Aún existe un gran potencial tanto en instituciones como profesores y alumnos a la hora de integrar innovación y dispositivos electrónicos al estudio.
El escenario de la educación tecnológica se ha mantenido relativamente estable desde la llegada de los PCs a las bibliotecas durante los años 90, los llamados “laboratorios de computación”. Los años han pasado y a pesar de existir algunas iniciativas importantes, ha costado integrar nuevas tecnologías a la sala de clases, tanto en el caso de alumnos como por profesores, o incluso las instituciones y organizaciones relacionadas. Y es que no siempre están capacitados para usar los dispositivos de última generación.
Frente a este panorama, Intel entrega consejos a la hora de enfrentar las mayores preguntas y dificultades en el uso y consumo de tecnología en este sector. La compañía ha apoyado el avance de diferentes iniciativas que han cambiado la manera en la que profesores y alumnos interactúan con la tecnología en las aulas, lo que ha logrado ayudar a más de 10 millones de docentes en más de 100 países a través de programas como Intel World Ahead. Bajo esta experiencia, analiza la situación local.
Lo que se necesita y se puede hacer con la tecnología en educación según Intel
“Los dispositivos que tengan un buen tiempo de uso -a partir de los 3 años- no sólo le costarán más a la institución o a la familia en casa por temas de mantenimiento, sino que también perderán efectividad a la hora de usar herramientas más avanzadas para motivar a los estudiantes. Por lo mismo, es importante evitar el envejecimiento de las herramientas tecnológicas, ya que de no ser actualizada, pierden su valor como apoyo educativo.”, explica Eduardo Godoy, Gerente de Producto para Intel Latinoamérica.
Por otro lado, ya no sólo los computadores representan la conexión a Internet y herramientas digitales a la hora de hacer tareas o estudiar. Cuando llega el momento de explorar nuevas formas de enseñar en la sala de clases, las tablets se han vuelto una gran opción. Hasta ahora, son el dispositivo que se ha establecido con más éxito entre los establecimientos educacionales que han elegido actualizar sus aulas: Según un estudio realizado por la editorial Pearson, un 92% de los alumnos consideró que el uso de una tablet cambiará su forma de aprender en clases.
Incluso, el uso de tablets en el colegio ha protagonizando grandes proyectos nacionales, como hoy lo está promoviendo Lab4U, un emprendimiento chileno de laboratorio virtual, que ha desarrollado tecnologías que utilizan dispositivos móviles (teléfonos, tabletas) como instrumentos científicos (apps que los vuelven microscopios o termómetros, por ejemplo).
Así, la tecnología móvil de alto rendimiento, está dando un nuevo enfoque a el hacer tareas y deberes escolares en el caso de las ciencias, a un costo muy accesible “Los dispositivos como tablets han evolucionado en sus diseños resistentes y pantallas táctiles intuitivas, mientras además, bajan sus costos. Además, en algunos modelos disponibles en el retail para cualquier usuario, como la Microlab K4.4, la MTV o la Acer Iconia A1, las baterías de estas tablets ya pueden lograr una jornada completa de clases sin necesidad de carga”, agregó Godoy.
¿Miedo de que el uso de tablets en el aula se convierta en desorden?
A través de programas especiales, algunos gratuitos y otros más sofisticados como servicios B2B, los profesores pueden funcionar como administradores de una red dentro de cada sala, permitiendo controlar a su merced el uso de los equipos para poder guiar a los alumnos sin distracciones.
No importa si se trata de PCs de escritorio, notebooks o móviles. Aunque en Chile se han visto proyectos innovadores, aún existe un desafío de integrar tecnología en la educación y motivar el uso de dispositivos y computación. Esto además de la creación de nuevas herramientas y softwares como acceso a la información.