Venezuela, Paraguay y Nicaragua lideran el uso de programas piratas a nivel regional. ¿Qué peligros conlleva esta práctica?
El uso de programas sin licencia es cada vez más común dentro de las empresas, y no sólo alrededor del mundo sino que también dentro de Latinoamérica. Sin embargo, muchos desconocen que esta práctica puede ser la causante de pérdidas de data, filtraciones y hackeos en empresas, debido a las brechas de seguridad.
Así lo revela el estudio “Aprovechar oportunidades a través de la observancia de licencias” de BSA | The Software Alliance, en el que detectaron que a nivel mundial el 39% de empresas aún instalan y utilizan programas ilegales.
¿Cómo está la región?
A nivel de América Latina, el índice de piratería dentro de las organizaciones alcanzó un 55%. Una cifra bastante alta pero que representa una disminución en dicha actividad de 8 puntos porcentuales desde el 2009.
Dentro de la región Venezuela ocupa el primer lugar en uso de software pirata. En este país el 88% de empresas en el país continúa instalando programas sin licencia a la fecha; una práctica que prácticamente no ha tenido alteraciones en los últimos años.
A esta nación le siguen Paraguay (84%), Nicaragua (82%), El Salvador (81%) y Guatemala (79%), ocupando el top 5 de la región. En tanto, en el final del listado aparecen, en cambio, países como Costa Rica (59%), Chile (57%), México (52%), Colombia (50%) y Brasil (47%), con el mejor resultado a nivel latinoamericano.
Otros problemas
Por otro lado, la investigación revela otra práctica que puede comprometer la seguridad de las empresas. Según el estudio, el 26% de los empleados encuestados admitió haber instalado software externo en las computadoras de trabajo. Y, de esos empleados, el 84% reconoció haber instalado dos o más programas no autorizados por la empresa.
Al respecto Cassandra Oshinnaiye de la Cruz, Directora de Compliance Programs de BSA | The Software Alliance indicó que, a pesar de la disminución en los índices de piratería global, se ha encontrado que gran cantidad de directores y altos ejecutivos no están controlando sus redes y, de hecho, subestiman cuánto software sin autorización se ha instalado dentro de sus empresas.
“Hemos encontrado que las organizaciones continúan usando programas no licenciados a un ritmo alarmante y que no son conscientes de los peligros y desventajas que conlleva esta actividad.”, finalizó Oshinnaiye.