Lee Jae-yong, vicepresidente y heredero de la compañía, está acusado de soborno por US$36 millones junto a otro cuatro ejecutivos de la firma surcoreana.
A fines de la semana pasada se realizó la primera audiencia en el proceso contra Lee Jae-yong, vicepresidente de Samsung acusado de soborno para recibir decisiones favorables del gobierno surcoreano acerca de una fusión de dos alas de la compañía.
Este fue un procedimiento preliminar al comienzo del juicio. En el proceso están incluidos cuatro ejecutivos más, aparte del vicepresidente y posible heredero de la compañía.
Lee Jae-yong, también conocido como Jay Lee, no asistió a la audiencia, pero su abogado negó los cargos que le levantó un fiscal especial a principios de este mes. Los otros ejecutivos involucrados tampoco aparecieron en el procedimiento y también negaron formalmente los cargos.
El heredero
Jay Lee es el único hijo hombre de Lee Kun-hee, el patriarca de la familia que controla la mayoría del vasto emporio comercial que es Samsung, una compañía que fabrica desde celulares y electrodomésticos, hasta barcos y tecnología militar, pasando por la administración de hospitales, parques temáticos, hoteles y la venta de seguros.
Lee Kun-hee fue condenado por cargos similares en dos ocasiones y en ambas oportunidades recibió perdones presidenciales. El patriarca se retiró de la vida pública, y en buena parte de sus funciones como presidente de Samsung, luego de sufrir un infarto, en 2014.
Su hijo es visto como el más opcionado para heredar el gran conglomerado familiar, que en coreano recibe la denominación de chaebol.
La relación entre la empresa y la destitución de ex mandataria
A mediados de febrero de este año, Lee hijo fue arrestado como parte de una investigación judicial que hoy tiene contra las cuerdas a la ex presidenta surcoreana, Park Geun-hye, y a una de sus asesoras más cercanas, Choi Soon-sil.
En palabras sencillas, la asesora parece haberse dedicado a extorsionar a otras grandes empresas a cambio de ejercer su influencia en las decisiones de la presidenta, una amiga de infancia.
En el caso de Samsung, el fiscal especial del caso asegura que Jay Lee entregó dinero a Choi Soon-sil a cambio de recibir el visto bueno del Gobierno en una fusión de dos empresas del conglomerado. La jugada está diseñada para cimentar el control del vicepresidente sobre la compañía, esto de cara a la sucesión de poder entre padre e hijo. Los presuntos sobornos de Lee hijo llegarían a US$36 millones.
Por su parte, la defensa de Lee negó todos los cargos contra él, diciendo que la acusación del fiscal especial cita conversaciones, pruebas o testigos que la fiscalía realmente no oyó, investigó o entrevistó según la normativa o incluye opiniones que no son hechos.
"No está claro qué clase de orden se supone que ha dado Lee Jae-yong", dijo al tribunal el abogado defensor de Lee, Song Wu-cheol, usando el nombre coreano de su cliente. "La acusación no puede incluir declaraciones que puedan crear prejuicios en el tribunal sobre el caso", dijo Song a los periodistas a su salida del recinto. El grupo Samsung ha negado repetidamente haber cometido irregularidades.
En tanto, hasta el minuto la ex mandataria ya ha admitido parte de los cargos que llevaron a su destitución. "Tomará tiempo, pero creo que la verdad será revelada", agregó Park, en sus primeros comentarios públicos desde su salida del Gobierno.
No está claro cuándo comenzará el juicio formal en contra de los ejecutivos de Samsung. Se estima que, una vez arranque el procedimiento, el fallo podría tomar tres meses. El 23 de marzo se espera la realización de otra audiencia preliminar, apenas días antes de que la compañía presente formalmente su próximo teléfono insignia en Nueva York, que presuntamente se llamará Galaxy S8.