar, por tanto, que para hacer frente al enorme avance de los teléfonos de Apple y el sistema operativo Android en todo el mundo, BlackBerry haya reaccionado con el lanzamiento en julio de un teléfono de bajo coste, el Q5, para países emergentes, incluyendo América Latina, y así crecer donde es más fuerte. El teléfono llega, además, con el incentivo de que la compañía planea poner a disposición de los usuarios de iOS -sistema operativo móvil de Apple- y Android su popular BlackBerry Messenger en los próximos meses. El problema es que las aplicaciones de mensajería multiplataforma ya están muy extendidas entre los consumidores.
Según comenta Beghelli, no existen estudios acabados acerca de qué aplicaciones de mensajería instantánea son las más usadas en la región hoy en día. Pero señala que existen estudios parciales que permiten afirmar que hasta finales del año pasado WhatsApp, nacida en 2009 y que en 2012 manejaba un tráfico diario de 10.000 millones de mensajes, lideraba las preferencias de los latinoamericanos. Sin embargo, con la reciente activación del cobro anual de un dólar por parte de WhatsApp –gratuita en todas las plataformas, salvo en Apple Store, el primer año- y la aparición de la aplicación gratuita LINE en español a finales de 2012, “parece que el liderazgo de la primera se está viendo afectado. De hecho, durante marzo de 2013 la japonesa LINE fue la aplicación de mensajería instantánea más descargada desde la tienda Google Play”, añade.
A pesar de las numerosas críticas recibidas por parte de los usuarios, WhatsApp parece que ha apostado de forma decidida por el cobro de una tarifa anual para, según su página web, evitar tener que decantarse por un modelo de ingresos por publicidad y la inclusión de anuncios, descritos como “un insulto a tu inteligencia y una interrupción de tus pensamientos”. Según Beghelli, no está aún del todo claro que el cobro por parte de WhatsApp ahuyente a los usuarios latinoamericanos. Esto se debe a “que la mayoría de los propietarios de teléfonos inteligentes en la región pertenecen a las clases medias y alta y el cobro anual de WhatsApp es extremadamente bajo, casi insignificante”. Por otro lado, ya están habituados a su interfaz, además de que todos sus contactos ya están en esta plataforma y tienen grupos creados que usan habitualmente. “Cambiarse de aplicación sin que el resto de los pares lo haga no reporta beneficios”, destaca.
Sin embargo, la profesora afirma que en estos momentos hay muchos usuarios evaluando LINE, “ya sea por curiosidad tecnológica o porque están valorando alternativas gratuitas a WhatsApp”. Si en este proceso LINE logra cautivar a un segmento importante del público, ella cree que “es probable que veamos una transferencia de usuarios masiva durante 2013 debido no tanto al precio de WhatsApp sino a las nuevas funcionalidades que los usuarios descubrirán en LINE”.
Entre las principales funcionalidades propias de LINE está la posibilidad de acompañar las conversaciones con emoticones de gran tamaño e ilustraciones. De hecho, su modelo de negocio consiste en la venta de pegatinas virtuales en una tienda online a la que se puede acceder desde la aplicación. Por defecto, Line incluye unas 250 pegatinas virtuales gratuitas. Además, a diferencia de WhatsApp, tiene características propias de una red social, ya que cuenta con un timeline y un muro en que otros usuarios pueden publicar mensajes e iconos, y se pueden hacer llamadas gratuitas gracias a la tecnología VOIP (Voice Over Internet Protocol).
A la sombra de estos grandes jugadores están surgiendo otros más pequeños que tratan de destacar a través de la especialización en áreas como la seguridad o el control de la información enviada. Este es el caso de la española Woowos, una aplicación gratuita que te permite borrar los mensajes del dispositivo de destino y enviarlos codificados para que nadie pueda leerlos sin el permiso del usuario. BlinkMe es una aplicación de mensajería instantánea chilena, que surgió a principios de marzo pensando también en la privacidad, y propone el intercambio de imágenes instantáneas que duran unos pocos segundos y luego desaparecen, sin gastar memoria del celular. A finales de marzo contaba con 3.000 usuarios, 2.500 chilenos, y empezaba a crecer en Colombia y México. “Aún es muy temprano para saber si tendrá acogida masiva en la región”, dice Beghelli.
¿Quiénes sobrevivirán?
En opinión de Pérez todavía estamos asistiendo a la infancia de este tipo de compañías. “Lo que está claro es que la guerra en estos momentos es por crecer para tener los mayores efectos de red posibles y, en base a eso, crear costes de cambio muy altos para los clientes”. Es decir, que al usuario le cueste mucho tomar la decisión de cambiarse a la competencia porque tiene a sus contactos más importantes en la misma aplicación. En los negocios donde los efectos de red son tan cruciales, “el ganador es el que tiene más usuarios, más gente que quiere estar en contacto. El mercado se irá concentrando en las aplicaciones de más uso”, afirma Pérez.
El cree que en el futuro, salvo que alguien demuestre que hay un grupo de usuarios grande que solicite un servicio diferenciado, como puede ser el de la seguridad, los jugadores pequeños no tienen muchas opciones de supervivencia por el esfuerzo que supone para el usuario mantener varios perfiles y cuentas. “Hay un punto de saturación de cuántas cuentas podemos mantener, así como intereses. Solo van a sobrevivir aquellos que proporcionen un valor diferencial”, advierte.
Beghelli también piensa que vamos a asistir a una concentración del mercado en que sólo quedarán unos pocos actores. Respecto al modelo de negocio por el que se decantarán, ella destaca que en América Latina la gran mayoría de los usuarios de comunicación móvil usa servicios pre-pago, lo que significa que no están habituados al pago periódico por este servicio. “Por eso no parece probable que el modelo de negocios que tenga éxito sea el de un pago mensual. Los proveedores deberán desarrollar modelos de negocios innovadores que les permita captar un público exigente, pero que al mismo tiempo espera que las aplicaciones de Internet les sean dadas gratis. Los modelos tipo freemium pueden ser un buen punto de partida”.
Lo que es evidente, en estos momentos, es que los gigantes tecnológicos también están moviendo ficha para unirse a la competencia en el sector. Por ejemplo, Google acaba de anunciar la unificación de sus servicios de mensajería y el lanzamiento de Hangouts, que cuenta con el respaldo de Google+ porque permite chatear con todos los contactos de la red social del gigante de búsquedas o de los que tienen una cuenta en Gmail. Con este servicio Google pretende dar la batalla no solo a las empresas que ofrecen mensajería móvil, también a los gigantes tecnológicos que ya han incorporado las videollamadas a sus servicios, como Microsoft con Skype o Apple con FaceTime.
Pérez cree que la única amenaza para los principales jugadores, como WhatsApp o Line, es que alguno de los campeones de redes sociales, como Facebook o Google +, puedan reaccionar y proporcionar un servicio que sea casi automático. “Aunque intuyo que es demasiado tarde, demasiado poco, porque la gente ya está utilizando otros productos”. En su opinión, los usuarios no van a empezar a usar propuestas que no le son familiares y provienen de entornos que no les da credibilidad como buenos proveedores de esos tipos de comunicación. “Pienso que los principales jugadores de ahora van a serlo durante un tiempo salvo que se produzca una revolución tecnológica que venga acompañada de efectos de red muy fuertes”.
Los perdedores
El hecho de que exista una alternativa gratuita a SMS, sin restricciones al número de caracteres y con más funcionalidades, ha afectado de forma negativa al crecimiento de del mercado SMS en América Latina. Beghelli señala que “las operadoras de la región han visto mermados sus ingresos por SMS de forma significativa desde el año 2011 y todo parece indicar que la tendencia continuará. De hecho, el año 2012 fue la primera vez que se enviaron más mensajes por aplicaciones de mensajería instantánea que por SMS”.
Sin embargo, no parece probable que el uso de SMS desaparezca del todo en el corto plazo. Según explica, esto se debe a la penetración de teléfonos inteligentes aún es baja, incluso en los países que lideran el uso de estos aparatos. “Es poco probable que, con el elevado precio de los smartphones, esto vaya a cambiar drásticamente en el corto plazo, debido a la alta desigualdad económica que existe en el continente”. Por otra parte, señala que el servicio de SMS ofrece una confiabilidad que no se ve en las aplicaciones de mensajería instantánea y no exige el acceso a planes de datos para operar. “En una región donde cerca del 80% de los servicios móviles es de pre-pago, éste es un aspecto importante a considerar”, añade.
Además señala que, tanto Movistar como América Móvil, las principales empresas de telecomunicaciones en la región, han empezado a acercarse a los usuarios de mensajería instantánea mediante el desarrollo de sus propias aplicaciones -TU Me, de MoviStar, y Claro Messenger, de América Móvil-, “dando muestras de que en vez de bloquear las aplicaciones de mensajería móvil para favorecer el envío de SMS la estrategia de negocios se orientará hacia la integración de estas aplicaciones a sus ofertas”.
En opinión de José Lino Contreras, profesor del Departamento de Informática de la Universidad Técnica Federico Santa María, en Chile, “es probable que el SMS tenga que mantenerse como un servicio gratuito, o evolucionar hacia algo más atractivo”. En cualquier caso, él cree que las empresas de telefonía móvil no se ven afectadas por la baja de SMS, “pues el aumento de usuarios y del tiempo de uso de Internet, a través de sus redes de comunicación, compensa largamente lo que pierden en SMS”.
Según Pérez, la clave sobre el futuro de las empresas de telecomunicaciones va a estar en mantener un tipo de tráfico que logre que los clientes permanezcan cerca de ellas y así puedan venderles servicios de valor añadido. “El vender datos de por sí está muy bien, pero no es suficiente. Cuantos más servicios de este tipo se escapen de su control menos posibilidades tendrán de ofrecer cosas nuevas, diferenciales, que generen una facturación distinta”, advierte.
Los expertos señalan que la evolución del sector de la mensajería móvil y quiénes serán sus principales jugadores es en estos momentos es incierto, pero no hay duda de que la idiosincrasia de los latinoamericanos juega a favor de este tipo de comunicación en la región. “Nos gusta compartir y socializar con familiares y amigos, y con amigos de nuestros familiares. El estar enterado de la vida de otros y contar sobre la vida de uno es también una característica muy fuerte. Ahí radica el éxito de estas aplicaciones en América Latina”, concluye Contreras.