La industria musical pierde un importante enemigo con la salida del servicio de streaming de música ilegal de la web, después de diez años de su creación.
Los días en que se podía entrar a Grooveshark para escuchar música gratis y sin publicidades se terminaron. El servicio de streaming de música pirata cerró luego de años de batallas legales por violación a los derechos de autor.
Si se ingresa al sitio web del servicio, se puede encontrar un comunicado en el que los creadores de Grooveshark anuncian el cierre. “Como parte de un acuerdo con las mayores discográficas –Sony Music y Universal Music–, decidimos frenar las operaciones inmediatamente, eliminar todas las obras con derechos de autor protegidos por las compañías y desligarnos de la propiedad del sitio, incluyendo las aplicaciones móviles y nuestra propiedad intelectual “, publicaron.
El comunicado insta a los usuarios a utilizar servicios legales como Spotify, Google Play Música o Rdio. “No contamos con licencias de los propietarios de los derechos para la gran cantidad de música disponible en el servicio”, dice el comunicado. “Estuvo mal. Pedimos perdón. Sin reservas”.
¿Por qué ahora?
El cierre se da en acuerdo con las discográficas que le evitará a los creadores del servicio pagar US$736 millones. Otros sitios similares, como Napster, uno de sus predecesores, sufrieron consecuencias similares hace años.
La semana pasada, el juez estadounidense Thomas P. Griesa concluyó que Grooveshark violó los derechos de autor de más de 5.000 canciones y que lo hizo de forma “voluntaria” y con “mala fe”, informó Reuters.
Si Grooveshark viola los términos del acuerdo, deberá pagar la multa establecida por la corte.
Griesa ya había declarado a los creadores del servicio, Samuel Tarantino y Joshua Greenbergm, culpables por subir a internet miles de canciones de artistas como Madonna, Eminem, Jay-Z, además de incitar a sus empleados a hacerlo.