El principal de EY en Uruguay, Luis Montone, refiere sobre cuál es la situación con los recursos humanos y qué le falta todavía al ecosistema emprendedor en Uruguay.
En 1976, Luis Montone empezó a andar dos caminos en paralelo: uno como estudiante universitario, el otro como trabajador. El primero lo llevó a convertirse en contador y, el segundo –después de un arranque como cadete–, en el principal de la firma EY (Ernst & Young) en Uruguay desde 2011. La británica EY –que el año pasado tuvo una facturación a nivel mundial por encima de los US$ 28 mil millones– es una de las big four (cuatro grandes), como se conoce a los pesos pesados de las firmas de auditoría y consultoría del mundo. La cuarteta la completan Deloitte, KPMG y PwC. EY viene realizando desde la década de los 80 una fuerte apuesta por el emprendedurismo. Según Montone, responde en parte a un aspecto lógico: los emprendedores de hoy son potenciales clientes de la firma. Este año se celebrará la 15° edición del programa estrella de la firma en este terreno, el World Entrepreneur of the Year, del cual ya participan 50 países. Uruguay dice presente desde 2012, y han sido nombrados Emprendedores del año a nivel local el fundador de Zonamerica, Orlando Dovat, el director del Estudio Luis Lecueder, Carlos Lecueder, y el año pasado el presidente de la agencia marítima Schandy, John Christian Schandy.
- Tienen cuatro líneas principales de negocio. En Uruguay, ¿cuál está siendo la más demandada?
La firma es a nivel mundial de auditoría. El core business del negocio sigue siendo ese. En contraposición, las áreas que más crecen, más se desarrollan y en las que más estamos enfocados en los últimos años son las de asesoramiento impositivo y de consultoría. Otra área que ha tenido mucha actividad en los últimos años –que ha caído un poco en 2014– es todo lo que tiene que ver con compra y venta de negocios, con las actividades de due diligence. Tuvo una actividad creciente durante varios años y el año pasado bajó un poco.
- ¿Cuánta gente emplea EY en Uruguay?
A nivel del mundo somos más de 197 mil. La firma prefiere no manejar cifras por país. Obviamente los recursos humanos son una parte sustancial del desarrollo de nuestro negocio, en la medida que el servicio que vendemos es el servicio del individuo, su inteligencia. No solo hay que pensar en la cantidad de gente sino en la calidad de la gente.
- ¿Qué porcentaje del staff es profesional o está en camino a serlo?
Más del 90%.
- ¿En ese segmento es desafiante reclutar y retener talento?
Dos áreas, la contable y sistemas, están sobredemandadas. De todas formas, seguimos siendo muy atractivos para la gente que se quiere desarrollar en el área contable y en el área de sistemas, porque siempre se ha considerado –y creo que es así– que somos una muy buena escuela de formación. Capacitamos mucho a nuestra gente, entonces somos una muy buena opción. Dentro de ese contexto, es un momento en que no es fácil reclutar gente, comparativamente con 10 años atrás. Es un proceso que requiere un esfuerzo importante. Y aparte de lo que pretendemos ser está lo que la gente es, y a la muchachada de hoy le gusta cambiar, conocer distintas actividades, buscar distintos horizontes. Lo miro desde mi persona. Cuando entré acá, uno de mis objetivos más importantes era hacer carrera en la firma. Hoy te ponés a hablar con la muchachada en general –incluyendo a mis hijas– y sus objetivos son bastante diferentes. Partiendo de la base del propio objetivo de la gente, se espera y se da en la práctica que haya una rotación mayor a la que había. Hoy los chiquilines se forman con una mentalidad diferente, entonces adaptarnos a su cultura no es fácil, pero lo tenemos que hacer.
- ¿Cómo está Uruguay en el campo del emprendedurismo?
Si me retrotraigo a 2005 o 2006, hablar de emprendedurismo era hablar de algo que no mucha gente entendía. Hoy, emprendedurismo suena mucho más en todo el mercado. Desde que hay agencias del gobierno que se dedican a apoyar y desarrollar e incentivar la innovación, como la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII), hasta organizaciones como Endeavor o nosotros también. Ha cambiado sustancialmente la cultura de pensar en el desarrollo del emprendedor. Creo que todavía falta muchísimo más, pero ha cambiado. Han surgido organizaciones que lo han apoyado y han empezado a incentivar al emprendedor. El emprendedor hombre se ha desarrollado mucho. Ahora hay que apoyar mucho más a la emprendedora mujer. Hay programas que lo están haciendo, pero necesitan mucho más apoyo. Está siendo reconocida la importancia que tiene el que haya emprendedores. Ahora, creo que nos faltan varias cosas. Una de ellas es inculcar mucho más la cultura del emprendedurismo en el individuo. Y el tema financiero: el emprendedor tiene el capital intelectual, lo que le falta es el capital financiero para poder desarrollar su negocio.
- Algunos sostienen que tiene mejor prensa el término “emprendedor” que “empresario”. ¿Coincide con eso?
Comparto que el término “empresario” en Uruguay no es de los mejores vistos. Sí creo que cuando hablás de un emprendedor tiene mejor feeling, la gente lo recibe como un mejor concepto. Y también es un tema cultural. Emprendedor tiene mejor impacto en la gente que empresario.
- ¿Cómo se podría acortar esa brecha entre los términos?
Es un tema en el cual tenemos que convencernos que empresario y emprendedor obviamente no son lo mismo, pero muchas veces coinciden. Y el empresario no es un enemigo de la sociedad, es parte de ella.
Este año en el World Entrepreneur of the Year de EY -que será entre el 3 y el 7 de junio de 2015 en Mónaco- también se llevará adelante el Programa Accelerating Entrepreneurs. Seis emprendedores de alto impacto serán elegidos entre postulantes de 50 países e invitados a Mónaco para presentar su emprendimiento y discutir sus planes de crecimiento ante líderes de negocios. La inscripción está abierta a propietarios, fundadores y CEO de empresas privadas. Los interesados pueden postularse en ey.com/scaleup antes del 1° de marzo de 2015. En junio del año pasado se realizó la primera edición de este programa, y los uruguayos Michel Cohen y Silvina Leibenberg -responsables de Lolita- fueron uno de los seis seleccionados para participar.