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Diego Ghilini, de Accenture: “La mayoría de las compañías no han sido capaces de responder de forma efectiva (a la explosiva demanda)”
Martes, Junio 9, 2020 - 10:09

Según un estudio de Accenture, el 71% de las compañías no está preparado ante una crisis de larga duración. Ante esto, el director de retail y consumo masivo de la consultora en Chile explica cómo operar la cadena de suministros en una nueva realidad y ser resiliente en futuras crisis.

Una de las consecuencias de la pandemia del Covid-19 ha sido una abrupta disminución de la ventana de opciones de los consumidores para obtener recursos vitales. Sin la posibilidad de ir a las tiendas físicas, las líneas digitales de abastecimiento se han visto sobrecargadas, impactando las cadenas tradicionales de suministros de las compañías de todo el mundo.

Hay un término para esto: el “cisne negro”. Acuñado en 2007 por el matemático y analista de riesgo Nassim Nicholas, se refiere a los impactos extremos causados por raros e impredecibles eventos atípicos.

Según el estudio “Building supply chain resilience: What to do now and next during Covid-19” de Accenture, el 71% de las empresas encuestadas no tenía un plan de contingencia para las operaciones de negocio en caso de que el brote durara más de unas pocas semanas, el 75% de las compañías ha sufrido un impacto negativo o muy negativo en su negocio, mientras que el 55% cree que rebajará sus previsiones de crecimiento (o lo han hecho ya).

“La realidad en América Latina no es diferente, ya que nadie esperaba una crisis de la envergadura del COVID-19”, dice Diego Ghilini, el director de retail y consumo masivo de la consultora de Accenture Chile. “Algunas industrias han visto un aumento explosivo de su demanda, pero la mayoría de las compañías no han sido capaces de responder de forma efectiva”, agrega.

Por ejemplo, supermercados y las compañías de productos de mejoramiento del hogar, como hobbies y muebles, han visto un aumento en la demanda desde las plataformas digitales. Pese a que no se vio interrumpida la cadena entre proveedores y empresas, pero la entrega final hacia los consumidores sí. “En las primeras semanas de la crisis vimos cómo las páginas de los supermercados estaban caídas, ya que su capacidad no estaba pensada para esta cantidad de demanda”, explica Ghilini.

Además de la última milla, según el estudio de la consultora todos los silos de la cadena de operaciones se han visto afectadas por la crisis. En el caso de la manufactura, las plantas de producción se encuentran cerradas y se enfrentan a una escasez de materias primas; mientras que transportar los productos es otro desafío, al tener restricciones de viajes nacionales y transfronterizos, restricciones en horas de trabajo y tiempo extra para la limpieza de embarques.

¿Qué hacer ahora?

Para hacer frente a la disrupción de la cadena de suministro de una empresa, el estudio de la consultora global recomienda que en primer lugar, se reconozcan las características únicas y capacidades de cada componente de la cadena para optimizarlas holísticamente. Además, es necesario entender las relaciones entre estos componentes y las características de los productos y servicios que se proveen. Finalmente, es importante entender las relaciones de los productos y servicios ofrecidos con los clientes.

Además, recomienda un plan de acción para enfrentar la situación actual de forma sistemática y tener una respuesta resiliente.

En 72 horas: Evaluar las operaciones actuales y preparar recomendaciones iniciales:

  • Evaluar la visibilidad de la cadena de suministro, identificar gaps críticos y reunir información inicial de la situación.
  • Definir el alcance del impacto (componentes, consumidores, productos/servicios).
  • Evaluar un plan de riesgo inicial para la continuidad del negocio, determinar el grado de impacto y priorizar.
  • Desarrollar un dashboard de soporte de toma de decisiones.
  • Conducir un modelo de escenario de riesgos prioritarios, alcance y tomar decisiones y recomendaciones.

En 1 semana: Poner en marcha un centro de mando y empezar a desplegar una respuesta rápida:

  • Establecer un centro de comando multifuncional que impulse un ambiente de trabajo digital.
  • Ejecutar acciones prioritarias basadas en protocolos predefinidos.
  • Establecer metas respecto de las consecuencias del escenario; expandir modelos de escenario basados en los análisis de riesgo y hacer recomendaciones. 
  • Desarrollar un dashboard de KPIs de respuesta rápida para tener una visibilidad end-to-end.

En 2 semanas: Ajustar rápidamente las operaciones y continuar con el ciclo de respuesta:

Pese a que la pandemia sea un “cisne negro”, Ghilini afirma que es esencial que las compañías impulsen sus capacidades de adaptarse de forma ágil a la nueva capacidad. “Estar preparados es muy rentable, porque con la estrategia correcta las empresas pueden evitar potenciales pérdidas millonarias y logran mantenerse competitivas. Esto es particularmente importante al considerar que esta no es una crisis aislada y que veremos nuevos eventos en el futuro”, dice.

Según el experto, uno de los elementos fundamentales que las empresas deben desarrollar es una red troncal basada en tecnologías digitales y analytics, con el fin de gestionar de forma efectiva la cadena de suministro y así anticiparse a la disrupción y entregar respuestas rápidas. “Es necesario hacer análisis de escenarios con Inteligencia Artificial y analytics en temas como surtido (qué ofrezco y en qué variedades), optimización de rutas, escenarios de segmentación del tiempo y tipo de servicio, es decir cuáles son más urgentes y cuáles menos”, dice.

En el caso de América Latina, las compañías han comprendido la necesidad de avanzar en la adopción de las nuevas tecnologías y ya están adoptando ciertos componentes. Sin embargo, “la mayoría de las empresas están adoptando las nuevas tecnologías en silos y no como base de su negocio. Esto debe cambiar y sobre todo en el contexto del COVID-19, donde la urgencia de avanzar en la digitalización se ha acelerado más que nunca”, concluye.

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Autores

Sol Park