La información catalogada de “inservible” cada vez cobra más valor. Así muchas empresas, y cada vez más, buscan este tipo de informaciones.
Por Almudena Esteban para Think Big. Estamos en la era de los datos. Todas nuestras acciones, compras o actuaciones se analizan. Es la era del big data. Las empresas ahora son capaces de conocer mejor que nunca a los consumidores, pudiendo ser, por tanto, mucho más efectivas. Pero, a pesar de este boom, no todos los datos se están valorando del mismo modo ni alcanzando el mismo peso. En medio de toda la información que se recoge, muchos de los datos que se analizan se nos quedan en el tintero. Son los popularmente conocidos como ‘datos basura’.
¿Cuáles son estos datos?
Podríamos decir que estos datos son todos aquellos que se acumulan, muchas veces de forma automática, porque se cree que no sirven para nada, o que no son lo realmente importantes como para promover decisiones relevantes. Un ejemplo son las señales que van captando las redes sociales, y que, finalmente, no se pueden traducir en nada.
Son datos que, a priori, no tienen un valor atribuido, y que por ello no pasan ningún filtro para su análisis. A ello se suma toda esa información que ha sido exprimida ya al máximo, y de la que parece que nada más puede llegar a sacarse. Por este motivo, los que parecen ser ‘datos basura’, lo más probable es que no estén tan gastados como pueda llegar a parecer, y no son tan poco relevantes como podría uno imaginarse o pensar en un primer momento. Este tipo de datos, como apunta el último informe de FastCompany, puede que sean la próxima mina de oro.
El caso es que la utilidad de la información ha pasado de centrarse en solo lo que parecía ser relevante a dar importancia a todo en general. Muchas empresas, y cada vez más, buscan ya este tipo de informaciones.
El uso de los ‘datos basura’
Como ocurre con todo lo nuevo en esta vida, este tipo de información debe encontrar también su sitio, y cuando lo haga será para quedarse. Los datos basura ya han entrado en el terreno analítico. La realidad es que marcas de todo tipo y condición los reclaman.
Podemos decir que los ‘datos basura’ están viviendo su momento de gloria y sobre todo que están entrando en nuevos terrenos inexplorados. El futuro de estos datos, según apuntan los analistas, estará cada vez más protagonizado por aplicaciones que parten de ellos y que los introducirán en cuestiones de nuestro día a día. Acceder a ellos será más fácil y más barato y, por lo tanto, es bastante previsible que su peso vaya creciendo.