Desde su lanzamiento a finales de 2012 sólo se han vendido 5,86 millones de Wii U, cifra ínfima para un aparato llamado a competir con las flamantes Xbox One y PS 4.
El gigante nipón de los videojuegos Nintendo ganó un 29,9% menos en los nueve primeros meses del ejercicio, al término del cual pronostica pérdidas lastrado por el mal rendimiento comercial de sus consolas Wii U y 3DS.
La respuesta del mercado a su consola portátil con tecnología 3D estereoscópica fue algo mejor a partir de junio, cuando la empresa lanzó títulos de desarrollo propio que atrajeron buenas ventas, como "Pokemon X" y "Pokemon Y", "Mario & Luigi: Dream Team" o "Legend of Zelda: A Link between worlds".
No obstante, y pese a que 3DS fue la consola más vendida en todo 2013 en un mercado tan importante como Estados Unidos, las ventas en todo el mundo de hardware y software quedaron en solo 11,65 y 57,25 millones de unidades, respectivamente.
Las perspectivas para su consola doméstica Wii U, que cumplió a finales de 2013 un año en el mercado, arrojan aún menos certidumbre con respecto a la rentabilidad del actual modelo de negocio de la casa que preside Satoru Iwata.
Pese a que el fabricante con sede en Kioto lanzó a partir de verano juegos propios como "The Legend of Zelda: The wind waker", "Super Mario 3D" o "Wii Party U", franquicias muy potentes que vendieron más de 1 millón de copias, el número de aparatos comercializado a nivel global fue tan solo de 2,41 millones.
Las operaciones en lo que respecta a su aparato doméstico de octava generación "no han podido recuperarse por completo" admitió tajante en un comunicado Nintendo, al que la fuerte depreciación del yen ha permitido mantenerse en beneficios entre abril y diciembre de 2013.
Desde su lanzamiento a finales de 2012 sólo se han vendido 5,86 millones de Wii U, cifra ínfima para un aparato llamado a competir con las flamantes Xbox One y PS 4, que en sus escasos dos meses de vida comercial y pendientes de ser aún presentadas en el suculento mercado nipón ya suman 3,3 y 4,7 millones de unidades vendidas.
Ante este panorama, el pasado 17 de enero Nintendo modificó sus previsiones de resultados para la totalidad del ejercicio, que en Japón concluye el 31 de marzo, y anunció que, por segunda vez en su historia, espera cerrar el curso en números rojos, algo que ya sucedió en 2011.
Nintendo espera una pérdida neta para el curso 2013 de 25.000 millones de yenes (177 millones de euros), una pérdida operativa de 35.000 millones de yenes (247 millones de euros) y un recorte en sus ventas del 7,1% interanual hasta sumar unos ingresos por valor de 590.000 millones de yenes (4.182 millones de euros).
El presidente Satoru Iwata quiso asumir hoy la responsabilidad de la situación de la empresa y anunció que recortará en un 30% su salario durante cinco meses desde febrero, algo que también harán otros miembros de la junta directiva.
Esta decisión se produce en un momento en que medios especializados especulan sobre la posibilidad de que la compañía anuncie su entrada en el mercado de los juegos para smartphone, un negocio en expansión que compite directamente con sus dispositivos portátiles y con sus títulos destinados a usuarios "casuales".