Lo que hace a esta tecnología tan rápida son las propiedades inusuales de las partículas en sus niveles más pequeños. Microsoft y los co fundadores de BlackBerry también investigan esta tecnología.
Luego de más de tres décadas de investigaciones, la computación cuántica comercial está cerca de convertirse en una realidad gracias a la empresa estadunidense aeroespacial y de defensa Lockheed Martin (LM).
Para quienes desconocen el tema, la física cuántica aplicada a la computación podría, por ejemplo, permitir saber instantáneamente cómo reaccionarían a una explosión nuclear o solar los millones de programas de cómputo de una red de satélites, mientras una computadora “normal” tardaría semanas.
Para la contratista de defensa, todo comenzó cuando compró a la firma Canadiense D-Wave la tecnología inicial de la computadora cuántica, la cual será usada por Lockheed para crear y probar sistemas de radares complejos, espaciales y aéreos, dijo Ray Johnson, director Técnico de Lockheed a The New York Times.
El sistema de D-Wave, conocido como computación cuántica adiabática, utiliza diferentes acercamientos matemáticos, así el procesador cuántico, a partir de un entramado de pequeños cables superconductores se enfría cerca del cero absoluto. A continuación se programa mediante la carga de un conjunto de ecuaciones matemáticas en la red de los cables.
Después, la computadora se mueve a través de infinitas posibilidades para determinar la relación que necesita menor energía, siendo ese el resultado óptimo, es decir la respuesta. Este sistema, de acuerdo a los diseñadores de D-Wave, podría ser usado también en la evaluación de estrategias financieras.
Futuro cuántico
Si bien D-Wave, basada en Vancouver y con inversiones de Jeff Bezos, fundador de Amazon, del banco Goldman Sach y del fondo de inversión In-Q-Tel, relacionado con la Agencia de Inteligencia Central (CIA), comenzó con el proceso científico y tecnológico para crear una computadora cuántica, actualmente Microsoft también tiene un equipo en California trabajando en el mismo fin.
También Mike Lazaridis y Doug Fregin, cofundadores de Blackberry, anunciaron la semana pasada que abrirán un centro de investigación en Waterloo, enfocado a la computación cuántica comercial, con un costo de US$100 millones.
Las aplicaciones de la computación cuántica son muchas, desde productos para la guerra, pasando por la recopilación de información genética sobre el cáncer, hasta las millones de combinaciones posibles en las proteínas del gen humano.
Lo que hace que esta tecnología sea tan rápida son las propiedades inusuales de las partículas en sus niveles más pequeños. Es decir que el pensamiento de la computadora cuántica es un tanto parecido al cerebro humano, con miles de sinapsis entre las neuronas.
En lugar de la precisión del sistema binario, basado únicamente en unos y ceros, utilizado en las computadoras tradicionales, la cuántica se basa en el hecho de que las partículas subatómicas habitan en un rango de estados, por lo que entiende que las relaciones entre ellas son distintas y muchas, lo que permite resolver problemas rápidamente.
Pese a las dudas, la posibilidad de una tecnología de tal velocidad al alcance de todos podría traer una nueva era en la computación y solución de problemas.