El presidente de Cengage Learning para Latinoamérica explora en el actual escenario educativo de México.
Fernando Valenzuela, presidente de Cengage Learning para Latinoamérica, refiere sobre cómo disminuir la brecha en Educación que se vive en México. Sobre esto, Valenzuela propone medidas, pero también analiza el actual escenario y reflexiona acerca de las maneras en que se ha podido avanzar.
Uno de los roles que ya está cambiando es la del profesor, quien pasó a ser un mediador. Valenzuela dice que la tecnología no sustituye al profesor, sino que "lo convierte en un agente de cambio en los hábitos de estudio de los alumnos, los cuales, por lo general tienden a ser poco diversificados en sus fuentes de información". De ahí que las metas del profesorado deban cambiar. Ahora, en palabras de Valenzuela, tienen que desarrollar en sus estudiantes habilidades de pensamiento crítico y también tiene que alcanzar un grado de madurez tecnológica suficiente para que las situaciones de aprendizaje orientadas al desarrollo de las competencias propias de su asignatura cautiven a los estudiantes.
A continuación, Valenzuela refiere sobre el rol que juegan el sector privado y público en esta búsqueda de mejoramiento de la calidad a nivel educativo, junto con repasar de qué manera desde Cengage Learning se ha trabajado para disminuir la brecha y generar una transición hacia el modelo educativo que se necesita ahora.
-Dado los resultados del estudio del Foro Económico Mundial, ¿qué se debería hacer en México en materia de educación?
México, al igual que muchos otros países enfrenta un momento definitivo hacia la transición de un modelo educativo del Siglo XXI. La transición implica reconocer con claridad las brechas de inequidad, calidad, abandono, acceso, y relevancia laboral.
Es imperativo facilitar la participación equilibrada, frecuente y decidida de todos los intereses legítimos de la educación: Gobierno, Maestros, Alumnos, Instituciones, Empresas, Padres de Familia.
La colaboración público y privada es fundamental, como lo es también el darle voz al estudiante y generar entornos de aprendizaje más flexibles que permitan la experimentación constante.
Cengage Learning ha sido pionero y claro líder en la creación de modelos de colaboración público privada que generen innovación educativa.
Como ejemplo, la colaboración con la Universidad Autónoma de Chihuahua que resultó en la fundación del primer Laboratorio en Latinoamérica de innovación en Experiencias de Aprendizaje.
Otro ejemplo, es el desarrollo de modelos de aprendizaje del Siglo XXI utilizando al Explorador de National Geographic como símil del estudiante del Siglo XXI, o la integración de los reconocidos contenidos de TED Talks bajo el mismo planteamiento.
También hemos constituido un modelo que permite al docente integrar capacidades y procesos que existen en los curadores de museos, de revistas o de contenidos digitales, reconociendo que el profesor no será más el que entrega el contenido al estudiante, sino quien guía y diseña la experiencia de aprender, fortaleciendo la interacción, asegurando la pertinencia y garantizando la relevancia de una forma apasionante e inspiradora para el alumno
-¿De qué manera puede aportar el sector privado?
La educación ahora requiere que todas las voces actúen en sincronía para enriquecer la experiencia de aprender. Las instituciones, los gobiernos y los maestros deben dar cabida a los intereses de los estudiantes, deben integrar la tecnología para enriquecer el proceso de aprendizaje, no solo para reemplazar o facilitar lo que ocurría en el aula.
El aula no será más el lugar exclusivo para aprender, el aprendizaje formal y el informal aplicado a problemas relevantes, como aprender a cuidar el planeta, y la utilización de los datos para adaptar la experiencia a cada alumno, no podrán ocurrir sin la colaboración y el complemento de empresas con gobiernos e instituciones.
Nuestra empresa reconoció esto hace 4 años, y se dio a la tarea de conformar procesos de escucha, entendimiento y diálogo con estudiantes. A partir de esto, integró las capacidades académicas y las tecnológicas con un balance que permite asegurar resultados de aprendizaje de alto valor, y desarrolló modelos de educación formal e informal pertinentes a las capacidades del Siglo XXI.
-¿Cuál debería ser entonces el papel del sector público?
El sector público debe crear entornos flexibles que faciliten la experimentación, debe impulsar la infraestructura, la voz del estudiante y la transición de roles del maestro y del estudiante, en armonía hacia la construcción de redes vivas de aprendizaje.
Debemos evolucionar la conversación reconociendo que la educación no será más un sistema estandarizado rígido de modelos curriculares con progresión lineal basada en evaluaciones.
El abandono de un estudiante de primera generación con acceso a la educación, causa un impacto terrible en la sociedad. Debemos construir esquemas que maximicen la calidad y que atiendan diversas necesidades y capacidades, de forma adecuada
El trayecto de aprender es más relevante que el método de evaluar. La educación no se concibe como un árbol de la vida que desarrolla sus frutos en forma ordenada, cíclica y estandarizada, con la premisa de que todos los estudiantes aprenden y avanzan de la misma forma al mismo ritmo.
La concepción actual del sistema educativo es el de una red con muchos nodos vivos interconectados que al interactuar modifican y enriquecen sus conexiones.
-¿Este aporte también podría beneficiar al resto de América Latina? ¿De qué manera?
América Latina tiene una oportunidad histórica y relevante para retomar el camino de la competitividad, cerrando brechas de inequidad y garantizando relevancia para un mercado laboral en transformación acelerada
Latinoamérica tiene una población joven que requiere tener oportunidades para desarrollarse, el desarrollo en el futuro tiene mucho que ver con la capacidad de utilizar el idioma inglés. Antiguamente, el inglés era un privilegio de pocos, enfocado a viajar o interactuar con individuos cuya lengua materna es el inglés.
Recientemente, esto ha cambiado radicalmente, el inglés es el idioma para conectarse, para tener una voz en el mundo y para interactuar con otros no nativos del idioma.
Muchas empresas aún ofrecen contenidos y métodos que se basan en la cultura, lugares y situaciones de países como británicos o norteamericanos. Nuestra empresa decidió hace años conectar el aprendizaje del inglés con situaciones globales, con la misión de cuidar el planeta, con la innovación y las ideas a través de contenidos inspiradores, reales que refuercen propósitos como los de National Geographic o TED.
-¿Es complicado innovar en educación?¿Es difícil que los interesados se involucren y que finalmente se implementen las mejoras?
Las conversaciones comunes giran alrededor de encontrar la plataforma o el sistema innovador que nos conecte a la modernidad. Nuestra postura es mucho más tangible y realista: innovar en educación es un camino permanente, progresivo y flexible. Inicia desde la relación equilibrada entre el alumno y el profesor, se alimenta de experimentos, experiencias y conexiones que se enriquecen conforme progresan.
Innovar implica liberar los sistemas rígidos concebidos desde la era de la agricultura o de la manufactura, en donde todos recibían el mismo tratamiento y se evalúa al final. Para dar paso a la era de las redes, las interacciones, la resolución de problemas relevantes, el pensamiento crítico y la trayectoria como fundamento del aprendizaje.
Cengage Learning es congruente con estos principios, diseñando todas sus soluciones a partir del entendimiento del estudiante, fortaleciendo el ´enganche´ con la ruta de aprender, personalizando las experiencias, conectando con la investigación en el aula, ponderando las ciencias, con las humanidades digitales y fortaleciendo la relación entre estudiante y profesor bajo roles del siglo XXI.
Entre otras cosas, somos pioneros en la creación y apoyo al movimiento Edu-preneur, atrayendo innovación hacia los problemas relevantes de la educación y apoyándo al éxito de iniciativas, tecnológicas, pedagógicas y emocionales relacionadas con la experiencia de aprender en el siglo XXI.
A su vez, hay cada vez más emprendedores de educación, ¿por qué estará creciendo el interés por levantar proyectos que se dirijan a esta necesidad?
El mundo empieza a reconocer la imperiosa necesidad de atraer innovación disruptiva hacia la educación.
Este segmento se convierte, en uno de los que con mayor velocidad atrae capital, tanto financiero como social. Su riqueza de aplicación, uso de tecnologías, adaptación a culturas, edades, intereses y su relevancia para procesos de aprendizaje formal e informal que ocurren en cualquier momento, en cualquier lugar y para toda la vida, convierten a la educación en un área rica en creatividad, relevancia y satisfacción personal.
¡Todos estos elementos son los que alimentan el espíritu emprendedor!
-¿Pesan verdaderamente estos emprendimiento educativos en esta esperada mejora de la educación?
El mayor reto es demostrar en forma consistente que este modelo innovador de educar produce mejores resultados. La clave está en observar que el trabajo para el cual se preparan las nuevas generaciones, no se aprende en las materias rígidas, unidisciplinarias y sobre-estructuradas.
No se trata de reemplazar un modelo por otro, se trata de liberar una fuerza constante de experimentación con experiencias relevantes de aprendizaje cimentadas en principios pertinentes a la era en la que vivimos.
Se dice también que la tecnología ayuda, ¿pero las escuelas están preparadas para innovar en una educación que se apoye en la tecnología?
La escuela está tan preparada como lo estén sus alumnos y profesores en la vida diaria para relacionarse con la tecnología.
No es necesario equipar y tener todo listo, capacitado y estandarizado para que la innovación empiece a rendir beneficios en el aprendizaje.
Es necesario sacar al estudiante del menú y sentarlo a la mesa. Encontrarlo desde su mundo y ´engancharlo‘ con los contenidos, las experiencias y la aplicación del conocimiento que le inspire, le despierte curiosidad, lo equipe en forma relevante para el mundo real y le provea de una voz, de la capacidad de argumentar, conectar, modificar y crear su entorno.
Para esto, es necesario remover las camisas de fuerza de la educación, flexibilizar e interconectar las disciplinas, transformar el rol del estudiante de pasivo y receptor a activo y co-creador, el del maestro de dueño y emisor de conocimiento a curador y diseñador de experiencias relevantes.
No se trata de entregar dispositivos, ampliar la infraestructura o encontrar el sistema para capacitar en forma estandarizada a todo el personal.
No es posible entender al estudiante desde que entra al aula y durante 50 minutos, hay que entrar a su mundo y acompañarlo en una trayectoria de crecimiento.
Hoy, regresamos al estudiante al Siglo XIX al entrar a la escuela, y esperamos que salga siendo productivo en el Siglo XXI
Se trata de crear experiencias de aprendizaje de alto valor, multidisciplinarias, relacionadas con el mundo real y flexible para que cada día, con cada nodo de la red con el que interactúen, se generen nuevos pensamientos, nuevos cuestionamientos y nuevos caminos.
-¿Qué clase de tecnologías brindan apoyos educativos interesantes?
Es fundamental que los estudiantes del siglo XXI desarrollen competencias en investigación que les permitan gestionar esta información para resolver problemas reales o emprender nuevos proyectos. Los estudiantes latinoamericanos cada vez cuentan con mayor información, por ejemplo, en Gale, división de e-reference de Cengage Learning reconocida por la confiabilidad y precisión de su contenido, ha lanzado la campaña “Investigar Importa”, donde a través de alianzas con las bibliotecas más prestigiadas a nivel mundial, se han desarrollado colecciones digitales únicas que brindan acceso inmediato a estos recursos.
-¿Cuál debería ser el rol del profesor en esta búsqueda de excelencia y modernización?
Necesitamos modelos donde los maestros se parezcan más a un curador de museos, galerías o revistas científicas, dado que lo curadores nunca son dueños de los contenidos: contextualizan, crean una experiencia de aprendizaje y atraen esos contenidos para que ocurra un aprendizaje”,
Es importante destacar que en el modelo de la educación del Siglo XXI, los recursos digitales, lejos de sustituir al profesor, lo convierte en un agente de cambio en los hábitos de estudio de los alumnos, los cuales, por lo general tienden a ser poco diversificados en sus fuentes de información.
El profesor del Siglo XXI, debe desarrollar en sus estudiantes habilidades de pensamiento crítico y también tiene que alcanzar un grado de madurez tecnológica suficiente para que las situaciones de aprendizaje orientadas al desarrollo de las competencias propias de su asignatura cautiven a los estudiantes. De tal manera, la nueva interacción entre profesor, estudiante, padres e institución enriquecerá el aprendizaje con un rol más activo de todos los individuos que lo conforman. Cada alumno será dueño de su propia educación.