Una empresa británica creo un equipos de hidrógeno capaz de mantener un iPhone 6 sin carga por 7 días completos.
Por Pablo G. Bejerano. El concepto de la batería que dura una semana es como una especie de Grial para el sector de los smartphones. De ahí que llame la atención lo que ha conseguido la empresa Intelligent Energy. Esta firma británica especializada en el sector energético ha dotado a un iPhone 6 de una batería de hidrógeno capaz de aguantar una semana sin recargarse. Se trata de un prototipo todavía, pero han conseguido que sea lo suficientemente fina como para encajar en la estructura del terminal de Apple sin hacer modificaciones físicas.
La única anormalidad respecto a un iPhone 6 normal son unos respiraderos en la parte trasera del terminal, pues el hidrógeno emite vapor de agua de forma imperceptible como subproducto de su reacción química. Esta batería que dura una semana se cargaría a través de la conexión Jack destinada a los auriculares.
Aún quedan un par de años, en palabras del jefe financiero de Intelligent Energy para que la tecnología se acerque al mercado. No en vano lo que se ha colocado en el iPhone es un prototipo que tendrá que ser reducido a otra expresión. Los técnicos de la compañía pretenden convertir la batería en un pequeño cartucho que encaje en la parte inferior de un smartphone. Duraría una semana y cuando no se necesitara podría desencajarse de forma sencilla.
El hidrógeno se plantea como una de las alternativas al ion-litio, la tecnología que rige no solo las baterías de los smartphones sino las de los coches eléctricos y otros productos de la industria electrónica de consumo. Sus problemas sobre todo están en el almacenamiento y en el transporte, lo que ha impedido que se configure como un sustituto serio.
Son muchas las investigaciones que buscan elevar la duración de la batería a una semana. Entre los laboratorios del mundo que exploran esta cuestión está el de Microsoft, que el pasado año presentó un concepto que alcanzaba los siete días. Su batería era de ion-litio y el consumo energético estaba optimizado al máximo, con una separación destinada a proporcionar energía según se tratara de tareas de gran demanda, como jugar a un videojuego, o de baja demanda. Lo probó en dos prototipos, pero al igual que la investigación de la batería de hidrógeno parece que aún queda tiempo para ver los resultados en el mercado.