Para el ejecutivo, el desafío es que las startups se enfoquen en resolver las problemáticas que afectan al país y construyan un negocio escalable.
En entrevista con AméricaEconomía, el country manager de Wayra Chile, Juan Carlos Martínez, analizó el estado actual del ecosistema nacional, haciendo énfasis en la importancia de fortalecer los casos de éxito en su desarrollo de negocio y la urgencia de contar con más fondos para invertir en empresas de alto potencial.
Para Martínez, hoy la conversación no gira en cómo se puede hacer más eficiente un proceso al interior de una compañía sino en que existe un mundo afuera de startups que están desarrollando nuevas soluciones, las cuales deben ser vistas como una opción.
-¿Cómo se puede generar una mayor colaboración entre las grandes empresas y las startups?
Primero se debe definir cuáles son nuestras áreas prioritarias y donde tenemos ventajas competitivas, respecto a la región. Luego, incentivar a que grandes compañías sean actores claves y facilitadores, no sólo en términos de dinero, sino de canales de soluciones que lleguen a clientes finales. De esa manera se puede hacer que una startup escale de la mano de una gran compañía.
Hoy la conversación no gira en cómo se puede hacer más eficiente un proceso al interior de una compañía, sino en que existe un mundo afuera de startups que están desarrollando nuevas soluciones, las cuales deben ser vistas como una opción. El desafío está en cómo desarrollar un negocio en conjunto.
Sin embargo, yo creo que el problema en la región es que no hay muchos casos de éxito, por eso todavía no existe la confianza de que esto pueda ser una muy buena alternativa de inversión. Pero lo importante está en fortalecer los casos de éxito en su desarrollo de negocio.
- Se sabe que en Chile los Venture Capital no están muy convencidos en invertir en startups chilenas ¿Cómo poder incentivarlos?
Yo creo que hoy existe una conciencia absoluta, en muchos actores, de que es una necesidad súper clara. Al no tener resuelto este problema, no alcanzan a ver la luz muchos negocios. Sin embargo, la oferta de capital de riesgo es muy estrecha, lo que deja con poco posibilidad de elección a las startups a la hora de adquirir financiamiento.
Esto requiere con urgencia que más fondos estén disponibles para invertir en empresas de alto potencial y el rol que puede jugar Corfo es fundamental, estableciendo o colocando incentivos atractivos para que inversionistas que tienen hoy una lógica tradicional de inversión, se atrevan a poner dinero en esto y así empezar a girar una segunda rueda que tiene que ver con una participación más activa de privados.
- Uno de los problemas de las startups a la hora de buscar financiamiento es la alta valoración que tienen de su negocio ¿cómo ve esto?
Este es un problema con el cuál hemos vivido hasta ahora, y podemos seguir manteniéndonos en esto, sino se buscan alternativas para poder zafar.
Me parece curioso que startups que recién están comenzando, donde no hay una generación de ingreso recurrente y la oferta de valor todavía está por definir, tengan un valor definido. Uno no le pone precio a algo del que no sabe ni de qué tamaño es.
Aquí existe (tenemos) una tendencia a sobrevalorar mucho las ideas y a no poner, en un nivel muy superior al valor de la idea, a la ejecución, que es lo que importa.
Una empresa cuando comienza, más que estar viendo si su empresa vale a, b o c, debería preocuparse de generar valor.
- Los emprendimientos basado en el uso de las nuevas tecnologías son la clave para fortalecer el ecosistema en la región?
Yo no se si sea la clave para fortalecer el ecosistema, pero si es un camino al que se le debe poner énfasis porque el desarrollo del mundo va para ese lado. Como región no nos queda otra camino que sumarnos a esto.
- ¿Cuáles es el desafío de ecosistema emprendedor a nivel nacional?
El desafío es que las startups que están surgiendo se enfoquen en resolver las problemáticas que afectan al país y construyan un negocio escalable.
Lo que es difícil pedirle a un ecosistema como el de Chile o Latinoamérica, es que se rija por las mismas lógicas que hay en San Francisco, donde la complejidad no está dada por si tienes dinero y empresas, sino que es la vinculación que existe en torno a ello, la cultura y las dinámicas que se dan entre los distintos actores, y que es algo difícil de replicar.