Con este lanzamiento, este país se convertirá en el cuarto en poner un pie en nuestro satélite, tras EE.UU., Rusia y China.
Si nada falla, el 13 de febrero de 2019 Israel se convertirá en el cuarto país en poner un pie en la Luna. Tras EE.UU., Rusia y China, el estado judío se convertirá en el cuarto país que enviará una aeronave propia al astro espacial. “Conoced nuestra nave: pequeña, inteligente, y con muchojutzpá (descaro)”, celebraba en un tuit la organización sin ánimo de lucro SpaceIL, responsable de desarrollo del proyecto, que también contó con la asistencia de la compañía estatal Israel Aerospace Industries (IAI), según publica La Vanguardia.
La nave despegará en diciembre del 2018 desde Cabo Cañaveral, en Florida. La llegada a la Luna será la primera de estas características desde el 2013.
El aparato, que tiene forma de mesa redonda con cuatro patas de fibra de carbono, ha sido desarrollado por un equipo de ingenieros que contó con un presupuesto de 77 millones de euros, considerado relativamente bajo para un proyecto de tal envergadura.
“Después de ochos años, la primera aeronave israelí, que se encuentra en la fase final de construcción y pruebas, estará pronto viajando a la Luna”, comentó Morris Kahn, presidente de SpaceIL. Y añadió: “El lanzamiento llenará de orgullo a Israel en su 70.º aniversario. Es un logro nacional que nos colocará en el mapa espacial del mundo”. Según lo previsto, la nave transmitirá imágenes y vídeos desde la Luna dos días después de su aterrizaje, y medirá el campo magnético del satélite como parte de un proyecto científico del Instituto Weizmann.
Para lograr culminar el proyecto –puesto en marcha en el 2011–, tuvieron que sacrificar tamaño y capacidades operativas de la nave para así garantizar un viaje exitoso. Con tan sólo unos 600 kilos –dos terceras partes del peso será carburante–, dos metros de diámetro y 1,5 metros de altura, se convertirá en la aeronave más ligera en alcanzar la Luna. “Cuando el aparato alcance el punto de aterrizaje, será completamente autónomo. El motor se detendrá y alcanzará la superficie a velocidad cero para un aterrizaje suave”, indicó Ido Anteby, CEO de Space IL.