Un grupo de Ingenieros están desarrollando un prototipo que no sólo destruiría estos desechos sino que además se propulsaría gracias a ellos.
Por Angela Bernardo para Think Big. Medio millón de piezas en desuso orbitan alrededor de la Tierra a una velocidad vertiginosa de casi ocho kilómetros por segundo. Es lo que las agencias espaciales denominan basura espacial, que pone en peligro los satélites y misiones que puedan “interponerse” en su camino. Hollywood incluso ha llegado a alertar sobre este problema, reflejado muy bien en la película Gravity.
En el filme protagonizado por Sandra Bullock y George Clooney, un trozo de basura espacial golpea el transbordador Explorer. Son momentos de mucha tensión en la gran pantalla, que por fortuna solo han sucedido en la ciencia ficción y no en la realidad. Sin embargo, los investigadores trabajan para evitar este problema. Con ese objetivo, por ejemplo, científicos del MIT desarrollaron un algoritmo con el que determinar la rotación de objetos en ingravidez. Cuanta más información tengamos sobre estos objetos, más fácil será evitar los posibles daños asociados a la basura espacial
Una nueva iniciativa, impulsada por ingenieros chinos, ha permitido el desarrollo de un prototipo que podría limpiar la basura espacial desde fuera de la Tierra. La idea con la que nació este “motor” es propulsarse mediante los propios restos que orbitan alrededor del planeta, de forma que puede trabajar y desplazarse de manera continua. La investigación ha sido publicada en el conocido repositorio arXiv.
El motor funciona de la siguiente manera: primero va introduciendo la basura espacial en su interior, para luego comenzar a triturarla. De esta forma, los restos y piezas van desintegrándose hasta formar un polvo de granos de apenas unos micrómetros. Así los ingenieros utilizan luego la aceleración del movimiento de este polvo de basura espacial para impulsarse y seguir trabajando.
Sus ideas, basadas en el motor VASIMR (Motor de Magnetoplasma de Impulso Específico Variable) de la NASA, podrían contribuir en la lucha contra la basura espacial. Aunque accidentes como los de Gravity no han sucedido -poniendo en peligro a los astronautas de la Estación Espacial Internacional-, sí que ha habido golpes contra satélites que orbitaban alrededor de la Tierra. En 1996 y 2009, colisiones de este tipo no solo afectaron a sendas misiones francesas y norteamericanas, sino que producen a su vez mayor cantidad de basura espacial. Este es el motivo por el que este “motor” chino puede ser una solución viable para atajar estos problemas.