El encargado de la escuela de negocios de esta prestigiosa universidad británica comenta la importancia creciente de América Latina, como mercado para los MBA de Europa, pero también como fuentes globales de nuevos aprendizajes.
En un mundo donde en la práctica las fronteras son cada vez más tenues y las distancias geográficas cada vez más chicas, AméricaEconomía conversó con David Simmons, el encargado de la escuela de negocios de Cranfield, una de las más reconocidas del Reino Unido, cuya universidad –como curiosidad– cuenta con un aeropuerto propio.
Simmons estuvo hace poco en América Latina, abriendo un mercado cada vez más apetecido para las escuelas de otras latitudes. Pese al claro objetivo comercial, en esta entrevista él conversó ampliamente sobre el papel de la región como un actor relevante a la hora de pensar los negocios globales.
¿Qué representa América Latina para Cranfield?
La región es un mercado que nos encantaría desarrollar más. Su crecimiento es dinámico y sustentable, por lo que está mostrando un gran potencial, en especial Brasil y Chile. Es algo que tenemos que ver desde el Reino Unido, pues históricamente hemos tenido más relación con Asia y Europa. América Latina es una región joven y hasta el momento un poco desconocida.
Es por esto que pretendemos atraer estudiantes y realizar convenios con instituciones educativas en la región. Esas metas han cobrado alta importancia en Cranfield, hasta el punto en que nuestro programa MBA cuenta hoy con aproximadamente un 15% del alumnado proveniente de América Latina, cifra que me gustaría que suba, incluso a un ritmo más alto que el de los últimos años.
Además, un foco muy importante para Cranfield es la diversidad cultural, por lo cual tener un punto de vista diferente, desde una realidad con una cultura tan distinta es muy enriquecedor para el programa. Y no sólo por lo que aportan en el factor humano y relacional, sino que también en el ámbito de los negocios. Muchos vienen de sectores mineros, agricultores y muchos otros, que aportan un enfoque diferente a lo que nosotros conocemos con el típico perfil de MBA en Europa, el cual va más por el lado de la consultoría o las finanzas.
Los latinoamericanos nos enseñan otro enfoque para realizar los negocios que ya conocemos. Y en el fondo eso es lo excitante en el programa de Cranfield al mezclar tantas culturas.
Nuestros estudiantes provienen de aproximadamente 40 países, lo que permite que haya una atmósfera de compartir experiencias laborales y de vida, aprendiendo unos de los otros y conociendo cómo se hacen las los negocios en todas las esquinas del mundo. Esto mezclado con un enfoque práctico que le damos al programa, creo que es uno de los principales factores que atraen a nuestros estudiantes.
¿Qué características puede destacar de los estudiantes latinoamericanos en Cranfiled?
Primero que nada, tienen mucho entusiasmo, son dinámicos, serios y responsables. Tienen una alta participación en clases, y son muy buenos trabajando en equipo. Se destacan por ser personas que no tienen miedo a discutir en clases, viven con actitud positiva y académicamente siempre se han destacado entre los mejores estudiantes, siempre con gran apetito y deseo por aprender.
Aparte de todo eso, traen experiencias y conocimientos que hasta cierto punto hacen que sea un reto enseñarles, ya que no se caracterizan por ser personas que acepten ciegamente lo que les enseñas, cuestionan la enseñanza con fundamentos y de una manera creativa, pues los contextos en que deben hacer negocios son diferentes y desafiantes para quienes tienen que enseñarles cómo hacer negocios.
¿Cuál es su opinión acerca de las escuelas de negocios de América Latina? Y ¿cual es su relación con ellas?
Mi opinión es que hay escuelas de negocios de un alto nivel. Sin embargo, al igual que cualquier otro mercado, debe seguir un desarrollo lógico y a esta región, cuyo mercado es más joven, aún le queda camino por avanzar. Pero tal como en el resto del mundo, hay segmentos de universidades con un nivel muy alto, hay otras en el medio, y hay alguna con niveles bajos de enseñanza.
Cranfield hoy en día tiene varios socios en América Latina, como por ejemplo la Universidad de Chile para el programa MGPG, en conjunto con la Minera Escondida, que actualmente tiene 1.500 postulantes. Eso abre la posibilidad de que los estudiantes de las universidades que tienen alianzas con Cranfield vayan a estudiar allá.
¿Cómo Cranfield desarrolla sus alianzas?
Los convenios con las universidades con las que Cranfield tiene relación, normalmente han surgido de vínculos personales entre miembros de una y otra escuela. Eso, siempre y cuando las escuelas tengan una visión y una calidad similar a la nuestra. Las mejores relaciones surgen en base a individuos dinámicos, interesados y comprometidos, capaces de crear lazos, pues es muy difícil crear buenas relaciones cuando se intenta hacerlo de instituciones con instituciones.