4 días duró el evento más importante de tecnología móvil del mundo, con una concurrencia de 72.000 habitantes.
El Mobile World Congress, en Barcelona, concluyó hoy con un nuevo récord de asistentes, con signos de consolidación como una feria de trabajo y en el que se constató la preocupación del sector por un exceso de regulación en Europa.
El congreso de celulares de Barcelona, que abrió el lunes, fue clausurado hoy con un récord de más de 72.000 visitantes, frente a los 67.000 del año pasado.
Entre los participantes, que han pagado entre 600 (unos US$784) y 5.000 euros (US$6.500) para asistir al salón, se encuentran representantes de todo el sector (operadores, fabricantes, desarrolladores de aplicaciones, etc), muchos de los cuales son altos ejecutivos de las principales compañías del mundo.
Más de 3.000 periodistas acreditados de más de 1.500 medios de comunicación han acudido además a este evento, en el que se han mostrado las nuevas tendencias del universo de la movilidad, las novedades de las principales operadoras del mundo, lo último de los fabricantes de hardware y software móvil o todo lo relacionado con el mundo de las aplicaciones.
Sin embargo, gigantes como Apple y Google estuvieron ausentes, mientras que entre los asistentes llamó la atención la apuesta de los fabricantes de "smartphones" por terminales cada vez más grandes, rápidos y baratos, como los presentados por Sony, LG, Nokia o ZTE.
El celular "ideal", que se pudo ver en las tendencias de este año, es el de una terminal de diseño "monoblok" (estilo iPhone), con pantallas táctiles de unas 5 pulgadas, equipado con tecnología NFC (que permite pagar acercando el aparato a un terminal), con cámaras de hasta 13 megapíxeles y procesadores de cuatro núcleos.
Son, por tanto, móviles más potentes y rápidos que, por su tamaño, se asemejan e incluso convergen con las tabletas.
La compañía taiwanesa Asus, por ejemplo, presentó el Fonepad, una tableta de 7 pulgadas que funciona como teléfono y que saldrá a la venta a US$286, mientras que Nokia ha lanzado dos modelos "fáciles de usar" que costarán US$19 y US$85, respectivamente.
Sony anunció, por su parte, el inicio de un año de "ruptura tecnológica" con su móvil inteligente Xperia Z, y su nueva tableta Xperia Z, superfina y 10,1 pulgadas de pantalla, mientras que Samsung estuvo presente con productos ya conocidos en uno de los stand más grandes de la feria.
El Firefox OS, sistema operativo desarrollado por Mozilla para móviles inteligentes basado en la web y que apoyan Telefónica y Vodafone, ya ha empezado a tomar carrera y Sony, LG y ZTE han anunciado que lo utilizarán en alguno de sus terminales.
La preocupación por la regulación en Europa del sector llevó al presidente de Telefónica, César Alierta, a cargar en el primer día del Congreso contra los "monopolios", en referencia a Google y Apple, sobre los que, según dijo, los reguladores no actúan.
Alierta consideró que Europa ha perdido el liderazgo en telefonía móvil a favor de Estados Unidos debido a la estricta regulación europea, lo que, a su juicio, ha frenado la innovación, y recordó que mientras en EEUU y China hay tres operadores, en Europa hay 160.
Por su parte, la vicepresidenta de la CE y responsable de Telecomunicaciones, Neelie Kroes, apoyó en este foro las tesis de Telefónica de un mercado único digital ante el retraso de la 4G y ha anunciado que se invertirán 50 millones de euros para impulsar la tecnología móvil de quinta generación (5G) y situar así a Europa a la cabeza de la industria móvil mundial.
Telefónica avanzó además que en un futuro próximo el acceso a internet por banda ancha móvil combinará la tecnología Wi-Fi (sin cables) con la red de cuarta generación (LTE) o la 3G.