Nuestros ordenadores se convierten en una pantalla infinita en el que cada vez más mujeres se apropian de un lenguaje hecho con mensajes breves, rápidos, y por sobre todo impactantes.
Por Florencia Goldsman para Global Voices. Melisa Trad es una joven activista argentina participando de la Conferencia Internacional sobre Planificación Familiar en Indonesia. La organización del evento abrió un concurso para jóvenes que quisieran contar mediante videos cuál es la problemática más importante del país en términos de planificación familiar. Trad consiguió una cámara, eligió los materiales y los espacios en los que filmar y se puso manos a la obra.
“Me enfoqué en crear un guión que combinara datos certeros y confiables con una sucesión de argumentos que pudiesen interpelar al destinatario desde lo racional por un lado, y lo emotivo, por el otro. Traté de apelar a la construcción de un mensaje creativo, desde las pocas herramientas técnicas con las que contaba”, cuenta Trad.
En un breve pero contundente video titulado “Una historia de violencia” (en inglés, próximamente con subtítulos) comparte aquello que define como “el sueño con una Argentina en donde todos tengamos la libertad y herramientas para poder elegir nuestros propios destinos”. La comunicadora y activista coloca carteles escritos a mano, utiliza animaciones básicas e ideas claras para definir la agenda de la planificación familiar como un derecho: “Considero que la planificación familiar debería ser siempre una prioridad a nivel de nuestras políticas públicas y espero que el gobierno actual no genere más retrocesos en un tema que ya ha sufrido demasiadas postergaciones por obstáculos religiosos e ideológicos”.
La iniciativa de Melisa podría ser el inicio de una cadena de microactivismos en videos digitales que se enredan con los de miles de otros videoactivistas. Nuestros ordenadores se convierten en una pantalla infinita en el que cada vez más mujeres y personas LGBTIQ se apropian de un lenguaje hecho con mensajes breves, rápidos, y por sobre todo impactantes.
Para Letícia Lopes, estudiante de la Pós-Com (programa de pos-graduados en Comunicación en Universidad Federal da Bahia, en Brasil) e investigadora de plataformas de vídeo del grupo Gig@ en esa universidad, el potencial de sitios como Youtube o Vimeo está en el hecho de ser plataformas que tienen el lenguaje audiovisual como principal forma de publicación:
“Primero porque el video encarna el universo de quién habla y eso es importante para el activismo, pues muchos que les apoyan o se reúnen en una militancia lo hacen por identificarse con ellos. Pensando así, el medio audiovisual es mucho más rico en posibilidades simbólicas que otras formas de publicación. Otro motivo importante es que el video es accesible en varios sentidos. Para producir no exige mucho – puede ser una cámara de celular y hoy hay varios programas gratuitos que facilitan la edición; cualquier persona puede comprenderlo fácilmente – desde personas analfabetas hasta académicas; es fácil de divulgar – por lo menos en Brasil, donde tenemos una cultura fuerte de la oralidad, es mas fácil convencer una persona a ver un video que de leer un texto.
De caja boba a pantalla inteligente
¿Qué tienen en común muchos de los videos producidos por mujeres y personas LGBTIQ? Una clara intención de jugar con el lenguaje y desafiar cualquier prejuicio acerca de lo “aburridas” y “antipáticas” que son las feministas. Además, estos videos suman miradas que los medios tradicionales jamás brindan, dice Lopes: “Cuando los medios tradicionales abordan algo sobre los asuntos relacionados con las diversas militancias, las activistas ocupan el espacio de entrevistados, desempeñan un papel consultivo, no son ellas las que hablan sobre sí mismas. Internet permite que ellas sean protagonistas de sus producciones y eso cambia todo, porque es importante que esas personas tengan voz”.
Y añade: “Creo que una medida de éxito para el media-activismo está en la apropiación de lo audiovisual como un complemento de su producción, algo que presente, de forma más sucinta, puntos importantes de la discusión más profunda. Eso porque pienso que son importantes para la militancia los espacios de discusiones más densos, como los blogs, los sitios de periodismo independiente o grupos de debate, por eso el video podría ser utilizado como una forma de pincelar temas discutidos en esos ambientes para despertar intereses o convocar nuevos individuos a la discusión”.
Conoce las iniciativas de mujeres video-activistas que con pocas herramientas, mucha información y altas dosis de humor se están apropiando del audiovisual en formato digital para defender sus derechos.
Los videos producidos desde el micro-espacio feminista La Tuerka son manifiestos animados de muchas de las consignas feministas actuales. En algunos, la conductora con rictus demasiado serio y música punk-rock explica qué es ser feminista.
Internet es un espacio en donde es posible mantener una programación constante, y posibilita un abordaje más complejo sobre temas que los grandes medios tocan de manera superficial o repetitiva. La web nos trae, por ejemplo, desde una frontera indeterminada entre México y Colombia, a las videoperiodistas Catalina Ruiz-Navarro (@catalinapordios) y Estefanía Vela Barba (@samnbk) con un “feminismo pop latinoamericano” con su canal e(s)tereotipas.
Desde Píkara Magazine, la ya célebre multiartista Alicia Murillo nos cautiva con su humor corrosivo. De lo mejor de su gran producción de videos “Cómo NO hacer una campaña contra el machismo”.
*Este texto se publicó originalmente en Global Voices.