En tan sólo 8 años, la plataforma ha conseguido evolucionar de un programa basado en imágenes y filtros bonitos a todo un servicio complejo para usuarios y marcas.
Por Ángel Miguel García Rubio para Think Big. Con más de 800 millones de usuarios contabilizados hasta el pasado 2017, Instagram ha conseguido pasar en tan sólo 8 años de ser una aplicación basada en fotos y filtros bonitos a evolucionar a toda una compleja red social. Aunque, dentro de los muchos cambios que ha sufrido y capas que se han ido añadiendo, su simplicidad a la hora de utilizarla sigue siendo su baza más fuerte.
Quizás sea este el motivo por el cual Mark Zuckerberg, creador y directivo de Facebook, decidió en 2012 comprar Instagram por la nada desdeñable cantidad de US$715 millones. Un movimiento que no ha hecho más que aportar suculentos beneficios al magnate estadounidense. Consiguiendo aportar el pasado año US$3.200 millones, y subiendo. Cifras astronómicas que sólo nos hacen preguntarnos: ¿qué tiene para semejante éxito?
Si no puedes comprar a tus enemigos, cópialos
Pasar de los 30 millones de usuarios previos a la compra de los más de 800 millones actuales, y que tus usuarios no decidan migrar a otra red social o aplicación, no es un camino libre de enemigos. El mercado de las aplicaciones móviles está en auge, un sector donde diariamente aparecen nuevas apps ofreciendo diferentes actividades o funciones. La estrategia de Instagram ha sido la de comprar para implementar nuevas opciones en la experiencia del usuario. Sin embargo, cuando la compra no ha sido posible, desde la compañía han sido siempre bastante claros al respecto: copiar.
Son varios los ejemplos de este movimiento, siendo el más sonado el de Snapchat. La aplicación del fantasma, basada en subir vídeos de corta duración que se mantenían en la red durante un tiempo limitado, vio los ojos a su enemigo en forma de los ya famosos stories. Pero la idea de Instagram no es solo copiar el concepto, sino, además, mejorarlo.
La ya desaparecida Vine fue sustituida por sus usuarios en cuanto Instagram permitió la publicación de videos en los perfiles de sus usuarios de forma permanente y con mayor duración. La historia parece repetirse con bastante frecuencia. Y es por eso que la mejor opción es aceptar el pacto con el gigante de Facebook como han hecho otras aplicaciones. Apps que aportaban ideas muy creativas para jugar con la cámara de nuestros dispositivos como: Boomerang, Layout o Hyperlapse.
Crear contenido de mil formas y colores
Si eres usuario de Instagram, o tu planteamiento es convertirte en uno, seguro que estarás al día de la última moda: los gif animados. Solo tienes que prestar atención cuando vas en el metro, esperas el autobús o en los descansos en el trabajo para observar a tu alrededor el fenómeno de moda en Instagram.
Las opciones de la aplicación son abundantes, y los usuarios y empresas explotan todas y cada una de ellas. Subir y editar fotos o videos; publicar de forma permanente o de forma temporal mediante stories; realizar videos en directo con hasta una hora de streaming y que se quedan en nuestro perfil 24 horas; ponerte en contacto con los usuarios de manera privada o públicamente; generar interacciones con menciones, repost, que vienen a ser la re-publicación de la foto o el video en otro perfil, o los hastags, que desde la última actualización puedes seguirlos igual que se sigue a un usuario.
Sin embargo, lo que más éxito tiene en las redes está relacionado con la parte más divertida o humorística. Los stories se llenan de encuestas de todo tipo; pegatinas con las que adornar las fotos y vídeos; filtros de realidad aumentada con los que transformar a nuestro amigo en conejo, perro o ponerles un filtro de belleza; pintar directamente en la foto o el vídeo. Todo un marco de posibilidades que queda a disposición de la imaginación de los usuarios.
Un mercado de likes
Los modelos de negocio tradicionales han cambiado con la influencia de las redes. Pero no hay mayor cambio que el que está suponiendo la irrupción de Instagram en la publicidad. Usuarios particulares y empresas se han convertido en creadores de contenidos con un fin económico.
Una de las particularidades que ofrece Instagram para las empresas es la posibilidad de camuflar, legalmente, tu publicidad entre contenidos de los usuarios. Como si de un corte publicitario en televisión se tratase, las campañas de las distintas marcas se intercalan entre los feeds, publicaciones o stories de los usuarios. Utilizando la información que los usuarios aportan voluntariamente, las empresas tienen acceso a perfiles de consumidor más específicos y con un mayor índice de éxito. Además, al igual que para los usuarios particulares, las empresas disponen de todas y cada una de las herramientas de Instagram para dar rienda suelta a las campañas más ingeniosas.
Como si de un juego se tratase, la aplicación tiene ciertas características ocultas, solo disponibles para aquellas cuentas que alcancen un nivel determinado de participación y seguidores. Una vez alcanzados los 10.000 seguidores o followers, Instagram nos permite enlazar contenido con páginas externas o programar campañas a través de Facebook. Ambas características totalmente desconocidas para el usuario medio. Además, Facebook te permite ajustar los parámetros ateniendo a las necesidades de la campaña: fidelización, captación o presentación de la marca a través de fotos, vídeos o stories.
Instagramer, influencer y micro-influencer
Todo este sistema no tendría sentido sin los usuarios. La base del buen funcionamiento de la aplicación. Y son estos precisamente los que se han convertido en el mejor escaparate para tu producto. Una nueva profesión que supone la evolución de los anuncios tradicionales basados en la demostración de un producto y las maravillas de uso.
Un trabajo cercano al status de celebrity en el que los usuarios denominados influencers colaboran con las marcas para promocionar, de alguna forma, sus productos. Pero incluso este modelo de publicidad es caso de estudio, y las empresas empiezan a buscar a los denominados micro-influencers; personas con un número de seguidores elevado pero especializados en un público objetivo específico. Las distintas estrategias que se han llevado a cabo han demostrado mayor eficacia cuando el número de seguidores no es excesivamente elevado, ya que el mensaje se entrega mejor y tiene un mayor efecto.
Calcular antes de publicar
Un modelo de mercado que, aunque no lo aparente, no deja nada al azar. Las tiendas de aplicaciones están repletas de aplicaciones que utilizan toda la información generada por Instagram para crear modelos de eficacia a la hora de publicar. Herramientas que te ayudan a saber cuándo publicar; los hastags que están de moda y con los que conseguir visitas; programar las publicaciones; editar y mejorar tus publicaciones, o poner en contacto usuarios ávidos de seguidores de los que retroalimentarse de seguidores y ganar en visibilidad. Toda una ciencia que necesita de constancia y análisis de datos, ya que el mero hecho de publicar no es sinónimo de éxito asegurado.