Simplificar y consolidar los programas de fomento, además de alinearlos con las necesidades de la población a la que se dirigen, es sólo uno de los consejos de la OCDE.
En los últimos cuatro años, México ha sido el país de América Latina que más ha acelerado el fomento de las startups. Según el estudio “Startup América Latina 2016: construyendo un futuro innovador”, elaborado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), la nación azteca superó uno de los grandes retos identificados en la edición 2013 de la misma publicación: la carencia de formas adecuadas de inversión para este tipo de empresas.
En aquella época, la OCDE aseguró que las startups enfrentaban mayores restricciones para acceder a financiamiento en los países de la región, ya que existía poca madurez de los mercados financieros y una menor propensión de los bancos a invertir en empresas innovadoras. Mientras que en 2016, el organismo internacional refiere que a pesar de que se sigue apostando poco en ciencia, tecnología e innovación, la industria de capital de riesgo se encuentra en expansión y ha doblado su tamaño en términos inversiones.
En México, el avance ha sido significativo. En 2013, se leía en el documento que el crédito, en especial en las fases de gestación y creación de empresas, todavía era una barrera relevante para el desarrollo de las startups. Tres años después, se posiciona como la nación que logró cerrar la brecha de financiamiento en etapas tempranas. Según un cuadro comparativo de la OCDE, el país pasó de contar con un método de financiamiento (capital de riesgo en fase de desarrollo) a cinco formas en las que los emprendedores pueden obtener recursos monetarios (capital semilla, crowdfunding, inversionistas ángeles, capital de riesgo y premios y concursos).
De hecho, también avanzó en reformar el marco regulatorio para facilitar la creación de empresas gracias a la reciente aprobación de la Ley de Sociedad por Acciones Simplificadas (SAS), que permite la formación de una compañía en un solo día a tasa cero. Aunque persiste una debilidad referente al nivel de complejidad de trámites e incentivos fiscales para compañías innovadoras recién formadas.
Otro de los avances que el estudio Startup América Latina 2016: construyendo un futuro innovador muestra de México está la institucionalidad para el apoyo de las startups gracias a la creación –en 2013– del Instituto Nacional del Emprendedor (Inadem): “Se hace evidente el paso de una lógica experimental a una consolidación de políticas en la estrategia nacional”, se expone en el texto.
Además, el gobierno está diseñando medidas para que las startups se desarrollen en regiones más allá de la capital, zona en la que actualmente se concentra el 32% de los proyectos tecnológicos. La idea es incrementar el número de empresas en lugares donde haya sectores productivos estratégicos, como la ciudad de Monterrey (10%) o Guadalajara (8% por ciento).
Recomendaciones
Con el objetivo de potenciar el ecosistema de las startups en América Latina, la OCDE hace una serie de recomendaciones que, según el estudio, van a favorecer la imagen de la región en cuanto a emprendimiento e innovación:
1. Mapear y definir el fenómeno. Debido a la reciente creación del ecosistema, América Latina debe enfocarse en generar una definición única de startup y diferenciar los instrumentos de apoyo según su fase de desarrollo. Asimismo, expone, se requiere mapear el perfil de los startuppers en la región para conocer su género, edad y formación profesional.
2. Monitorear implementación de programas. Incluir evaluaciones de impacto en fases tempranas para agilizar los procesos de aprendizaje en diseño e implementación de políticas públicas y contribuir para asegurar el uso eficiente de los recursos.
3. Simplificar y consolidar los programas de fomento, además de alinearlos con las necesidades de la población a la que se dirigen. En una fase inicial experimentar con distintos programas que ayuden a testear lo que funciona mejor en cada contexto, asegurándose que éstos brinden servicios y financiamiento a los emprendedores.
4. Generar sinergias entre el fomento a la startup y las estrategias de desarrollo productivo de los países.Importante identificar mecanismos para que el apoyo a este tipo de empresas pueda contribuir a dinamizar la innovación en áreas clave para los países como, por ejemplo, el sector automotriz en México.
5. Incluir condicionales de desempeño en los instrumentos y establecer mecanismos de salida. Asegurarse que los proyectos apoyados incluyan condicionales para garantizar que contribuyen a generar nuevos negocios e innovaciones en sectores clave para el país. al mismo tiempo, el fomento a la industria de capital de riesgo funciona de manera más eficaz cuando los tiempos y condiciones de salida del fomento público están claros y establecidos.
6. Actuar en el corto plazo, pero actuar a mediano y largo. Cuando se fomenta la creación de startups es importante tener en mente las futuras necesidades potenciales de estos emprendimientos si fueran exitosos, de esta manera se ponen en marcha los mecanismos necesarios para su desarrollo, pero no sólo a nivel financiación, sino a nivel regulación.
7. Facilitar la inversión productiva. Pese a los avances en materia de financiamiento, todavía persiste un comportamiento conservador frente a la inversión productiva; los bancos comerciales, los de desarrollo y los fondos de inversión podrían contribuir a dinamizar los ecosistemas emprendedores en la región.
8. Generar alianzas con el sector privado. Las grandes empresas invierten cada vez más en startups para incrementar la posibilidad de generar innovaciones beneficiándose de jóvenes talentos y aprender más de las preferencias de los consumidores. Además, las grandes compañías están ampliando sus áreas acción y cada vez más ofrecen capital semilla y servicios de incubación y mentoría.
9. Incrementar la cooperación regional. La relación entre países de América Latina agilizará los procesos de aprendizaje y transferencia de buenas prácticas, abrir oportunidades de mercado a nivel regional así como facilitar la generación de emprendimientos con vocación y escala local. Esta cooperación podría también contribuir a cerrar brechas de financiamiento y movilizar montos de inversión superiores a los actuales, superando así los desafíos a nivel de financiamiento.
10. Reconocer y valorar las especificaciones en cada contexto. Identificar las buenas prácticas es crucial para mejorar las políticas. Sin embargo, mirar hacia afuera debe acompañarse de un análisis del sistema “adentro” y de las características de cada lugar para identificar áreas que potenciar.
“Para que las startups florezcan en América Latina es preciso que los sistemas de innovación y producción incrementen su densidad, que los inversionistas estén dispuestos a apostar por las startups y que los países de la región fortalezcan sus bases científicas y tecnológicas y cierren la brecha en la economía digital”, concluye la OCDE en su último estudio.
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