El texto como lo conocemos está cambiando, ahora es tiempo del imperio de lo audiovisual y kinestésico.
Poco a poco los contenidos multimedia han ganado terreno sobre el texto, que cada vez está siendo más desplazado y reemplazado por contenidos audiovisuales rápido y llamativos.
Esto lo sabe muy bien toda la industria de generación de contenidos: Netflix, YouTube, Spotify, y aplicaciones como HQ Trivia, son unos pocos ejemplos dentro del mar audiovisual que cada vez más inundan las redes sociales y el mercado de las aplicaciones.
El internet basado en texto también está siendo dejado poco a poco por medios de comunicación, la mayoría de páginas web y blogueros.
Según el New York Times, los asistentes de voz fueron la app más popular en la navidad pasada. Apple lanzó su primer iPhone con reconocimiento facial, al igual que la inteligencia artificial para buscar en la red con tan solo una imagen se está acrecentando
Todo ello se debe a la importancia que los micrófonos y las cámaras en los dispositivos móviles han adquirido en los últimos años.
El Times llama a esto el futuro “postexto”. No significa que el texto desaparezca totalmente, pero sí estamos empezando a explorar en la red una experiencia más cinestésica, esto es, que involucra más de un sentido en nuestras largas horas, en la línea.
Las interacciones con nuestros dispositivos cada vez más comprometen varios sentidos y funciones aparte de leer o ver. La experiencia multimedia está avanzando tanto que parece que cuando estamos con nuestros dispositivos no estamos solos, ¿lo estamos?
Las discusiones se siguen produciendo en texto, pero cada vez más en video, en YouTube, las respuestas son cada vez más replicas audiovisuales.
Así como el texto ha sido pionero en crear desinformación, el multimedia también lo hará, lo hace. Y de eso será lo que tendremos que cuidarnos cada vez más. Audios y videos falsos que cada vez son más frecuentes en la red.
Pero una cuestión más profunda se puede analizar esto, la manera como cada vez más, la tecnología nos involucra en la comunicación y en la interacción con los otros, incluso cómo deseamos, pensamos o sentimos.
La “hiperreralidad” de la que hablaba el francés Jean Baudrillard ya está siendo cada vez más presente en nuestra cotidianidad, tan así que parece que no hay otra realidad más allá de la que el mundo audiovisual nos muestra. Como sea, la tecnología seguirá cambiando al mundo, pero porque nos está cambiado a nosotros.