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El padre del software libre: 'No soy rey… ¡soy un santo!'
Jueves, Septiembre 13, 2012 - 11:55

De paso por Colombia, el hacker estadounidense afirma que está en contra de ‘la tiranía en la informática’ y que “los terroristas principales son los Estados”.

Cascarrabias para unos, gurú para otros, Dios para los más fanáticos. Ese es Richard Matthew Stallman, un neoyorquino de 59 años que por momentos le presta su cuerpo a ‘San Ignucio’ y que es considerado por los entendidos como el padre del software libre.

Es conocido en la historia de la computación como uno de los primeros hacker y desde que en 1971 como estudiante de física de la Universidad de Harvard se infiltró en el Laboratorio de Inteligencia Artificial del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT por sus siglas en inglés). No lleva teléfono celular, no usa redes a las que deba ingresar una clave y no deja que le tomen huellas dactilares. No quiere que nadie lo rastree, pero si un servicio secreto o una multinacional se propusieran esa misión, lo más sencillo sería seguir el rastro de los residuos de zanahorias que va dejando en su cuarto, en el baño, en la mesa… idéntico a su paisano Bugs Bunny. Acepta esta entrevista que le agobia, pero quién lo mandó a ser el padre del GNU (‘Ñú’), un sistema operativo completamente libre. No para de refunfuñar y sin razón alguna para hacerlo, acata al final el pedido de enfundarse la túnica negra y acomodarse la aureola que carga en una bolsa plástica. Es la prueba irrefutable de que ‘San Ignucio’ bajó de los cielos.

-¿Cuál es la diferencia entre el software libre y el software gratis?

-Conocen todos la diferencia entre las palabras libre y gratuito; uno se trata de tu libertad y otro se refiere al precio, entonces son dos asuntos sin mucha relación. No me intereso mucho por el precio del software. El software libre no tiene reglas acerca del precio y si uno vende una copia y otro la compra, puede pagar cuanto se acuerde, pero para ser software libre tiene que respetar la libertad de quien tenga una copia.

-¿Cuáles son las libertades con respecto al software que usted propone?

-El criterio específico de que un programa sea libre, es llevar las cuatro libertades esenciales.. La ‘libertad cero’ es la de ejecutar el programa como quieras. La ‘libertad uno’ es la de estudiar el código fuente del programa y cambiarlo para que haga tu informática como quieras. El control individual no basta, entonces requerimos la ‘libertad dos’ de redistribuir copias exactas del programa cuando quieras, y la ‘libertad tres’ de redistribuir copias modificadas del programa cuando quieras.

-¿Pero un mundo digital sin controles y vigilancia no es lo más cercano al caos?

-Es una pregunta sin relación con la realidad. El hecho es que van aumentado en mucho la vigilancia que hacen gracias a la tecnología digital, y la cuestión es aumentar la vigilancia o no. No necesitamos más vigilancia. El peligro principal viene del Estado y es el Estado quien tiene más poder por la vigilancia. Los colombianos deberían saber que el gran peligro viene del Estado. Los terroristas principales son los del Estado.

-¿Le preocupa lo que puedan hacer las multinacionales contra usted? ¿Le angustia lo que pueda pensar Bill Gates?

-Tengo la esperanza que me odien, porque si no me odian es que no he hecho bastante.

-¿Cómo se hacen los buenos programadores?

Si tienes un gran talento podrás hacer programas grandes e importantes; si tienes menos talento no harás tanto. Todo depende de cuánto talento tengas, y yo no lo sé, pero tú sabrás. Si programar te parece difícil, es probablemente porque tienes menos talento. Si hacerlo es un deleite, es probable que tengas mucho talento, porque con él programar es un placer. Esto no quiere decir que cualquier trabajo es fácil y rápido. Tampoco puedes evitar el depurador por hacer las cosas de manera rápida.

-¿Se siente como Francis Drake y Morgan, o no?

No ataco barcos.

-¿Ataca el sistema?

Ataco la injusticia, pero esto tiene nada que ver. Un pirata ataca barcos, y lo que hago no tiene mucho que ver con barcos. No soy pirata. A veces comparto copias no autorizadas de las obras porque compartir es bueno, pero no tiene nada que ver con la piratería.

-¿El TLC EE.UU. y Colombia favorecerá el campo de la informática?

-¡Este nombre es una mentira! Son tratados de libre explotación y atacan la democracia porque transfieren el poder político del Estado a las empresas; por lo tanto hay que romperlos todos, empezando por la Organización Mundial de Comercio que es muy dañina a la democracia. Los países tienen que salirse de la OMC para salvarse.

-¿Qué entiende por Derechos de Autor?

-El derecho de autor no es un principio ético, es una ley, y una ley puede ser justa o injusta. Esta es una cuestión ética. Compartir es bueno y debe ser legal. Si una ley contradice esta conclusión ética, la ley me parece injusta.

-¿Qué le falta en su vida?

Ganar esta batalla. He logrado bastante, si juzgo según lo que una persona puede lograr, pero no basta porque lo que hace falta es vencer al enemigo y no lo hemos vencido, entonces no puedo estar contento. En nuestra época las empresas tienen demasiado poder y entonces no tenemos democracia. La idea con la democracia es que los muchos no ricos se unen para colectivamente tener más poder político que los ricos y para que ellos no puedan hacer lo que quieran.

-¿Se imagina que la ONU de cumpleaños le regalara la noticia de que debe primar el software libre? ¿Cómo celebraría?

No sé, porque no sé celebrar. Supongo que prestaría mi atención a otra injusticia, porque no faltan injusticias en el mundo. Para establecer una libertad durable, no basta con regalarle la libertad a la gente porque si no la valoran, la abandonarán. Hace falta también enseñar a valorar la libertad, para no perderla. Hemos perdido la democracia por no oponernos bastante a los Tratados de Libre Explotación porque presentaban unas supuestas ventajas, usualmente falsas, porque los que ganan son el uno por ciento y los demás pierden. Como sociedad no le prestamos suficiente atención a mantener la democracia y así trocamos la democracia por beneficios imaginarios.

-Usted pelea por una libertad pero no deja la computadora ni cuando va al baño. ¿Es esclavo de ese aparato?

-¡No! La uso para hacer cosas que quiero hacer. Lo que hago principalmente es escribir y comunicar.

¿Quiénes lo oyen y lo siguen?

-No sé. Qué pregunta tonta, cómo sabría yo. Cada uno puede prestar atención a lo que digo o no. No lo sé y no tengo que preocuparme con eso.

-¿Lo suyo es una secta?

-¡Por favor! Por qué preguntas con insultos.

-¿Dónde dejó hoy el vestuario de ‘San Ignucio’?

Suelo presentar a ‘San Ignucio’, mi otra identidad, en mis conferencias sobre el software libre.

-¿Tiene un santo de la guarda?

-No. ¡Soy santo! Soy ‘San Ignucio de la iglesia de E-max’. Muchas gracias, ‘su majestad’. No soy rey, ¡soy santo!

El software como instrumento del poder

-¿Hay alguna manera de librarse de toda la vigilancia que hay en la red?

-Una parte es si rechazas el software privativo, porque muchos de esos programas tienen la funcionalidad de vigilar al usuario. Son instrumentos del poder de alguien sobre los usuarios y una manera de ejercerlo es vigilándolos, y lo hacen. Los desarrolladores del privativo saben que si introducen funcionalidades malévolas, los usuarios no tienen la posibilidad de cortarlas porque son víctimas indefensas. Pero hay otras maneras de vigilarnos, por ejemplo la revisión de su uso a través de los proveedores del servicio. El teléfono móvil es un instrumento de vigilancia y seguimiento porque dice frecuentemente dónde está y el sistema de telefonía puede tomar nota de todas las ubicaciones de todos los teléfonos y hacer un historial de cada persona. Por eso mi deber es no llevar teléfono móvil.

-¿Cada vez toma más fuerza la tendencia a hacer computación en la nube?

-No existe. Usar ese término lleva a una conversación inútil, entonces que no se use. ‘Computación en la nube’ es un término de mercadeo que suena bien y no dice nada, entonces atrae a los tontos a hacer cualquier cosa sin prestar atención a las ventajas o desventajas que tiene.

“Estoy por la libertad de cada usuario”

-¿Su lucha es contra el sistema, contra el capitalismo, contra qué?

-¡No, no, no! Si se trata del asunto del software libre, estoy por la libertad de cada usuario y contra el poder del desarrollador. Con el software hay dos posibilidades: los usuarios tienen el control del programa o el programa tiene el control de los usuarios. El primer caso es el software libre, en el que los usuarios tienen el control de su propia informática. Con un programa privativo, el programa tiene el control de los usuarios, pero siempre hay alguien -el desarrollador o dueño del programa- que tiene el control del mismo, que en términos sociales se convierte en un yugo, un instrumento de poder del dueño sobre los usuarios. Aquí está la injusticia, porque para tener libertad necesitamos no usar software privativo.

Autores

ELESPECTADOR.COM