El creciente poder de la informática en el funcionamiento de los autos y su habilidad de conectarse con smartphones está proporcionando a las compañías de tecnología nuevas oportunidades de negocio.
El principal tema de conversación en la Semana del Automóvil de Ginebra es probablemente sobre un coche que puede que nunca vea la luz: el Apple Car.
Fabricantes mundiales de vehículos se darán cita en la ciudad suiza para tratar de vender sus últimos monovolúmenes, coches urbanos y deportivos en medio de un mercado incierto, con crecientes signos de recuperación en Europa compensando una menor demanda en los mercados emergentes.
Pero las preocupaciones a largo plazo también están presentes. Informaciones que apuntan a que el gigante Apple pueda estar construyendo un coche tienen preocupados a los fabricantes ya establecidos, que han empleado motores de combustión en los últimos 127 años, que se preguntan si la compañía está preparada para construir el coche del futuro.
El creciente poder de la informática en el funcionamiento de los coches, y la habilidad de los vehículos de conectarse con smartphones y otros dispositivos, está proporcionando a las compañías de tecnología y fabricantes nuevas oportunidades de negocio- y aumentando su número de rivales-.
La capacidad de compañías de software como Apple y Google - que está trabajando con coches sin conductor - para innovar y crear nuevas fuentes de ingresos ha asustado a los fabricantes de vehículos.
Otro factor intimidatorio para los directivos del sector del automóvil es el tamaño de Apple. Con una valor de mercado de 750.000 millones de dólares, vale más que Daimler, Volkswagen, Renault, Peugeot, Fiat Chrysler, Ford y General Motors juntas.
Los fabricantes no se han rendido, y muchos de ellos ha realizado grandes inversiones para posicionarse como compañías de alta tecnología.
El consejero delegado de Daimler Dieter Zetsche ha dicho que la carrera por construir el coche del futuro está lejos de terminar, y que aún no está claro cuál será el papel que jugarán las compañías tecnológicas".
"Google y compañías parecidas quieren tomar parte, pero no creo que en primera instancia pretendan construir vehículos", dijo. "Tenemos que entender eso, y encontrar nuestras funciones, hasta qué puntos son complementarias, dependientes, y hasta qué punto somos competidores", añadió.