Los resultados de la red social durante el segundo trimestre fueron la primera señal de que la nueva ley europea de privacidad y los escándalos sobre el manejo de datos, están afectando al negocio de la compañía.
La fortuna del presidente ejecutivo de Facebook, Mark Zuckerberg, quedó recortada el jueves en casi US$16.000 millones, mientras la red social se encaminaba a su mayor caída diaria en la historia de la bolsa estadounidense, tras conocerse previsiones de menores márgenes futuros de ganancias.
Al menos 16 corredurías recortaron sus objetivos de precio para Facebook después de que ejecutivos de la compañía dijeron que el costo de mejorar los resguardos a la privacidad, así como la ralentización del uso en los principales mercados publicitarios, impactarían en los márgenes de utilidades durante más de dos años.
A las 1500 GMT, las acciones de Facebook se desplomaban un 19%, a US$176,14, un declive que restaría unos 120.000 millones de dólares al valor de la firma, o casi cuatro veces la capitalización total de Twitter.
Los resultados de Facebook en el segundo trimestre fueron la primera señal de que la nueva ley europea de privacidad y los escándalos sobre el manejo de datos de sus clientes por parte de la firma Cambridge Analytica y varios desarrolladores de aplicaciones están afectando al negocio de la compañía.
Facebook advirtió también que el impacto no será contrarrestado por el crecimiento de los ingresos en los mercados emergentes y su aplicación Instagram, menos afectada por las preocupaciones sobre privacidad.
Tras describir los anuncios como “bombas”, analistas de Baird dijeron que los problemas son, en gran medida, “autoinfligidos”, ya que Facebook sacrifica su importante negocio de monetización de las aplicaciones para impulsar la utilización.
De los 47 analistas que cubren Facebook, 43 califican la acción como “comprar”, dos optan por “mantener” y otros dos apuestan por “vender”. Su objetivo mediano de precio es de 219,30 dólares.
Analistas de MoffettNathanson calificaron la previsión de la firma como “la nueva realidad económica de su modelo de negocio o un acto muy público de autoinmolación para librarse de una mayor presión regulatoria”.