Una nueva integración de herramientas será capaz de predecir y prevenir con antelación los desastres naturales ocasionados por la meteorología. Revisa los avances que ha registrado.
Por Borja García ThinkBig. Con los últimos avances tecnológicos, la seguridad y la ayuda a países azotados por catástrofes meteorológicas es cada vez mayor. Al programa de drones desarrollado por la Cruz Roja, se une ahora un ordenador capaz de prever huracanes e inundaciones. Los datos del satélite meteorológico Himawari-8 y científicos del Instituto Rikei de Japón demostraron que la incorporación de datos satelitales permite predecir y mejorar la evolución y el desarrollo de un tifón.
Takemasa Miyoshi, lider del equipo de Rikei, declaró que Himawari-8 está enviando big data que hasta el momento no estaba disponible. De este modo, se puede construir un sistema que permite a los meteorólogos medir la altura de las nubes, información vital para estimar factores como el viento, la temperatura y el volumen de humedad en la atmósfera.
El equipo de Riken analizó un tifón como prueba de las aptitudes de esta nueva tecnología. Estos desastres azotaron el Pacífico a final de julio y principios de agosto en 2015, así como las lluvias que provocaron la muerte de 20 personas en Japón en septiembre de ese año.
A día de hoy, una gran cantidad de satélites son utilizados por instituciones y organizaciones como Protección Civil, ya que gracias a ellos se pueden observar las áreas en deforestación o el incremento poblacional, así como observar los nacimientos de volcanes y los crecimientos de lagos o presas.
A su vez, la utilización de drones está siendo utilizada por las compañías de seguros para evaluar los daños con la esperanza de agilizar el proceso de pagos a damnificados. Algo a tener en cuenta cuando, según Alejandro Izuzquiza, director de operaciones del Consorcio de Compensación de Seguros (CCS), en nuestro propio país las indemnizaciones pagadas por desastres sumaron cerca de 900 millones de euros entre noviembre de 2005 y febrero de 2017.
2017 ha sido un año especialmente diezmado por el cambio climático, una de las noticias más acusadas en los medios de comunicación. Este hecho ha provocado que Estados Unidos alcance un récord de perdidas, casi 250.000.000.000€, por temporales.