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La data inteligente al poder
Viernes, Noviembre 9, 2012 - 15:48

El gran debate tecnológico hoy es el Big Data, la enorme cantidad de datos que se generan a nivel global y cómo las compañías y gobiernos pueden aprovecharlos. Para bien o para mal.

Imagine un día laboral en que debía levantarse a las 7 a.m. pero, por mala fortuna, el despertador suena a las 9 a.m. Entonces, mientras usted continúa dormido, su smartphone recibe la cancelación de su primera reunión y reprograma automáticamente todas sus actividades diarias, dando las alertas correspondientes. Imagine también que “su hogar inteligente” retrasó automáticamente la hora de calentar el agua para ducharse, y también el café del desayuno. No se preocupe, en este mundo hipotético la interconexión de datos se hará cargo de todo.

No se trata de una película de ciencia ficción. La escena se refiere a la hiper conectividad, a la comunicación máquina a máquina y a la internet de las cosas. Una realidad que está llegando al mundo personal y productivo gracias al creciente Big Data (BD). El concepto define al uso de la gran cantidad de datos que el mundo conectado está almacenando y del que algunos ya están sacando provecho.

Para visualizar la magnitud de los datos que se están generando, un informe del World Economic Forum (WEF) dice que para 2014 el tráfico global de comunicaciones móviles se duplicará año tras año. Y que para 2020 habrá más de 50.000 millones de dispositivos conectados a internet (no sólo smartphones), Es más, para 2020 los archivos digitales en el mundo serán 44 veces más grandes que 2009, señala también el WEF.

El BD representa una de las mayores preocupaciones tecnológicas y productivas de gobiernos, empresas, universidades y centros de I+D. Porque ven cómo la información digital crece dejando tras de sí miles de terabytes de data que potencialmente puede ser procesada y analizada para extraerle valor.

 

Arma poderosa

El Big Data puede venir de dos grandes repositorios: datos estructurados (transacciones comerciales, facturas, planillas, documentos, legales, remuneraciones, etcétera) y datos no estructurados (recibidos desde las redes sociales, sensores, dispositivos, etc.). Curiosamente, analistas coinciden que no será el hombre el que genere más BD, sino las máquinas. ¿Qué piensan las operadoras de telecomunicaciones? “Las soluciones más innovadoras son aplicaciones para realizar análisis de datos en tiempo real. Con esto se puede inferir cuánto compra una persona, en qué días y hasta qué gustos tiene”, dice Axel Heilenkötter, gerente de marketing de HP ESSN, división de HP para temas de almacenamiento y redes. “Ya es necesario que las empresas tengan una herramienta de análisis. Hoy tienes muchos datos, pero no información”, agrega.

El BD, lo quieran o no las compañías, irá en franco aumento. Si sumamos los nuevos datos de los social media y las máquinas conectadas, vemos que podrían resolver problemas específicos de una empresa. Esto en el entendido de que estén ordenados, analizados y transformados en respuestas en tiempo real, la gran tarea ante el Big Data.

“Estamos trabajando con empresas del retail que usan el BD para crear una experiencia de compra mejorada para sus clientes, identificando sus patrones de compras, creando ofertas especiales”, dice Ricardo Mota, director de Base de Datos y Tecnología de SAP para América Latina y el Caribe.

Ahora, el discurso de las compañías es que usarán este Big Data para beneficiar a los consumidores. Pero, como toda herramienta poderosa, está abierta la posibilidad de usarla en contra de la privacidad y al margen de la ley. Mientras el BD continúe su crecimiento y expansión, es inevitable pensar que chocará violentamente con infinidad de datos íntimos. Situación que está más cerca de lo que pensamos y donde las empresas sabrán “más de la cuenta” sobre nosotros.

Por ejemplo, ¿le gustaría que la farmacia supiera el historial clínico de toda su familia para luego hacerle promociones personalizadas? ¿O que el banco no le diera un crédito porque conoce sus hábitos de consumo?

 

Economía Big Data

Foros como el WEF muestran especial interés por aprovechar el BD. A comienzos de este año la entidad publicó un informe denominado “Big Data, Big Impact”. Para los economistas del Foro Económico Mundial, el fenómeno “big data” es ya un tópico más de mercado, considerándolo como un nuevo bien económico, como la moneda o el oro.

Según el discurso oficial, las bondades de una mejor productividad, calidad de vida y ciudades inteligentes están muy ligadas a cómo se utiliza la data. Por eso, los gobiernos están cada día más interesados en sacarle provecho. “Ya hay en la región servicios públicos que utilizan los datos para entregar información oportuna a sus reguladores”, agrega Ricardo Mota, de SAP.

Un correcto uso del BD puede mejorar los resultados de la cadena productiva de un país, especialmente de aquellas industrias estratégicas, como la minería, energía, petróleo y gas, telecomunicaciones salud, transportes, I+D y educación. Un uso incorrecto puede despojarnos de nuestros datos y entregárselos a oscuros destinos.

Las posibilidades del “temible” BD son tantas como los secretos del universo. Pregúntenle a Jorge Ibsen, Computing Group Manager del proyecto ALMA (Atacama LargeMillimeter/submillimeterArray) en el desierto más árido de mundo. Allí, en el norte de Chile, deben procesar la información del mayor proyecto astronómico del planeta, indagando en el Big Data de todo lo que existe. Tarea titánica.

¿Qué viene luego del Big Data? Todo indica que la internet de las cosas: la red de objetos cotidianos interconectados. Con esto y el Big Data funcionando ya no deberemos temer quedarnos dormidos. Cuando despertemos las maquinas tendrán el desayuno preparado.

Autores

Pablo Albarracín