Durante los últimos dos años, mientras Apple se ha enfocado principalmente en equipos móviles, Microsoft ha sacado una serie de computadoras que vuelven a concebir el futuro de las PC en formas emocionantes.
Por Farhad Manjoo / New York Times News Service. Cuando Microsoft develó su primera tableta Surface hace cinco años fue un fracaso espectacular. En ese entonces, el iPhone de Apple estaba encaminado a conquistar la industria tecnológica y parecía que el iPad encabezaría una invasión aún más devastadora al reinado de Microsoft.
Esta concibió a la Surface, un híbrido innovador entre portátil y tableta, como una manera de presumir la versatilidad de su software. El argumento era que las máquinas con Windows podían trabajar como teléfonos, computadoras y tabletas. Y todo el mundo adoraba a Windows, ¿cierto? Pues no. Microsoft pronto reportó pérdidas por US$ 900 millones en computadoras Surface no vendidas. Aún así Microsoft persistió. Y actualmente la compañía fabrica las computadoras más visionarias de la industria, si no es que las mejores máquinas.
Durante los últimos dos años, mientras que Apple se ha enfocado principalmente en equipos móviles, Microsoft ha sacado una serie de computadoras que vuelven a concebir el futuro de las PC en formas emocionantes.
LA APUESTA DE MICROSOFT
Microsoft, por supuesto, obtiene la mayoría de su dinero del negocio de las PC al vender licencias de Windows a otros fabricantes de computadoras y dice que parte de su meta con la producción de hardware es inspirar y guiar los diseños de estas compañías. Pero también quiere que la línea Surface se venda y, aunque la división ha crecido enormemente en los últimos años y se ha vuelto una parte clave del negocio general de Microsoft, Surface sigue siendo mucho más chica que la línea Mac o iPad de Apple.
Sin embargo, quizás justamente porque está muy detrás de Apple, la división de hardware de Microsoft está creando productos más atrevidos de lo que ha estado produciendo su rival.
La híbrida Surface Pro (la heredera de la visión de esa primera Surface, cuya última versión salió en mayo) no solo se ha convertido en algo que hace ganar dinero a la compañía. Claramente también fue la inspiración de la iPad Pro de Apple, que permite usar un lápiz óptico y un teclado, pero que de todas formas se siente menos como laptop que la Surface.
A finales del año pasado, Microsoft también develó la Surface Studio, una computadora de escritorio de pantalla grande que se parece a la iMac de Apple, excepto que su pantalla vertical pivotea fácilmente para convertirse en un tipo de mesa de dibujo digital, un excelente truco (podríamos imaginarnos a Steve Jobs pasándola genial al presumirlo en uno de los discursos que daba durante las conferencias de Apple).
Y Microsoft también presentó la Surface Laptop. Su forma y su propósito no se distinguen mucho de la MacBook Air, la ligera y delgada computadora portátil pionera de Apple. Pero la máquina de Microsoft tiene una mejor pantalla y, lo que es más importante, tiene un futuro. A la gente le encantaba la Air, pero Apple no parece querer actualizarla, así que Microsoft entró para perfeccionar el bebé de Apple.
EL ATRASO DE APPLE
También hay que destacar que la hoja de ruta de Apple en cuanto a computadoras ha sido inestable últimamente. Las laptop más recientes de la empresa dejaron decepcionados a muchos fanáticos y la Mac Pro ha pasado años sin ninguna actualización. Apple ahora está actuando rápido para atender las quejas de sus usuarios "pro"; anunció que la Mac Pro será rediseñada y que saldrá a la venta a finales de año una nueva versión Pro de la iMac.
"Pienso que Microsoft ha reconocido durante el último par de años que la comunidad creativa quizás no está tan casada con las Mac como muchos lo creen", dijo Jan Dawson, un analista tecnológico independiente. "Hay una ventana de oportunidad para que entre la Surface e incluso si esa ventana se cierra por algunos de los próximos equipos de Apple, no creo que Apple tenga dominado ese mercado", añadió.
¿QUIÉN QUIERE INNOVACIÓN?
Durante junio, visité el laboratorio de hardware de Microsoft en los cuarteles generales de la compañía, en Redmond, Washington. Bajo el liderazgo de Panos Panay, director de la Surface de Microsoft, la compañía ha dado licencia a sus diseñadores e ingenieros para que reconsideren el futuro de las PC. "Tenemos este esquema mental que dice: 'Pues voy a intentarlo. Y si no funciona, avanzamos a lo que sigue'", me dijo Panay. "Eso se celebra; siempre es 'vamos, actuemos'", afirmó.
Ese acercamiento ha resultado en varias ideas brillantes. Microsoft desarrolló un equipo genial para acompañar la Surface Studio que se llama Surface Dial. Es una perilla del tamaño de la palma de la mano que se ubica en la pantalla de la mesa de dibujo y con la que se crea un interfaz táctil para controlar la computadora.
Puede usar la perilla para cosas básicas como subir el volumen. Sin embargo, en manos de un diseñador se convierte en una herramienta encantadora: al girar la perilla puede avanzar o rebobinar ediciones de videos o cambiar el color del lápiz en Photoshop. Al igual que el lápiz digital de Microsoft (que funciona en todas las PC y tabletas de la compañía, mientras que Apple se opone tercamente a incorporar capacidades de pantalla táctil a sus Mac), el Surface Dial es una de esas innovaciones de interfaz que alguna vez habríamos esperado de Apple. Ahora, es Microsoft la que está impulsando nuevos modos de computación.
Las máquinas de Microsoft no son perfectas. La Surface Studio (cuyo precio mínimo es de US$3 mil) me pareció de escasa potencia para su precio. La Surface Pro es una computadora portátil maravillosa pero, como tableta, no es tan buena como la iPad. Y también es cara. Empieza en los US$800 y hay que pagar entre US$1.200 y US$1.500 por un modelo con velocidad decente y los accesorios del lápiz óptico y el se venden por separado.
Por estos motivos y otros, es improbable que el negocio de hardware de PC de Microsoft supere al de Apple en el corto plazo. Pero a cualquiera que le interese el futuro de las PC debería emocionarle que Apple actualmente enfrenta a un competidor serio y creativo.