La guerra santa de Anonymous II
Viernes, Enero 27, 2012 - 16:54
Continuamos con nuestro reportaje a Anonymous, ilustrando cómo se organizan y algunas de las acciones que han llevado a este anárquico grupo a ser reconocido mundialmente por sus actos, tanto en nombre de la justicia como de las risas.
El 25 de febrero del 2011, el mundo se sorprendía por el estallido de protestas en todo Egipto y la represión que el gobierno ofrecía como respuesta. El pueblo pedía mejoras a nivel de libertades, seguridad social, y principalmente la entrada de una democracia retrasada durante los 30 años que Hosni Mubarak había ostentado el poder. Uno de los primeros actores internacionales no sólo en levantar la voz si no en ofrecer acciones directas en forma de protesta, estaba representado por una persona de corbata y traje pero sin ningún rostro: era Anonymous y un comunicado escrito en un tono directo, con un lenguaje formal y culto.
"Queridos ciudadanos del mundo", comenzaba, "Anonymous no puede, y no se quedará tranquilo mientras las personas son despojadas de sus derechos básicos y libertades humanas. Sin embargo, aún hay muchos gobiernos al rededor del mundo que fallan incluso en aspirar a alcanzar los estándares especificados en la Declaración Universal de Derechos Humanos". La carta seguía, haciendo alusión a que "la gente en Egipto vive en condiciones inhumanas; siéndoles negados sus derechos básicos a la libertad de expresión, libertad de religión, libertad de asociación, y el libre acceso a la información".
Luego, el comunicado pasaba a la confrontación. "Al gobierno egipcio: Anonymous reta a todos los que están involucrados en la censura. Anonymous quiere que ofrescan libre acceso a prensa sin censura en todo su país. Al ignorar este mensaje, no sólo atacaremos los sitios de su gobierno, Anonymous también se asegurará de que la prensa internacional vea la horrible realidad que imponen en su propio pueblo(...)".
El discurso terminaba dirigiéndose a todo el que lo leyera. "Anonymous es tus hermanos y tus hermanas, tus hijos e hijas, tus padres y tus amigos, sin importar la edad, género, raza, religión, étnia, o lugar de nacimiento. Anonymous eres tú. Y no permitirá que te sean negados tus derechos, tanto en la vida real como en internet".
Un par de días después los principales sitios del gobierno egipcio eran atacados desde miles de locaciones distintas en diversas partes del mundo, con el resultado de dejarlas inutilizadas durante largos periodos. La protesta se sumó a decenas de otros actos por medio de la gran mayoría de canales disponibles, y para el 11 de febrero del mismo año, con un conteo de casi 900 personas muertas en las protestas pacíficas, y más de 6000 heridos, Mubarak renunciaba a su puesto.
¿Pero cómo definir a Anonymous? ¿Quiénes pertenecen a este colectivo de forma activa y de qué forma se organizan, crean comunicados, videos y establecen ataques a escala global?
El sitio Whyweprotest.net, que explicitaba el 2011 algunos de sus principios, dice: “Anonymous no es una organización. No hay miembros oficiales, directrices, líderes, representantes o principios unificantes. En cambio, Anonymous es una palabra que identifica a los millones de personas, grupos e individuos dentro y fuera de internet quienes, sin liberar sus identidades, expresan opiniones diversas en muchos temas”. El texto terminaba diciendo que estar en Anonymous no implica pensar o actuar en consenso con otros miembros, si no que describe una nueva forma de comunicación y promoción del cambio social: sin cabecillas ni jerarquías.
Claro que esto implica que no siempre los actos de Anonymous estén motivados por causas moralmente "aceptables" por toda la comunidad. Un ejemplo lo reporta Computer World: miembros de 4chan postearon en el sitio las contraseñas del sitio administrativo de una escuela en el distrito de New Jersey, permitiendo acceso a toda la base de datos. Pocos minutos después los usuarios posteaban en el sitio capturas de pantalla que mostraban cómo habían aumentado el precio de los almuerzos a US$9.000, o cómo cambiaron el sistema de ramos para que todas las clases fueran electivas, y que los alumnos sólo requirieran 1 crédito para graduarse.
Ejemplos de este tipo han sido numerosos: meses de hostigamiento a la familia de un adolescente que se había suicidado por perder su iPhone, enmascarados con megáfonos asistiendo a los eventos de lanzamiento del último libro de Harry Potter para contar en voz alta el final previamente filtrado, entre una serie de otros actos que se hacen "just for the lulz" (algo así como, "sólo por las risas").
¿Quién decide y cómo se organizan estos actos? Charles Arthur, del periódico inglés The Guardian, se integró secretamente en un chat de un grupo de Anonymous que se había convocado para organizar un ataque. ¿Qué encontró? Más de 3.000 personas escribiendo desenfrenadamente y sin ningún orden. Cualquier mensaje serio o intento de finalizar el motivo inicial del encuentro virtual se perdía entre cientos de mensajes con bromas e insultos entre los propios Anonymous. “No podrías decir que estaba dirigido, era más como si se moviera en varias direcciones, como una bandada de pájaros, aparentemente consciente de su propio curso pero incapaz de forzarlo en cualquiera de sus miembros”, contaba Arthur.
Pero entre toda la producción de mensajes, algunos terminan por ser obedecidos por parte del grupo, y parecen actuar de cierta forma como cabecillas, aunque nadie podría decir que tienen autoridad. "Hasta que tengamos nuevas instrucciones sigan atacando a Mastercard", decían algunos mensajes. Incluso otras aparecían cuestionando los motivos y los métodos del ataque.
Lo claro, es que es imposible decidir quiénes eran esas personas, quién los dirigía y a dónde llegaba su alcance. Según Gabriele Colleman, reportera de The Atlantic que también se integró a un chat de Anonymous, en un momento 16 personas escribían un texto al mismo tiempo, mientras otras 30 opinaban con respecto al mismo, agregando comentarios o críticas.
Anonymous ya se ha adjudicado infiltraciones al Pentágono, hackeos masivos en empresas de seguridad informática como HBGary Security (que terminó con la renuncia de su CEO), el robo de decenas de miles de datos de tarjetas de crédito luego del ataque a la red de juegos en línea de Sony Playstation, la baja de cientos de sitios gubernamentales en todos los continentes, y la seguridad ya instalada de que cualquier intento de censurar, restringir o violar los derechos de las personas en todo el mundo corre el riesgo claro de sufrir el ataque de Anonymous.
Y la historia predice que si Anonymous amenaza con un ataque informático, siempre logra su cometido. La importancia de esta forma de organización (o desorganización) y el poder efectivo que ha demostrado, son una de las grandes armas que internet le ha dado a la lucha social. Cabe ahora sólo esperar que esta potencia sea utilizada en beneficio de las personas, y que no se convierta en un arma de autodestrucción.