Qué tanto están las empresas aprovechando el valor de la tecnología y si ésta se encuentra suficientemente arraigada en las organizaciones. ¿Cómo anda el coeficiente digital en la región?
Según destacó el informe 2014 "Global CEO Survey", de PwC, hay consenso entre los máximos responsables de las empresas de que la tecnología es la tendencia más importante que transformará sus negocios en los próximos cinco años, una realidad de la que América Latina no puede y no debe escapar.
En este marco, una de las novedades que aportó esta encuesta fue identificar qué tanto están las empresas aprovechando el valor de la tecnología y si ésta se encuentra suficientemente arraigada en las organizaciones, facilitando así el camino hacia una verdadera transformación digital. Para medir aquello, se creo un grado de involucramiento tecnológico, el que fue definido por PwC como Digital IQ o Coeficiente Digital.
Y aunque existe un grupo importante de empresas en Latinoamérica que sí están adoptando con éxito las nuevas tecnologías, no son pocas las que no lo están haciendo y, por ende, flotan a la deriva, mirando desde la vereda contraria un mar de conceptos y paradigmas que no logran asimilar. "Las disrupciones tecnológicas, tales como el cloud y la virtualización, suponen un desafío y una necesidad. Por eso es preciso replantear algunas habilidades y necesidades en los puestos de trabajo y lograr una especialización diferente”, resalta Carlos Said, gerente de Tecnología de la compañía argentina Druidics.
Contrastada con este coeficiente, América Latina no salió bien parada en comparación con otras regiones. Los resultados del estudio, en el que han participado cerca de 1.500 ejecutivos, concluyen que aún nos encontramos retrasados en el Digital IQ, porque solo 36% de las compañías latinoamericanas pueden calificar su IQ de fuerte/muy fuerte, mucho más abajo del promedio global que alcanzó 63%.
Poco preocupados
Los CEO y directivos de América Latina aún no se suben al carro de la revolución tecnológica digital. Como señala Carlos Mondaca, Senior Manager de Tecnología de PwC, “esta percepción tiene un fundamento principalmente en la prioridad que se le da a las inversiones en tecnologías de información. Normalmente las inversiones en TIC no forman parte de las prioridades de inversión” de las compañías.
Adolfo Salvatierra, quien se desempeña como gerente de informática en Carozzi (Chile), agrega que “donde está el foco o una parte importante del negocio es en la innovación y creación. Y es ahí, desde el punto de vista tecnológico, en que estamos en deuda. Hay algunas herramientas que te permiten lograr grandes avances en generación de innovación, pero incluso como país nos falta mucho en innovación como herramientas de apoyo para gestionarlas”.
La apreciación de Salvatierra, que viene de un actor protagónico del negocio regional, dialoga perfectamente con los números de la encuesta de PwC, la que concluyó además que uno de los comportamientos clave que deben existir en una empresa que desea convertirse en digital es que el CEO lidere de manera activa esta transformación. Sin embargo, se reveló que solo 48% de los encuestados de América Latina están "muy" o "algo" preocupados por el impacto del cambio tecnológico en sus organizaciones, en comparación con el 69% del promedio mundial.
El informe califica como “alarmante” el hecho de que solo el 18% de los encuestados de América Latina han abordado la velocidad del cambio tecnológico en sus estrategias corporativas, frente al 47% de la media global.
A la hora de las inversiones...
Pero a pesar de los bajos niveles de familiaridad con el potencial tecnológico, las compañías y los directivos están invirtiendo. Federico Amprimo, director de Marketing de la consultora IDC para América Latina, aclara que el crecimiento a nivel empresarial en este sector es de dos dígitos (variando según el país) y que la inversión en tecnología crece dos o tres veces por encima del PIB, lo cual es un buen indicador.
No obstante, esas inversiones parecen no apuntar aún hacia la innovación o a procesos de inteligencia que impulsen la industria. El analista de IDC lamenta que “en general, lo que más se demanda sigue siendo la inversión en hardware o equipamiento; dispositivos que te ayuden en movilidad, todavía siguen siendo muy fuertes. Sin embargo, lo que vemos que más crece son la tercerización de servicios, datos, management, lo que cae dentro de la tendencia de cloud”.
Parece asomarse un pequeño haz de esperanza en medio del desfavorable diagnóstico. De hecho, el Senior Manager de Tecnología de PwC explica que está cultura respecto a las TIC podría cambiar en la medida en que las compañías empiecen a entender la importancia de alinearlas con las estrategias de negocio. “Hoy por hoy, los CEO están cada vez más alineados al uso de las tecnologías. Ellos deben ser los impulsores de iniciativas que permitan incrementar el uso eficiente de las TIC, de lo contrario, serán sobrepasados por quienes sí utilizarán las tecnologías como medios para incrementar sus beneficios”. No por nada, las compañías con un mejor Digital IQ se encuentran a la cabeza de sus competidores en crecimiento, rentabilidad e innovación.