Entérese por qué el director de Educación Ejecutiva de la argentina Universidad de San Andrés estima necesario reinventar la metodología de la formación de negocios.
Gabriel Aramouni proyecta el 2011 como el año de los desafíos. El de la reinvención. Es que a su juicio, una suerte de mal acostumbramiento pareciera haberse apoderado de las aulas, una rutina pedagógica que de ser superada, terminará por destacar a los reinventados en el saturado mercado de los MBA.
¿Cómo puede definir el actual escenario económico argentino?
La Argentina tiene una situación coyuntural positiva en términos macroeconómicos. En los últimos siete años hemos tenido un desarrollo bastante positivo en términos comparativos con el mundo, basado principalmente en lo que llamamos "viento o huracán de cola", que genera un mercado internacional motorizado por Brasil y China, los que demandan buena parte de nuestra producción, en materias primas e industria automotriz. Esta demanda internacional le permitió al país sortear bastante bien la crisis global de 2009 y ha permitido un desarrollo bastante sostenido del comercio en 2010.
¿Cómo influye la política en el contexto económico nacional?
El país está en un contexto de transición tras la muerte del ex presidente Néstor Kirchner. Él concentraba la mayor cantidad de decisiones a nivel político y económico. Había sido un constructor exagerado del poder y dominaba los hilos de la economía argentina y obviamente era el actor central de la escena política. Su mujer (Cristina Fernández) desde la presidencia llevaba adelante la gestión, pero era él quien tomaba las decisiones más importantes.
La desaparición de esa figura generó una situación de desazón y de desconcierto en el gobierno actual. ¿Cómo se empiezan a ocupar los espacios de poder que quedaron vacantes a partir de esta poderosa presencia? Eso no está resuelto aún y genera una debilidad, un marco político y social de incertidumbre que se suma a un contexto global turbulento, en el cual está operando la economía.
En el gobierno están rearmando la estructura de poder y existe la duda acerca de si 2011 va a ser relativamente tranquilo en lo político o si se van a ver algunos problemas en la gestión política que van a incidir en lo económico.
¿Cuáles son sus expectativas para este 2011?
Latinoamérica tiene muy buenas perspectivas de desarrollo este año y hacia adelante. Argentina ve como favorable el contexto internacional, y tiene la oportunidad de tomar posición y ordenar su situación política con el fin de generar un mecanismo más estable y de reglas más claras que le permiten a los inversores internacionales seguir colocando dinero y expandir sus negocios aquí.
Los especialistas prevemos un buen primer semestre, donde el país va a seguir creciendo, quizás a una tasa más moderada que el 8% de 2010, pero se van a notar algunas inversiones crecientes en sectores dinámicos de la economía como los alimentos, los agro negocios y la industria automotriz. Sin embargo, la economía estará condicionada por la evolución de la crisis política y la tensión social.
Las encuestas reflejan que la ciudadanía está preocupada por la falta de seguridad y la amenaza de una inflación creciente (pronosticamos una tasa entre el 25 y 30%). Ambas impactan en la seguridad económica y también son percibidas por el inversionista extranjero.
Entonces, ¿cuáles son tareas del gobierno en materia económica?
El país tendrá que reordenar sus cuentas fiscales, reordenar el presupuesto, hacer acuerdos con el sector empresario, bajar los niveles de incertidumbre y poder transitar un camino de relativo crecimiento. De todas maneras, es un camino difícil.
Ojalá que se logren los consensos necesarios del gobierno con los sindicatos y con la oposición. Pese a que no se han visto muchas señales, la desaparición de Kirchner estaría generando una posibilidad de diálogo mayor y esa es una esperanza que todo el mundo alberga para que Argentina pueda consolidar mejor su proceso de desarrollo.
¿Cómo será la educación de negocios este 2011?
En el caso del MBA, nosotros creemos que es un producto que se está commoditizando. Es decir, es un producto que ya está suficientemente maduro; muchos alumnos los han cursado y hay numerosas opciones en el mercado que no se distinguen, por lo que al final terminan compitiendo por precio. Como no nos interesa ese mecanismo, en la Universidad de San Andrés estamos buscando apostar a la diferenciación, generando una currícula (malla curricular) y una metodología más innovadora, apostando a programas más internacionales que nos permitan tener profesores con otras visiones...
Yo creo que los MBA están ante la amenaza de una reducción de la demanda. El mercado necesita programas más actualizados y las universidades tendrán que revisar sus cursos actuales.
¿Pasa lo mismo en el caso de la educación ejecutiva?
Como está más orientada a la acción cotidiana, creo que la educación ejecutiva va a tener un marco de desarrollo entre 30 y 35% en la región. La actividad en 2009 cayó cerca de 20%, y en 2010 comenzó a moverse bien. La Universidad de San Andrés, a mitad de año, aumentó sus matrículas sobre 60%. En términos generales, vemos positivo el 2011, tal vez con menos crecimiento que 2010.
Sin embargo, también la educación ejecutiva debe reinventarse. No podemos seguir con las mismas currículas y la misma metodología. Tenemos que pensar en temas innovadores, en más action learning, con más metodología proactiva, con distintos temas que no tengan que ver tanto con contenidos funcionales, sino que con la forma en que desarrollamos los programas, para que se conviertan en soluciones de gestión alineadas con la estrategia de negocios de las organizaciones. Este es el salto que tiene que dar la educación ejecutiva y quienes apuesten a ello, van a ganar.