Investigadores aconsejan a start ups darle tanta o más importancia a su estrategia de patentes, como al plan de negocios.
Las compañías y emprendedores que hoy están buscando situarse en la frontera tecnológica de las innovaciones, además de un buen plan de negocios, deben tener un “estrategia de patentes” mucho más sofisticada que el clásico “lo inventamos nosotros” o “vamos a licenciar unas patentes”, si quieren tener un éxito duradero. Así lo afirman Deepak Somaya, David J. Teece y Simon Wakeman, quienes acaban de develar un estudio sobre el actual entorno de negocios tecnológicos en el mundo, dominado por lo que definen como “productos multi-invención”.
“Casi todos los complejos productos electrónicos que se le venden a los consumidores hoy en día contienen numerosas tecnologías e invenciones, muchas de las cuales están cubiertas por patentes y otras formas de derechos de propiedad intelectual”, dice Somaya, quien es profesor de negocios de la Universidad de Illinois. Lo anterior, agrega, es el resultado de que productos como los teléfonos inteligentes o laptops se construyen gracias a innovaciones que provienen de una amplia diversidad de organizaciones. En tal contexto, “diferir la creación de una estrategia de propiedad intelectual para después de haber tenido éxito, invariablemente va a derivar en un problema muy costoso”.
Y no se trata sólo de tecnología hogareña o destinada a usuarios normales. Industrias emergentes como la nanotecnología, con otras ya avanzadas como la de semiconductores y biotecnología, comparten las mismas características.
En el trabajo realizado por el equipo multinacional (Teece pertenece a la Universidad de California en Berkeley y Wakeman a la European School of Management and Technology), se establecen metodologías aplicables en el mundo real, derivadas de su marco teórico. Es así como, el grupo distingue tres tipos de modelos de negocios: licenciamiento, componentización e integración; los que conviven con tres estrategias principales de propiedad intelectual: propietaria, defensiva y apalancada; con las consecuentes combinaciones posibles entre ambas categorías.
Como ejemplo de alto perfil de los efectos a los que pueden llevar las elecciones entre éstas, Somaya compara a Google con Apple. “Google está focalizado en crear tecnologías centrales, como el sistema operativo Android, pero deja a otras empresas desarrollar la mayor parte de las invenciones complementarias”. Apple, por su parte, si bien tiene muchos socios, están mucho más integrados. “Con el iPhone otras empresas hacen la totalidad de los componentes del hardware, pero la marca de Apple en él es mucho más amplia y la empresa, en última instancia, controla el producto final”. Como contrapartida, HTC es un gran ejemplo de un integrador en el ecosistema Android que construye fuera de la tecnología núcleo de Google y agrega valor significativo en el proceso. No obstante, empresas como HTC “están jugando a la defensiva en el frente de la propiedad intelectual con múltiples demandas por infracción de patentes de empresas como Apple y Microsoft, y esto -en última instancia-, perjudica las posibilidades de éxito de Android”, predice Somaya.