Entrevistamos al ex director ejecutivo de la Agencia Ciencia, Tecnología e Investigación de este pequeño país asiático, que logró un modelo de desarrollo basado en la economía del conocimiento, partiendo sin mayores ventajas competitivas.
“¿Pueden los países en vías de desarrollo copiar el ejemplo de de Singapur? Sí, pero no deben esperar resultados inmediatos”, fue la pregunta-respuesta que planteó, Hang Chang Chieh, profesor y jefe de la División de Ingeniería y Gestión de Tecnología de la Universidad Nacional de Singapur, bajo el marco del seminario de innovación que organizó la Vicerrectoría de Investigación y el Centro de Políticas Públicas de la Universidad Católica de Chile.
Para contextualizar, desde hace 20 años, Singapur viene orquestando una estrategia en innovación basada en la I+D (Investigación y Desarrollo).
Con 707,1 km², el país situado en la Península de Malasia y al norte de Indonesia, es el más pequeño del Sudeste de Asia y el cuarto centro financiero más importante del mundo. Además es el país con mayor densidad de población en el mundo después de Mónaco.
El ex director de la Agencia Ciencia, Tecnología e Investigación de Singapur (2001-2003), fue traído para hablar de las estrategias e incentivos de innovación de su país, el rol que juega el estado y la relación entre empresas y universidades.
Bajo este contexto tuvimos acceso a él para la siguiente entrevista.
¿Cuáles son las particularidades del modelo de Singapur?
Es muy difícil responder algo así. Porque somos un país muy pequeño. Pero si nos enfocamos en el capital de trabajo, creo que ahora estamos mucho mejor y por ende nos podríamos comparar con los países escandinavos o Israel.
Probablemente no seamos el número 1 ó 2, pero sí estamos dentro de los 10 mejores.
¿De qué manera se logra algo así?
Mirando hacia el futuro. Somos un país pequeño, sin recursos naturales y con muchas desventajas, pero por otro lado, estas cosas nos hacen ser más hambrientos a la hora de innovación.
Tenemos un gobierno bien fuerte, que piensa a largo plazo y más aún, que considera prioritario impulsar capital a programas de desarrollo en innovación.
¿Qué tan importante ha sido el rol del gobierno en estos términos?
Te lo planteo de otra forma. Si tú tienes cambios de gobierno cada cinco años, es muy difícil que se mantenga una línea en innovación a largo plazo.
Nosotros tenemos un gobierno democrático que ha estado en el poder por mucho tiempo y eso nos ha permitido desarrollar esta área desde hace 20 años.
¿Pero, mantener un gobierno por tanto tiempo podría conllevar a problemas de corrupción o no?
En otros países los gobiernos que se mantienen durante más de 15 años se vuelven corruptos y su principal desafío es el poder renovarse con el tiempo.
Creo que la clave para esto, al menos en términos de innovación, es pensar a largo plazo. Si tú deseas tener éxito en este tipo de áreas, debes pensar en invertir mucho durante los primeros 10 ó 15 años, porque los logros llegarán más tarde.
Además, nuestro gobierno desea que su nombre sea recordado en los buenos libros de historia.
¿Y qué han hecho específicamente para estar en esos libros?
Básicamente, como país durante estos últimos 20 años hemos construido un círculo virtuoso con respecto a la innovación. Esto quiere decir que la inversión para esta área no ha disminuido nunca, es más, somos el único país que para la crisis financiera de 2008 mantuvimos los presupuestos intactos.
Por lo tanto, nuestra principal ventaja consiste en que nuestra base económica está en la investigación y el desarrollo innovador de nuestro país.
¿Con qué otras ventajas cuentan?
La ubicación geográfica es fundamental. Estamos entre el este y el oeste. Esto nos permite ser un país multicultural en cuanto a diversidad de religiones.
La mayoría de nuestra población proviene de China, pero aún así proyectamos una imagen de que somos un país tolerante, que contribuye al trabajo en conjunto de ciudadanos de China, India y el resto del mundo.
Esto es muy importante para la creatividad en la innovación, pues existe una diversidad al momento de pensar en qué cosas se pueden hacer.
¿Cómo se logra generar esa convivencia ante un choque de civilizaciones tan grande como lo poseen ustedes?
Creo que lo principal es que somos un país en el que el idioma de enseñanza en las escuelas y universidades es el inglés.
En Asia tu vas a Corea, Japón, China y en cada uno de esos países debes hablar su respectivo idioma nativo, en cambio en Singapur puedes vivir perfectamente hablando inglés. Esto permite tener una comunicación más fluida y por ende una buena convivencia en un mundo tan heterogéneo.
¿Qué tipo de problemas aún mantiene un modelo de innovación tan exitoso como el de Singapur?
Yo no diría que son problemas, si no más bien desafíos que debemos afrontar para el futuro. Por ejemplo en los 90', Taiwán era un país muchísimo mejor en cuanto a la innovación que nosotros y nuestro desafío fue alcanzarlos. El problema es que en innovación, Taiwán siguió mejorando y por ende nuestro desafío aún no termina.
Debemos seguir trabajando, pues perdimos 10 años en los que pudimos haber profundizado más en esta área.
¿Qué cambio de paradigma tuvieron que realizar para lograr lo que son hoy en día?
Es algo que estamos cambiando recientemente. Antes, eramos un país que tenía como prioridad la innovación a nivel local con un pensamiento global, es decir que las principales empresas de tecnología y ciencia del país desarrollaron servicios para el mundo.
Actualmente, tenemos un fuerte ingreso de multinacionales en nuestra economía y la manera de pensar tendrá que cambiar, pues nuestro deber será generar un modelo que fomente la actividad global, pero resguardando el pensamiento local.
¿Cuál es tu apreciación sobre la innovación en los países de América Latina?
Creo que la región tiene una muy buena base, pues tienen recursos naturales a diferencia de Singapur.
¿Cómo podemos sacar provecho a esos recursos naturales?
Hay muy buenos ejemplos al respecto. Si miras a países como Suiza o Suecia, ellos saben como capitalizar los recursos naturales y mejor aún saben cómo construir fuertes infraestructuras científicas para explotar ese tipo de ventajas.