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Esta niña de 12 años quiere exterminar el plástico marino con un robot
Lunes, Julio 23, 2018 - 10:26

Anna Du presentó una máquina dotada de un sensor capaz de detectar estos desechos e identificar el resto de materiales en el océano.

Por Marta Barba para Think Big. Debido a la inmensidad y profundidad de los océanos, y por una falta de concienciación sobre el cambio climático, hasta no hace demasiado, el hombre pensaba que podía tirar en ellos todo lo que se le viniera en gana sin que tuviera consecuencias importantes. La realidad es que la contaminación por plástico marino no deja de crecer. Los desechos industriales, fertilizantes y pesticidas, basuras nucleares y desperdicios invaden nuestros océanos de forma descomunal, hasta tal punto que ni el tiempo transcurrido desde que el hombre camina sobre la tierra sería suficiente para eliminar los residuos que hemos vertido al mar.

Existen pruebas irrefutables de que los océanos han sufrido mucho a manos del hombre durante miles de años. Hay muchos estudios que demuestran la degradación progresiva y constante de las zonas costeras debido a los vertidos industriales y los químicos procedentes de explotaciones agrarias.

Los residuos sólidos como bolsas, envoltorios de plástico, botellas y latas, entre otros, acaban siendo con frecuencia alimento de muchos peces que los confunden con comida, pero también trampas mortales para estos habitantes de mares y océanos. Se calcula que una botella de plástico tardaría, al menos, 500 años en desaparecer en el fondo marino.

Por todo esto se llevó a cabo un concurso, “3M Young Scientist Challenge”, en el que niños de 10-15 años debían presentar una solución creativa y factible a un problema de hoy en día. Anna Du quedó finalista del concurso, con la creación de un robot que identifica el plástico marino. La labor más importante de los investigadores es la de determinar exactamente dónde se encuentra el plástico oceánico. Por ello, esta niña de tan solo doce años espera que su dispositivo pueda llegar a atravesar el océano identificando los plásticos y recolectándolos.

El robot tiene un funcionamiento similar al de las empresas de reciclaje, que utilizan un sensor para detectar los plásticos e identificar el resto de materiales, clasificándolos según su naturaleza, con el fin de reusarlos. Anna dotó al robot de unas luces infrarrojas que distinguen entre microplásticos de materiales no peligrosos y los nocivos para las aguas.

Esta joven emprendedora confía en que su proyecto salga adelante, y no solo eso, también pretende crear en un futuro una máquina que pueda capturar y retirar el plástico que se encuentre.

Este invento hará que se reduzca mucho la contaminación marina, disminuyendo en 50 millones de toneladas los vertidos dañinos que la provocan. La ciencia no ha establecido nunca cuáles son los sitios del océano en los que más plástico hay, dado que hay en todos los sitios, hasta en las capas de hielo del Ártico y la Antártida. Los expertos afirman que para disminuir el vertido la tasa de reciclaje de plástico debe rondar el 80%.

Como ninguno de nosotros queremos un océano inundado de plástico, tenemos que empezar a tomar medidas. Utilizar productos biodegradables en las playas, no tirar basura, viajar por el mar responsablemente, reducir emisiones de CO2 y consumo de energía, y apoyar organizaciones que trabajan a favor de los océanos, entre otras cosas, pueden hacer que el océano vuelva a parecerse más a lo que era.

Autores

Think Big