Se espera que esta "alianza" de ciberseguridad entre el gobierno y las corporaciones lleve a una mayor apertura respecto a las amenazas en Internet y forme un escudo más efectivo contra ellas.
Londres. Varias compañías británicas de los sectores de defensa, telecomunicaciones, finanzas, energía e industria farmacéutica, participarán en una prueba con el Gobierno que comenzará en diciembre para intercambiar información sobre ciberataques y amenazas a sus negocios. Reino Unido intentará reforzar la defensa contra los ciberataques animando a las compañías a superar su renuencia a reconocer brechas en la seguridad y compartir sus experiencias con los demás, dijo el Gobierno este viernes.
Reino Unido, que genera en la red el 6% de su PIB, asegura que se están cometiendo ciberdelitos "a escala industrial" que le cuestan a su economía US$41.563 millones al año.
Las redes gubernamentales se ven asediadas por más de 20.000 correos electrónicos maliciosos cada mes.
Se espera que esta "alianza" de ciberseguridad entre el gobierno y las corporaciones lleve a una mayor apertura respecto a las amenazas en Internet y forme un escudo más efectivo contra ellas.
Un responsable británico dijo que la implicación del gobierno facilitaría que las compañías puedan informar sobre los ciberataques sin que se revele su identidad, una preocupación que ha dificultado la transparencia.
La prueba, que forma parte de un programa a cuatro años con un valor US$1.003 millones, también ayudará a aumentar la protección en las infraestructuras fundamentales frente a una amenaza emergente de ciberataque por parte de grupos militantes, según afirmó el Gobierno.
Aunque los grupos militantes se han lanzado a la red principalmente para expresarse y extender la propaganda, fuentes de la inteligencia británica han descubierto "charlas" sobre emplear Internet para atacar infraestructuras como las redes de energía, dijo el representante del Gobierno.
"Hasta ahora no hemos visto nada de eso, siguen más interesados en regar de sangre las calles", añadió.
El virus informático Stuxnet que atacó el programa nuclear iraní, vinculado a Israel y Estados Unidos, ha demostrado su potencial para atacar equipos clave a través del ciberespacio.