Con la firma de un contrato de US$ 6.800 millones con las empresas privadas SpaceX y Boeing, los astronautas estadounidenses no tendrán que viajar más por el programa espacial ruso Soyuz
La agencia aeroespacial estadounidense NASA anunció este miércoles que firmó un contrato de US$ 6.800 millones con las empresas privadas SpaceX (propiedad de Elon Musk) y Boeing para que transporten a los astronautas desde suelo estadounidense a la Estación Espacial Internacional (EEI) y dejar así de depender en el futuro de Rusia.
(Cápsula Dragon. Crédito: SpaceX)
Desde que en 2011 dejaron de funcionar los transbordadores de la NASA, el programa espacial ruso Soyuz se ha encargado del traslado de los astronautas estadounidenses a la EEI. El administrador de la agencia, Charles Bolden, explicó en una conferencia realizada en el Centro Espacial Kennedy, en Florida (sur de Estados Unidos), que con este multimillonario contrato esperan acabar en 2017 con la dependencia de Rusia para esas tareas.
(Cápsula espacial rusa Soyuz. Crédito: Wikipedia)
“Desde el primer momento el gobierno de (Barack) Obama dejó claro que esta gran nación en la Tierra no debería depender de otros países para ir al espacio”, agregó Bolden.
Se calcula que el llamado “servicio de taxi” del programa espacial ruso Soyuz venía cobrando más de US$ 70 millones por cada astronauta estadounidense que trasladaba a la EEI. A partir de este contrato, todo el proceso de envío de astronautas o equipos al espacio volverá a manos locales y se volverá a desarrollar con tecnología de este país.
Con la recuperación de estas labores, aunque ahora privatizadas, la NASA pretende estar en capacidad de enviar a sus primeros astronautas en cohetes equipados con cápsulas espaciales para el año 2017.
Los lanzamientos, según el anuncio, se harán de nuevo desde el tradicional centro de Cabo Cañaveral, en la costa este de Florida, en el caso de la compañía Boeing en su cápsula espacial CST-100 y en el de SpaceX en su cohete espacial Dragon.
El espacio se privatiza
El vicepresidente y director general de la división de exploración espacial de Boeing, John Elbon, señaló que su compañía se siente “honrada” por la decisión de la NASA y aseguró que CST-100 “ofrece a la NASA lo más novedoso, seguro y eficiente para ser el sucesor de los transbordadores espaciales”. Y agregó: “La compañía construyó el vehículo para la NASA, pero espera llevar a pasajeros privados y a otros gobiernos al espacio algún día”.
La CST-100 puede acomodar hasta siete pasajeros o una parte de pasajeros y otra de carga.
(Crédito: Boeing)
Por su parte, el consejero delegado y jefe de diseño de Space X, Elon Musk, agradeció la confianza que la NASA ha depositado en su compañía y consideró que “es un paso vital en un viaje que en última instancia nos llevará a las estrellas y convertirá a la humanidad en una especie de multi-planeta”.
La SpaceX Dragon se convirtió en 2012 en el primer vehículo comercial en llevar carga a la estación espacial pero la compañía está trabajando en una versión para transportar humanos.
En esta nueva carrera espacial también compiten otras empresas como Sierra Nevada, una compañía aeroespacial con sede en Nevada, que está trabajando en la nave Dream Chaser, basada en el vehículo espacial HL-20 de la NASA, con capacidad para transportar hasta a siete astronautas.
(Nave espacial Dream Chaser. Crédito: Sierra Nevada Corporation)