En el corto y mediano plazo, Netflix no debería generar grandes cambios en la actual industria del entretenimiento e información por video de la región, debido a su escazo surtido de contenidos, a la alta tasa de piratería y a la baja penetración de banda ancha. <strong>En la foto, Reed Hastings, cofundador y CEO de la compañía.</strong>
Santiago. "Blockbuster ya estaba muerto", dice Jonathan Friedland, vicepresidente de Comunicaciones Globales Corporativas de Netflix, tras ser consultado sobre el impacto que tuvo la compañía que representa en la industria del arrendamiento de películas y específicamente en la quiebra de la reconocida cadena que triunfó en los años ochentas y noventas.
¿Entonces cuál fue la causa concreta para que una cadena mundial sucumbiera de forma tan repentina? Las respuestas son varias, y tienen que ver, además de la arremetida de Netflix, que según estimaciones hoy está valorada en alrededor de US$10.000 millones, con otros servicios como P2P, televisión on demand, ITunes e incluso YouTube. Sin embargo, la más importante, además de la lenta adaptación que tuvo Blockbuster a la era digital, es el precio, principal atributo que destaca Netflix a la hora de promocionar sus servicios.
"Nuestra gran oferta es el bajo costo y los consumidores nos consideran como un canal (de TV) más", dice Reed Hastings, cofundador y CEO de la compañía. Y pareciera ser cierto, pues a primera vista el servicio de Netflix es relativamente barato. En Chile por ejemplo, una suscripción mensual vale US$8,5, lo que permite acceder, si es que cuenta con banda ancha, a un catálogo de películas y series de televisión reproducibles vía streaming. Si se compara con el precio promedio de arrendamiento tradicional de una película en un video club de barrio, la diferencia está a la vista.
El problema de Netflix sin embargo, es el surtido de películas y series. Por lo menos así quedó en claro tras su llegada a Latinoamérica, pues su plataforma destaca más por la pobreza de oferta en contenidos que en su riqueza. De hecho, servicios pagados como el de Bazuca y gratuitos como el de Terra y su plataforma Terra TV, tienen hoy una mejor oferta en programación.
"No nos concetramos en los últimos lanzamientos (de películas) debido al precio", dice Reed Hastings, tratando de explicar la poca novedosa oferta de contenidos que tienen. "Nos concentramos en la oferta de precios, por eso tenemos programas de televisión de temporadas pasadas y películas de hace uno hasta 50 años".
El precio es parte de una estrategia que a Netflix le ha dado resultados en Norteamérica. En Estados Unidos y Canadá por ejemplo, ya cuentan con 25 millones de suscriptores y sólo en este último país, lograron 1 millón de abonados en 1 año. En Latinoamérica el trabajo es más difícil al parecer, ya que la región presenta una alta tasa de piratería, donde usuarios de internet están acostumbrados a no pagar por servicios de streaming como los que ofrece el sitio Cuevana. Además, a eso se le debe sumar la baja tasa de penetración de banda ancha, que según el Barómetro Cisco, elaborado con datos de 2010 por la consultora IDC para Cisco Systems, la región cuenta con 42 millones de conexiones para una población 577 millones de habitantes. Ni siquiera el 10%.
"Hay cierta gente que no paga ni siquiera un dólar por contenidos, prefiere piratear. Ahora, muchas otras personas sí pagan y eso nos permite mojorar continuamente el servicio", dice Hastings a modo de defensa.
Con todo, Netflix sabe como atraer clientes. Para su ingreso a la región, promueven la plataforma con una oferta de suscripción de un mes gratis, aunque igualmente debe introducirse una tarjeta de crédito, que no se cobrará por el mes de promoción, para el registro. "Trabajamos con tarjetas de crédito globales y sabemos que es una limitación", dice Hastings, conciente de la baja penetración de estos plásticos. "Por lo mismo ya estamos trabajando en acuerdos con medios de pagos locales".
Poco impacto en la industria. Debido a estos factores, en el corto y mediano plazo Netflix no debería generar un impacto en la actual industria del entretenimiento e información por video de la región, tal como lo reconocen desde la misma empresa. "La gente no deja la televisión por cable, porque tienen noticias, deportes y primeras temporadas", dice Hastings. "Con nosotros ocurre lo mismo que con Skype en el ámbito telefónico: tomamos un nicho del mercado global".
Pero una eventual ampliación del catálogo de películas y series, incluyendo estrenos, sumado a un avance en la penetración de banda ancha y de televisores inteligentes (con internet), podría cambiar el escenario para esta compañía y el resto de la industria. Aunque por ahora, usted decide si paga los alrededor de US$8 que cuesta este servicio para ver contenidos medianamente antiguos, o si espera a que Netflix mejore su oferta y presione al mercado de la TV pagada.
Fechas clave. El lunes 12 de septiembre, Netflix lanzará su servicio en México, América Central y el Caribe. En México, la suscripción mensual para la transmisión ilimitada de películas y series por internet será de 99 pesos locales (US$8), mientras que en América Central y el Caribe el precio será de US$7,99 al mes.
Desde esta semana en tanto, ya está presente en Brasil la versión en portugués de Netflix. En Argentina, Uruguay y Paraguay, Chile y Bolivia también funciona la plataforma a través de PC, Mac, PS2, PS3 y Wii. En octubre estará adapatado para iPad, iPhone y dispositivos con sistemas operativos Android.