Mientras por un lado surgen voces contrarias a los robots por la disminución del trabajo humano, otras destacan la renovación de empleos que esta industria produce y cómo aprovecharlos.
Un robot está a punto de robarle su empleo, según recientes artículos alarmistas y noticieros de televisión. La industria del equipamiento robótico cuestiona firmemente tales pronósticos.
Durante una presentación en la exposición Automate 2013, realizada en Chicago, EE.UU., Henrik I. Christensen – quien es de los más destacados investigadores de robótica en el Colegio de Informática del Instituto Georgia de Tecnología – criticó con dureza a “60 Minutos” por su reportaje sobre la automatización. El reportaje del programa de la televisión estadounidense sobre noticias, se basó en el trabajo de los economistas del Instituto Tecnológico de Massachusetts, Andrew McAfee y Erik Brynjolfsson.
Los dos economistas escribieron en 2011 el libro “Race Against the Machine”, que reanudó el debate sobre la relación entre el ritmo de automatización y el crecimiento del empleo. Argumentan que el ritmo de automatización se está acelerando y que la robótica está avanzando hacia áreas nuevas de la fuerza laboral como los empleos administrativos, que antes se creía que estaban más allá del ámbito de las computadoras.
Durante su conversación, Christensen dijo que la evidencia indica que lo opuesto es cierto. Aunque la automatización puede transformar a la fuerza laboral y eliminar ciertos trabajos, en general, también crea nuevos tipos de empleos con mejores salarios que requieren empleados mejor capacitados.
“Vemos hoy que Estados Unidos sigue siendo el más grande fabricante en términos del valor del dólar”, dijo Christensen. “También es importante recordar que las manufacturas producen más empleos en las áreas asociadas a ellas como ninguna otra cosa”.
Un ejecutivo de la Federación Internacional de Robótica reconoció que el debate sobre la automatización recobró vida en Estados Unidos, pero dijo que el país está solo en su ansiedad relativa a los robots y la automatización.
“Esto no pasa ni en Europa ni en Japón”, señaló Andreas Bauer, el presidente del grupo de proveedores para la robótica industrial de la Federación y ejecutivo de Kuka Robotics, un fabricante alemán de robots.
Para reforzar su aseveración de que la automatización no elimina empleos, sino, más bien, es una forma para que Estados Unidos compita contra competidores extranjeros cada vez más avanzados, informó el grupo industrial sobre sus conclusiones respecto a que generará, directa e indirectamente, entre 1,9 millones y 3,5 millones de empleos en el mundo para 2020. La Federación realizó una rueda de prensa en la que dos de los principales ejecutivos de pequeñas fábricas estadounidenses describieron cómo pudieron incrementar el empleo y competir contra empresas extranjeras, dependiendo mucho en la automatización y los robots.
“La automatización nos ha permitido competir sobre una base mundial. Ha generado empleos en el suroeste de Michigan, completamente”, dijo Matt Tyler, el director ejecutivo de Vickers Engineering, un proveedor de partes automotrices. “De no ser por la automatización, no habríamos superado a nuestro competidor japonés; no habríamos superado a nuestro competidor chino; no habríamos superado a nuestro competidor mexicano. Es un hecho”.
Quien también expuso sus argumentos fue Drew Greenblatt, el presidente y dueño de Marlin Steel, a quien se cita muchísimo, un fabricante de productos de acero en Baltimore, que se expandió y agregó empleos al desplazar robots y otra maquinaria para incrementar la productividad del obrero.
“En diciembre, ganamos un contrato de una compañía de Chicago que durante una década compró en China”, contó. “Se trata de soportes de chapa metálica; 160,000 soportes de chapa metálica, un año tras otro. Los hacían en China. Ahora, se hacen en Baltimore, usando acero de una planta en Indiana, y el robot se fabricó en Connecticut”.
Un ingeniero alemán en robótica argumentó que la automatización es esencial para preservar los empleos y también es vital para posibilitar que las economías nacionales sostengan a los programas sociales.
“Los países que tienen alta productividad pueden darse el lujo de tener un buen sistema social y un buen sistema de salud”, observó Alexander Verl, el director del Instituto Fraunhofer para la Ingeniería de Manufacturas en Alemania. “Ves eso, hasta cierto punto, en Alemania o en Suecia. Estos son países que están altamente automatizados, pero, al mismo tiempo, gastan dinero en la atención de los ancianos y en el sistema de salud”.
En el informe que presentó la federación, Estados Unidos está rezagado detrás de Alemania, Corea del Sur y Japón en cuanto a la densidad de robots empleados en la fabricación (medidos como la cantidad de robots por cada 10.000 obreros). Corea del Sur, en particular, incrementó marcadamente su proporción robot-obrero en los últimos tres años, y Alemania tiene el doble de densidad robótica que Estados Unidos, según una presentación de John Dulchinos, miembro del consejo de administración de la Asociación de Industrias Robóticas y director ejecutivo de Adept Technology, un fabricante de robots en Pleasanton, California.
El informe indica que, aun cuando China y Brasil están incrementando la cantidad de robots en sus fábricas, todavía van atrás de los países manufactureros avanzados.
Dulchinos dijo que Estados Unidos sólo puede culparse a sí mismo por el declive en su sector manufacturero en la última década.
“Te puedo decir que a finales de los 1990, el mayor segmento de mi compañía era el mercado de la telefonía celular”, notó. “Casi de un día para otro, esa industria se fue, en parte porque nuestro trabajo no era tan bueno como se requería para hacer competitiva a la industria”.
Dijo que si los robots estadounidenses hubieran estado más avanzados habría sido posible que esas compañías mantuvieran el costo más bajo de producción en Estados Unidos.
“Empacaron todo y se fueron a China”, dijo Dulchinos. “Y, así, avanzamos a toda velocidad hasta hoy y se producen más de mil millones de teléfonos celulares al año y ni uno solo se hace en Estados Unidos”.
No obstante, de cara a la creciente ansiedad sobre los efectos de la automatización en la economía, hubo diversos puntos positivos. La industria genera ahora ingresos anuales por US$25.000 millones. La Federación espera que para 2015, se produzcan 1,6 millones de robots cada año.
Greenblatt dijo que una de las ventajas de los robots es que no toman descansos.