La medida impactaría en la productividad de las empresas y el país, debido a la reprogramación de los sistemas computacionales que el sábado actualizaron el horario según la fecha originalmente fijada para este cambio, aseguró el gremio.
Santiago. La prórroga del cambio de horario en Chile, fijado por ley originalmente para la madrugada del 12 de marzo, estaría trayendo importantes implicancias para la productividad de las empresas de ese país, dijo el secretario general de la Asociación Chilena de Empresas de Tecnologías de Información (ACTI), Hernán Orellana.
El ejecutivo explicó que el retraso del cambio obliga a modificar la programación horaria de todos los computadores, que, pese al decreto del gobierno, adelantaron automáticamente una hora en la madrugada del pasado sábado.
Según afirmó, el manejo informático del retraso del cambio de hora involucra importantes pérdidas en la productividad del país, debido a la reprogramación de los sistemas tecnológicos en las empresas. “Atender esta modificación no es tan sencilla como adelantar una hora el reloj del computador. Requiere variar el huso horario y, en las organizaciones, reajustar todas las aplicaciones que interactúan entre sí considerando el horario, porque de no hacerlo se generarían consecuencias por las descoordinaciones asociadas al tiempo“, explicó Orellana.
Para el ejecutivo, adaptar los dispositivos a este nuevo escenario en las empresas conlleva un gasto de varias horas por trabajador, lo que implica una importante pérdida de recursos y un retraso en la productividad, lo que se suma a las actividades propias del área informática de las compañías, que debe crear nuevos parches que permitan realizar las modificaciones horarias. Por otro lado, “los centros de soporte telefónico están atendiendo muchos requerimientos por la postergación del cambio de hora”, explicó Orellana, recalcando que este trastorno se volverá a repetir el día en que el huso horario sea efectivamente modificado, el próximo 2 de abril.
El secretario general de ACTI agregó además que los efectos de esta modificación perjudicarían la coordinación internacional que tiene Chile. A su juicio los problemas no sólo serían informáticos, sino que también afectarían la imagen internacional del país en el exterior, “dando cuenta de una actitud improvisada y perjudicando nuestro concepto de eficiencia y modernidad hacia el exterior”.
“La política del cambio de hora debe ser sostenida en el tiempo, de tal forma de minimizar los impactos en la productividad del país. Los cambios en este criterio pueden generar además costos ocultos no menores y afectar la imagen de seriedad de nuestro país”, concluye.