Esta moneda abre posibilidades al comercio electrónico y abarata las transacciones, lo que se traduce en oportunidades para emprendedores y consumidores.
América Latina, especialmente Argentina, Brasil y Chile, componen un gran mercado al que apunta la moneda virtual "bitcoin", creada en 2008 por un grupo de programadores bajo el seudónimo "Satoshi Nakamoto" y que ha empezado a revolucionar el tradicional mercado de divisas.
Con esta moneda virtual se reducen los costos en las transacciones, que se hacen directamente entre comprador y vendedor, al no haber intermediarios que cobren comisión, explicó en una entrevista con Colombia.inn, agencia operada por Efe, el director ejecutivo de la Fundación Bitcoin, Jon Matonis.
Hasta la fecha con bitcoin se pueden transferir fondos, comprar en línea a empresas como el fabricante de computadores Dell o el gigante de comercio electrónico Amazon, e incluso intercambiar oro o plata.
En Latinoamérica, el portal argentino avalancha.com se convirtió en agosto pasado en el primero en aceptar pagos con bitcoin para la adquisición de electrodomésticos.
Un mes antes la firma de servicios financieros y comerciales en internet ZipZap había anunciado que expandiría sus operaciones en Centro y Suramérica para permitir que consumidores sin cuentas bancarias usen dinero en efectivo para comprar bitcoines.
Matonis dijo que Argentina, donde hay más de 8.000 usuarios de bitcoin, "ha sido uno de los países en donde más utilidad se le ha encontrado a esta herramienta debido a sus problemas monetarios".
"Brasil y Chile también están en nuestra mira porque son un mercado enorme e interesante para nuestra expansión", agregó.
De hecho, en Buenos Aires la Fundación Bitcoin tiene una sede desde 2012 y tres oficinas adicionales, desde donde se estandariza, protege y promueve esta moneda virtual, cuyos principios son no depender de los gobiernos ni estar controlada por instituciones financieras.
Matonis explicó que bitcoin "utiliza un sistema de firmas digitales codificadas" para crear una divisa única, cuyo valor frente a otras monedas tradicionales se establece por la misma ley de oferta y demanda, lo que deja libre la fijación de precios.
En este sistema, que además de ofrecer posibilidades de compra de artículos a través de la red permite el cambio de bitcoin por dólares, euros u otras monedas, "no existen los intermediarios debido a que las transacciones, que son de carácter irreversible, se hacen virtualmente de persona a persona", manifestó el director ejecutivo.
Esta moneda abre posibilidades al comercio electrónico y abarata las transacciones, lo que se traduce en oportunidades para emprendedores y consumidores, y además promueve nuevos productos, como la tarjeta de débito de Xapom, que permite gastar bitcoines como si fuera dinero tradicional.
Pero esta moneda virtual también ha generado controversia en varios países, entre ellos Colombia, a donde Matonis ha viajado para promover el bitcoin.
Y es que el Banco de la República, encargado de la política monetaria de Colombia, ha advertido de que el bitcoin "no es una moneda y, por lo tanto, no constituye un medio de pago de curso legal con poder liberatorio ilimitado".
"No existe entonces obligatoriedad de recibirlo como medio de cumplimiento de las obligaciones", señaló la institución a través de un comunicado público.
Incluso la Superintendencia Financiera de Colombia advirtió en una circular que el valor de intercambio de las monedas virtuales "podría reducirse drásticamente e incluso llegar a cero".
A juicio de esa entidad, los bitcoines no están "respaldados por activos físicos, por un banco central ni por los activos o reservas de dicha autoridad".
En medio de la polémica, el bitcoin sigue revolucionando los mercados y haciendo frente a las formas tradicionales de pago y cambio de divisas.