El morral, diseñado por una empresa colombiana, vibra cuando su propietario olvida un objeto. La idea surgió cuando la compañía decidió escuchar de cerca las necesidades de sus clientes.
Hoy en día, con la amplia gama de posibilidades que permite hacer la tecnología, un artefacto que recuerde lo que se ha olvidado es una realidad. O por lo menos así lo demuestra la nueva Totto T- Track, el adelanto que trae la empresa textilera colombiana Totto a sus clientes.
Se trata de un morral que vibra cuando su propietario olvida algo importante como las llaves, el pasaporte, una agenda o la billetera, ¿cómo lo hace? la maleta envía un mensaje a su teléfono celular notificándole qué se le está quedando.
Según lo explicado por el profesional de innovación de Totto, Adrián Gutiérrez, el morral cuenta con dos elementos adicionales que permiten hacer esto: un ‘cerebro’, que es el artefacto que hace vibrar a la maleta, y unos ‘tags’, unas pequeñas monedas plásticas que se adhieren al objeto que no se quiere dejar.
Lo que hace el cerebro es que transmite una señal vía bluetooth de baja frecuencia a los tags, es decir mantienen una conexión constante. Cuando esta se rompe, por la lejanía entre ambos, el dispositivo, ubicado en la maleta, comienza a vibrar, alertando así el olvido.
Por ejemplo, una persona que al día siguiente deba tomar un vuelo internacional no puede dejar en su casa el pasaporte, por lo que, con esta maleta, solamente debe pegar un tag al documento y dejar a un lado las preocupaciones. Si eventualmente se llega a olvidar, la maleta comenzará a vibrar y el celular del propietario recibirá un mensaje informándole que el pasaporte se le ha quedado.
¿Cómo surgió esta idea?
“Lo que hicimos fue preguntarles a los usuarios: Totto empezará a desarrollar tecnología, ¿qué cree que debamos solucionarle? ¿cuáles son esas necesidades que un morral podría brindar? y con las respuestas que recibimos comenzamos el desarrollo”, recuerda Gutiérrez quien recalca la importancia del apoyo que brindó la red SUGAR, agrupación de universidades cuyos estudiantes de posgrado en ingeniería mecánica plantearon cerca de 25 soluciones a esa necesidad. De todas esas, la que actualmente tiene el T- Track fue la seleccionada.
Pero, como bien saben los conocedores de la marca colombiana Totto, la empresa se dedica al sector textil y no tecnológico, la empresa necesitó de la ayuda de un colaborador que les permitiera desarrollar y masificar la solución que necesitaron sus nuevos morrales.
Es así como consiguieron el apoyo de Titoma, empresa tecnológica taiwanesa que tiene un directivo colombiano, factor que les transmitió tranquilidad al saber que esta persona conoce cómo funciona el mercado en el país cafetero.
No obstante, el viaje de este producto innovador hasta las estanterías de las tiendas Totto no había culminado, aún necesitaban saber cuántas unidades deberían producir; conocer si sería un éxito o, por el contrario, carecería de la demanda en los compradores.
La empresa decidió comenzar una campaña de ‘crowfunding’ en Indiegogo. Por lo general las compañías emergentes utilizan este recurso para pedir financiación de las personas que integran estas comunidades, pero el caso de Totto es diferente, al ser una empresa de grandes proporciones no necesita de una inversión como estas para sacar al mercado un producto, no, lo que quería era conocer qué opiniones despertaba en la comunidad.
“Nos fue bastante bien, el producto se vendió en 55 países, incluso en lugares donde aún no tenemos presencia de tiendas físicas. Recogimos un montón de aprendizajes que nos deja ver que el producto no está diseñado para un core de clientes en específico, sino que tenemos personas de todo tipo, edades y profesiones”, comentó Gutiérrez.
Tecnología, innovación e industria textil, la mezcla que utilizó esta compañía colombiana para actualizar su portafolio, escuchando las necesidades de sus clientes, para así competir en el mercado