Tras años de promesas sobre la exploración espacial por parte de pasajeros, el hábitat hinchable BA-330 de Bigelow Aerospace pretende convertirse en el primer lugar adaptado para vivir en la EEI.
Por Antonio Sabán para ThinkBig. Cuando queda poco para que se cumplan 47 años de la épica llegada del hombre a la Luna, uno de los grandes sueños de muchos habitantes de la Tierra es la colonización del satélite (sí, pese a sus adversidades) o, al menos, poder viajar al espacio y disfrutar en él de breves estancias. Aunque parece una idea tan loca como la llegada del hombre a Marte, el segundo deseo se acerca a la realidad: según la United Launch Alliance y el multimillonario Robert Bigelow, los vuelos comerciales hacia el espacio (y con ello la posibilidad de crear un hotel espacial) van a ser posibles, y quizá, de aquí a cuatro años.
La tecnología que permitiría este otro gran hito de la historia de la humanidad está basada en un módulo hinchable muy resistente hecho de Kevlar. Diseñado con tecnología del propio Bigelow, va a ser probado en la Estación Espacial Internacional. Como no podía ser de otra manera, el proyecto gira alrededor de proyectos de taxis espaciales en los que ya están trabajando compañías como SpaceX y Boeing.
Como decimos, el lanzamiento del proyecto ha sido fechado para 2020, y forman parte del módulo hinchable de 330 metros cúbicos y el cohete Atlas V, el único que de momento es capaz de transportar algo así. Basado en el diseño de hábitar TransHab de la NASA, el BA-330 vendrá preparado para investigaciones de gravedad cero, procesos de fabricación y la parte dedicada a pasajeros. La mayor ventaja de los módulos inflamables es el gran ahorro que posibilitan gracias a su reducción de peso. El módulo que ya se ha lanzado estará en pruebas en la EEI durante dos años.
En cuanto a cómo sería la estancia de las personas en el espacio, Bigelow ha afirmado que piensan ofrecer estancias cortas de una o dos semanas, ampliables más tarde a 45 días. En ese sentido, ha hablado de ofrecer el servicio a gente diversa, pero no ha hablado de los requisitos físicos especiales necesarios para llegar a ella. Bigelow ha podido fabricar y diseñar su BA-330 gracias a una compra de patentes que hizo a la NASA, pero lo curioso es que ahora es la propia NASA la interesada en experimentar con los módulos, y ha pagado a Bigelow Aerospace 17.8 millones de dólares para el lanzamiento que se dará.
Como vemos, lo que podría ser el primer hotel espacial, se trata de algo que, a saber los frutos que da a viajeros de a pie, es revolucionario y un gran paso hacia la deseada colonización del espacio en general, y de ciertos planetas o satélites en particulas. Será interesante ver si por plazos cumplen y qué demanda tiene entre el público el proyecto, porque no menos importante será conocer qué atractivos adicionales se ofrecen a los pasajeros.
Imágenes: Bigelow Aerospace.