Conozca la historia de cómo un mensaje de Twitter elevó la popularidad de un dispositivo que suele ser usado, en su mayoría, por especialistas.
Para quien aún no crea que las redes sociales tienen un potente impacto en la vida diaria el siguiente ejemplo puede resultar ampliamente ilustrativo
Desde hace unos días, la compañía británica PortaPow comenzó a experimentar supuestos problemas para cumplir con la alta demanda de sus clientes por un cargador USB que permite, en efecto, cargar la batería de un dispositivo, pero que a la vez bloquea la transferencia de datos. O sea, un cargador que impide que alguien intente acceder al teléfono celular o la tableta de un usuario desprevenido.
A simple vista este pareciera un artículo de nicho, un producto hecho para un grupo, selecto acaso, de personas que valoran ampliamente su privacidad y la seguridad de su información personal. Es decir, usuarios que pueden ser hackeados y conocen el riesgo de conectar sus dispositivos en puertos USB públicos, como los que se encuentran en aeropuertos, estaciones de tren y otros lugares de tránsito, por ejemplo.
Ahora, si bien PortaPow no es la primera empresa en fabricar este tipo de cargadores, conocidos popularmente como “condones USB”, un mensaje en Twitter de Neil Brown, un prominente abogado británico, le dio comienzo a una especie de bola de nieve de mercadeo que, al parecer, ha disparado las ventas de esta empresa.
Aunque la compañía no ha revelado cifras oficiales de sus ventas (y es poco probable que lo haga, pues el misterio pareciera ser más lucrativo), algunos reportes señalan que la demanda ha estado a punto de romper con la cadena de producción de este dispositivo.
El mensaje de Brown fue retomado por William Gibson, el autor de novelas como “Neuromante” y una reconocida figura en el mundo de la tecnología. Y desde ahí la cosa no ha hecho sino crecer.
En la conversación en línea incluso salió a relucir que Bruce Schneier, un reconocido criptógrafo y experto en seguridad digital, es un usuario recurrente de este tipo de dispositivos. PortaPow también fabrica un cable mini USB que bloquea la transferencia de datos, pero permite el paso de energía para cargar de forma segura.
Ahora bien, el producto de esta empresa británica no es ni el primero, ni el único, pensado para resguardar la privacidad de los usuarios y la seguridad de su información.
En el reino de la seguridad digital hay una amplia lista de proveedores de equipos para tareas que van desde autenticación segura de usuarios en redes, pasando por lectores verificados de tarjetas o memorias USB, hasta módems móviles para navegación anónima, entre otros.
También existen sitios como Security in a Box o Digital Security First Aid Kit, que ofrecen una amplia lista de sugerencias en campos como almacenamiento seguro de información, navegación anónima, limpieza de sesiones, correo y chat cifrados, así como varios programas para evitar el espionaje de comunicaciones, entre otras herramientas.
El sitio de noticias económicas Quartz incluso reportó que hay un sitio en el que se puede consultar una guía para construir su propio condón USB. El tutorial está disponible acá.